Del Corrido Tradicional al Tumbado: La Evolución del Canto al Contrabando y al Narcotráfico

En este artículo haremos un repaso por los corridos: desde sus versiones tradicionales, pasando por los narcocorridos y hasta llegar a los corridos tumbados

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Aldo Mejía

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Del Corrido Tradicional al Tumbado: La Evolución del Canto al Contrabando y al Narcotráfico

Los Tigres del Norte, Junior H y Peso Pluma son intérpretes de corridos. Foto: Cuartoscuro | Archivo y Facebook @PesoPluma

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Los corridos tumbados se han convertido en el estandarte de la música mexicana debido al gran éxito que han obtenido a nivel ventas y reproducciones en plataformas de streaming. Parte del reconocimiento que ha conseguido este género se debe al gusto por los corridos de traficantes y contrabando que sembraron, entre otros, Los Tigres del Norte con sus historias, que van y vienen entre la realidad y la ficción.

Aquí presentamos parte del origen de los corridos tradicionales, su evolución hacia los cantos sobre tráfico de drogas, pasando por la violencia, y hasta llegar a los corridos tumbados que han impulsado cantantes actuales como Natanael Cano y Peso Pluma.

¿Qué es un corrido?

Comencemos por puntualizar que académicos y periodistas que han documentado e investigado a propósito de este tema convienen que el corrido tradicional es una narración, misma que cuenta una historia trágica -la mayoría de las veces- pero que no necesariamente habla de traficantes de drogas o consumo de las mismas.

Ejemplo de lo anterior es el corrido de “Laurita Garza”, que relata el asesinato que cometió una maestra contra su novio cuando éste estaba a punto de dejarla. Luego de dispararle en seis ocasiones, Laura se suicida.

En su libro ‘Jefe de jefes. Corridos y narcocultura en México’, José Manuel Valenzuela Arce explica que “el corrido refiere múltiples historias que, cantadas o recitadas, propician la magnificación de los actos, a la vez que les confiere una limitación geográfica y temporal”. 

Además, el autor refiere que, en estas canciones, las masas han recreado de alguna manera “sus anhelos, pasiones, frustraciones y simpatías, y creado sus héroes, antihéroes, mitos y leyendas”.

En su libro 'El mundo de la música', Kjell Sandved definió al corrido como “narraciones, en cuatro, seis u ocho estrofas de versos octosílabos, que relatan hechos notables, hazañas bélicas o historias de bandidos célebres”.

Corridos como el de “Laurita Garza”, de nuevo, que no hablan de drogas o traficantes hay muchos, y son sumamente populares: “El corrido de los Pérez”, “Las tres tomas” y “El asesino”, por mencionar algunos.

¿Cuál es el origen de los corridos de traficantes en México?

En su libro 'Cantar a los narcos. Voces y versos del narcocorrido', Juan Carlos Ramírez-Pimienta documenta que el primer corrido sobre un traficante fue “Mariano Reséndez”, cuya grabación comercial más antigua es de 1948, interpretada por el dueto Maya y Cantú. Pero, a diferencia de los narcocorridos más recientes, en los primeros corridos de traficantes éstos atravesaban la frontera entre México y Estados Unidos, de norte a sur, con telas, ropa y otras mercancías. Por cierto, esta historia pudo haber sido compuesta en el siglo XIX.

Para hablar del origen de los corridos sobre narcotráfico en México es preciso señalar las condiciones sociales por las que atravesaba nuestro país cuando surgen. Es decir, si los corridos de traficantes se concibieron en la frontera norte es porque Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Durango se erigieron muy pronto como los estados con la mayor producción de drogas de México, pese a la prohibición en 1920 y en 1926 del cultivo y comercialización de marihuana y la amapola, respectivamente, de acuerdo con lo escrito por Luis Astorga en 'El siglo de las drogas'.

Lo anterior lo explica Astorga en su trabajo ‘Los corridos de traficantes de drogas en México y Colombia’. Ahí ahonda que, pese a dicha prohibición, los traficantes mexicanos lograron responder ”a la demanda de opio, heroína y mariguana”, según la época.

