¿Cuál es Origen de la Michelada y Por Qué se Llama Así?
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La creación de la michelada es una mezcla orgullosamente mexicana que se remonta varios años atrás en el tiempo

Se cree que el origen de la michelada se remonta a la década de los 70's. Foto: Wiki Commons | Archivo
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Las micheladas son una de las bebidas favoritas de los mexicanos, razón por la cual seguramente en más de una ocasión no habrás podido resistirte a tomar una. Sin embargo, aunque son famosas en nuestro país, pocas personas conocen realmente el origen de esta bebida.
Por ese motivo, a continuación te contaremos cómo y cuándo se crearon y de paso te explicaremos la forma correcta de preparar una auténtica michelada.
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El origen de la michelada
La creación de la michelada es una mezcla orgullosamente 100 por ciento mexicana que se remonta varios años atrás en el tiempo, específicamente en la década de los 70's, en el Club Deportivo Potosino, ubicado en San Luis Potosí.
La historia cuenta que uno de los miembros de dicho club, llamado Michael Ésper, acostumbraba preparar su cerveza con limón, sal, hielo, un popote y servirla en una copa llamada chabela.
Con el paso del tiempo, la gente se enteró de esta inusual preparación y poco a poco iba volviéndose cada vez más popular dentro del club, por lo que eventualmente la bebida se convirtió en un fenómeno tan grande que la gente bautizó como michelada, nombre que resultaba de la combinación entre el nombre “Michel” y la copa “chabela”
¿Cómo preparar una auténtica michelada?
Aunque hoy en día existe una enorme variedad de tipos de micheladas, las cuales pueden ir acompañadas de gomitas, camarones, fruta, escarchados frutales y hasta cerveza de sabor, la auténtica michelada es mucho más sencilla y no por eso menos deliciosa.
Los ingredientes que nunca pueden, ni deben faltar en la preparación de una buena michelada son los siguientes:
- Salsa Tabasco
- Salsa inglesa
- Salsa maggi
- Jugo de limón
- Chile piquín
- Una pizca de sal
- Cerveza fría.
Recuerda que entre más fría esté la cerveza, mejor será su sabor, por lo que te recomendamos no solo enfriar la lata o botella de cerveza con la cual prepararás la bebida, sino también el tarro en el que la servirás.