Fallece a sus 104 años la Mujer Maya más Longeva de Yucatán; Dionisia Cuyoc Camal
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Falleció a los 104 años Dionisia Cuyoc Camal, la mujer maya más longeva de Yucatán. Nació en Tzucmuc y destacó por su longevidad, su vida dedicada a la familia, la tradición y el trabajo artesanal.
Falleció a los 104 años Dionisia Kuyoc Caamal, la mujer maya más longeva de Yucatán, originaria de Tzucmún, en el municipio de Chankom, ubicado en el oriente del estado.
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Este jueves, 15 de enero, falleció a los 104 años de edad Dionisia Cuyoc Camal, considerada la mujer maya más longeva de Yucatán. La noticia de su partida fue recibida con pesar por los habitantes de Tzucmuc, una pequeña comunidad ubicada en el municipio de Chankom, al oriente del estado.
Dionisia, nacida el 9 de abril de 1920, fue una mujer cuya vida estuvo marcada por la sencillez, el trabajo arduo y una gran conexión con las tradiciones mayas que ella misma preservó durante toda su existencia. Con su partida, la comunidad maya de Yucatán pierde no solo a una de sus representantes más longevas, sino también a un testimonio viviente de su historia.
Dionisia nació en Tzucmuc, un poblado rural en el municipio de Chankom, en el corazón del estado de Yucatán. Desde muy joven, vivió de manera cercana al campo, donde aprendió de sus padres las labores agrícolas que definieron su vida. Como hija de una familia campesina, Dionisia fue formada en un ambiente en el que los ciclos de la naturaleza dictaban las reglas del día a día. Su vida estuvo marcada por el trabajo, la cosecha de alimentos y, sobre todo, por el respeto a los saberes ancestrales que se transmitían de generación en generación.
A lo largo de su vida, Dionisia se dedicó principalmente al cultivo y consumo de alimentos tradicionales de la región, como el frijol, la calabaza, los hibes (una variedad de maíz), la chaya, y el atole de maíz, entre otros. Estos alimentos no solo le brindaron la energía necesaria para afrontar los desafíos de su vida cotidiana, sino que también se convirtieron en parte de su secreto para una longevidad excepcional.
La vida de Dionisia también estuvo profundamente vinculada a su familia. Se casó con Prudencio Tzul Camal, con quien procreó seis hijos: dos mujeres y cuatro hombres. La maternidad y la crianza fueron dos aspectos fundamentales de su existencia, y su amor por sus hijos y nietos era evidente. Además, Dionisia también era una mujer que se preocupaba por el bienestar de su comunidad. A pesar de que las dificultades económicas y sociales eran parte de su vida diaria, ella siempre tuvo la disposición de ayudar a los demás.
Su familia fue su mayor tesoro y en ella encontró siempre el apoyo necesario para seguir adelante. En su hogar, Dionisia recibió a los suyos con los brazos abiertos, ofreciendo consejos, enseñanzas y mucho amor. No solo fue madre, sino también abuela, bisabuela y, a lo largo de los años, una especie de consejera para generaciones más jóvenes que siempre acudían a ella en busca de sabiduría.
Al respecto, una de sus hijas relató que, a lo largo de su vida, Dionisia nunca dejó de brindarles enseñanzas y apoyo, especialmente en los momentos difíciles. La figura materna de Dionisia fue esencial para el mantenimiento de las tradiciones familiares y el arraigo de las costumbres mayas en las generaciones siguientes. Su vida fue una demostración constante de resiliencia, amor y compromiso con su familia, con su comunidad y con la cultura maya.
Con información de Antonio García
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