Por supuesto que los hombres y las mujeres de las que hablaban esos primeros corridos, que bien podían ser reales o no, traficaban cantidades menores si se les compara con los estándares que hay actualmente. Además, antes de la década de los noventa, los traficantes cruzaban la frontera hacia los Estados Unidos en automóviles, y los menos lo hacían a pie. Por supuesto, muchos de los protagonistas llevan consigo armas y, conforme pasan los años, dejan de limitarse a pistolas, sino que éstas son sustituidas con ametralladoras y hasta lanzagranadas.

¿Cómo nacieron los corridos sobre drogas?

El tráfico como lo conocemos hoy en día, de sur a norte, comenzó con la prohibición del alcohol en Estados Unidos entre 1920 y 1933. Desde nuestro país se traficaba con whisky y tequila, principalmente.

Esto propició que comenzaran a escribirse corridos que contaban las historias de quienes, dentro de sus botas y sobre sus caballos, introducían tequila a El Paso, Texas o San Diego, California. De acuerdo con Pimienta-Ramírez, la primera grabación de este tipo de corridos ocurrió en 1928, y su éxito fue tal que tuvo dos secuelas.

Tres años después, en 1931, se grabó “El Pablote”. Un corrido que narra la discusión que este personaje tiene con un policía, al que provoca hasta que éste lo mata. Esta primera versión no alude a una profesión relacionada con el tráfico de drogas, pero en una versión de 1934 se alude a él como “el rey de la morfina”. Además, en la primera grabación se nota cierta crítica hacia la actitud de Pablo, y se acentúa el carácter calmo del policía en cuestión.

También en 1934 se grabó el corrido “Por morfina y cocaína”, que relata el traslado de presos y convictos por cargos de tráfico de drogas. Sin embargo, hay una diferencia muy grande en los corridos contemporáneos y los que se interpretaban en aquella época: trataban de disuadir a las personas de cometer este tipo de delitos o hacían hincapié en lo trágico que resulta ir a parar a la cárcel por estos motivos.

En la versión de Manuel C. Valdez se escucha:

Por morfina y cocaína,
por mariguana y licor, 
están poniendo su tiempo,
muchos allá en Leavenworth.

En cuanto al primer corrido que habla sobre el consumo de las drogas, autores identifican la canción “A poco picas” como la primera en ese tono. De forma velada, un hombre cuenta sus correrías consumiendo drogas y se ufana de no espantarse por lo que implica el tráfico de sustancias.

La coca yo la conozco
Juanita es buena mujer.
La negra es amiga mía,
no la puedo aborrecer.

En esa cuarteta se alude a la cocaína, la marihuana y la heroína. Pero este canto concluye nuevamente con el énfasis en que, quien protagoniza el corrido, “por un resbalón, tuvo que cumplir seis años en la cárcel.

El éxito comercial de los narcocorridos

El éxito comercial de los corridos de narcotraficantes, o narcocorridos propiamente, no se concibe sin la irrupción de Los Tigres del Norte en la música mexicana. En su cuarto disco de estudio, lanzado en 1973, el grupo conformado entonces por los hermanos Jorge, Hernán y Raúl Hernández y su primo Óscar Lara, incluyó la canciónContrabando y traición’.

En ella cuentan la historia de Emilio Varela y Camelia La Texana, quienes viajan desde Tijuana con rumbo a la ciudad de Hollywood con un cargamento de marihuana escondido en las llantas del carro. Sin embargo, al entregar el cargamento y recibir el pago, al verse rechazada sentimentalmente, Camelia le dispara a Emilio en siete ocasiones.

La canción fue escrita por Ángel González, compositor originario de Chihuahua, y quien ha asegurado que la letra es completamente ficticia. Esto no evitó que pusiera los reflectores, no sólo sobre el grupo, sino sobre el género de los corridos de traficantes que durante dos décadas se vio estancado.

Bien cabe señalar que, bien documentó Ramírez-Pimienta, hubo un primer corrido de traficantes que cosechó éxito en el sentido de que hoy se sigue interpretando y se grabó muchas veces por varios artistas: “Carga blanca”. Sin especificar qué es lo que están llevando de contrabando, tres hombres son traicionados por quien les compra la carga en cuestión, misma por la que pagó dos mil 800 pesos. Esta canción conserva ese sentido condenatorio del contrabando, y hasta cierto tono de persuasión para evitarlo.

Para los Tigres del Norte “Contrabando y traición” fue sólo la punta de lanza, y al ver el éxito que cosecharon, primero en San Diego, California, luego en todo Estados Unidos y después en México, se anotaron otro acierto en 1975 al grabar “La banda del carro rojo” del compositor Paulino Vargas. Cuatro traficantes que llevaban consigo cien kilos de cocaína se enfrentan con los rangers de Texas que ya los esperaban como consecuencia de una traición. Sin embargo, esta canción sí se basa en un hombre que vivió y tenía un negocio de avionetas, todo pasado por la imaginación del compositor, de acuerdo con lo que le contó Vargas a Elijah Wald, autor del libro 'Narcocorrido. Un viaje al mundo de la música de drogas, armas y guerrilleros'.

El éxito de las canciones antes mencionadas, “Contrabando y traición” y “La banda del carro rojo”, fue tal que tuvieron secuelas. A partir de la primera Los Tigres del Norte grabaron “Ya encontraron a Camelia” y “El hijo de Camelia”; mientras que de la segunda grabaron “El Soplón”, en la que se identifica al hombre que traicionó a la banda de Lino Quintana.

Sin embargo, el grupo originario de Mocorito, Sinaloa no se limitó a los corridos de traficantes pues muy pronto comenzaron a cantar canciones que narraban las dificultades por las que tenían que atravesar los migrantes mexicanos, principalmente, en su trayecto a Estados Unidos. “Reloj maldito”, “América”, “Sin fronteras” y “El bilingüe”, por mencionar algunos, son prueba de ello.

En 1989 lanzaron la colección ‘Corridos prohibidos’, que, si bien no todos trataban sobre el tráfico de drogas, sí atrajo las miradas pues la portada consiste en el recorte de un periódico con una foto de los hermanos Hernández y un titular del que se puede leer incompleto “Los corridos famosos de Los Tigres del Norte fueron prohibidos porque…”. Ahí se incluyeron los corridos “El R Uno”, que aludía a Rafael Caro Quintero y “La camioneta gris”, que es la historia ficticia de un joven matrimonio que aprovecha su luna de miel para llegar un cargamento de drogas.

Ese mismo disco abre con “El gato Félix”, un corrido particular, pues es dedicado a un periodista. Héctor Félix Miranda era periodista y columnista del semanario Zeta de Tijuana, a quien mataron en abril de 1988.

Con una pluma valiente,
señaló la corrupción,
ayudó siempre a la gente
y más de dos presidentes
le prestaron atención.

Los Tigres del Norte incluso han dedicado corridos a policías y líderes sociales. Y por supuesto que este grupo no fue el único que interpretaba corridos de narcotraficantes pues en la década de los ochenta ya habrían incursionado en la escena norteña Los Tucanes de Tijuana, Los Huracanes del Norte y, por supuesto, Chalino Sánchez.

Sobre Rosalino Sánchez Félix escribió César Burgos, en 'Narcocorridos: Antecedentes de la tradición corridística y del narcotráfico en México', que revolucionó el género corridístico pese a que su carrera duró sólo cuatro años, pues lo asesinaron en mayo de 1992. En YouTube se puede ver un video en el que, en pleno concierto, le entregan una nota, y luego de leerla, se le escucha interpretar “Alma enamorada” un tanto nervioso. A través de los años se ha alimentado la leyenda de que en esa nota lo amenazaban de muerte.

En junio del 2023, Los Tigres del Norte agotaron los boletos para dos conciertos en la Arena CDMX.
Foto: Cuartoscuro | Archivo

Los corridos del Movimiento Alterado y la censura

Como mencionamos más atrás en este artículo, los corridos son resultado del entorno inmediato de los compositores así como del contexto que les toca vivir. Prueba de ello fue la aparición de los corridos que interpretaba el Movimiento Alterado que comenzaron a popularizarse en el 2009. Tres años después de que se declarara la “guerra contra el narcotráfico” en la administración de Felipe Calderón.

En estas canciones se prescindió de metáforas o de ese tono arrepentido que tomaban los corridos de traficantes en la década de los sesenta, ahora los narcos eran los héroes, y no tenían un castigo al final de los relatos. Los precursores de este género corridístico fueron los gemelos Adolfo y Omar Valenzuela, productores de la disquera Twiins Enterprises.

Su canción insignia es “Sanguinarios del M1", interpretada de manera conjunta por El Komander, Los Buitres, Bukanas de Culiacán y Buchones de Culiacán, y el corrido comienza así:

Con cuerno de chivo y bazooka en la nuca,
volando cabezas a quien se atraviesa.
Somos sanguinarios, locos bien ondeados,
nos gusta matar.

El M1 era el nombre clave de Manuel Torres Félix, mano derecha de El Mayo Zambada y a quien sicarios de los hermanos Beltrán Leyva le mataron un hijo. Luego de encontrarlos, los retuvo durante días para torturarlos.

En esa época, a través de los corridos se hicieron famosos a algunos sicarios y líderes de cárteles del narcotráfico. Se les ensalzaba a ellos, los métodos de tortura y extorsión, dejando de lado en cierta medida el tráfico de drogas. Prueba de ello son los corridos “Carteles unidos”, “Mafia nueva”, “Escuela del virus ántrax” y “En la sierra y la ciudad”.

En los estados en los que se resintió la violencia entre carteles, los gobernantes hicieron intentos por cancelar presentaciones y difusión de canciones de estos artistas en medios públicos. Alfredo Ríos, por ejemplo, se vio obligado a hacer una carrera mayormente en espectáculos que se celebraban en Estados Unidos. Y, apenas en febrero del 2023, el gobierno de Cancún canceló un concierto del intérprete.

Sin embargo, Luis Astorga señala en su artículo 'Corridos de traficantes y censura' que los primeros intentos de impedir la difusión de los cantos que giraban en torno a los traficantes y las drogas sucedió en el año de 1987, en Sinaloa cuando el gobernante de la entidad era Francisco Labastida. El priista pidió a los concesionarios de radio y televisión locales, así como a la prensa escrita, que se detuviera con el foco que estaban brindado a estas canciones.

Dicha petición no prosperó, puesto que la gente pedía las canciones de Los Tigres del Norte, Los Alegres de la Sierra y Los Tucanes de Tijuana, por mencionar algunos.

Sin embargo, en diciembre del 2001 Comisión de Comunicaciones y Transportes de la LVIII Legislatura del Senado de la República, solicitó la realización de “un estudio integral de la proliferación de reproducciones musicales y mensajes apologéticos del delito contra la salud”.

Para entonces ya se habían tomado acciones para contener los corridos de traficantes de drogas en los estados de Baja California y Sinaloa. Y con base en dichas acciones legislativas se buscó limitar la difusión de estas canciones en Coahuila para “evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud”.

En una entrevista que se le hizo a Hernán Hernández en España, y que recupera Astorga, el integrante de Los Tigres del Norte refiere que “la censura no va a erradicar el narcotráfico; al contrario, yo creo que entre más se esconda el problema, más aumenta”.

Así, este grupo ha sido invitado de honor en la edición número 30 del Festival Cervantino, en los festejos del Bicentenario de la Independencia de México, y más recientemente en el espectáculo previo y posterior al Grito de Independencia del 2022 en el Zócalo. Conciertos en los que no dejaron de cantar sus corridos más famosos sobre traficantes y migrantes.

Una nueva generación se erige: los corridos tumbados

Recientemente se descubrió un salto generacional y musical dentro de la tradición corridística con la irrupción de los corridos tumbados. Los exponentes más famosos lucen tatuajes en todo el cuerpo, usan tenis y gorras en lugar de sombreros. Algunos de ellos son Natanael Cano, Junior H y Peso Pluma, cuyas canciones han encontrado rechazo tanto en el público como entre algunos grupos e intérpretes de corridos.

Sin embargo, este género tiene dos antecedentes importantes. El primero de ellos es el grupo T3R Elemento, cuyo cantante, Kristopher Nava, tenía apenas 14 años cuando ya cantaba canciones sobre Caro Quintero y las peripecias para traficar drogas escondidas en aviones comerciales.

El segundo son los raperos Fntxy y Cozy Cuz, quienes formaron el dueto conocido como La Plebada, cuya lírica está apegada al hip hop en el sentido de hacer barras y rimas dentro de una base en conjunción de instrumentos como la tuba y el acordeón. Pero ellos inauguraron lo que de aquí en adelante conoceremos como el género regional urbano.

La diferencia más grande entre los corridos tumbados y los corridos tradicionales está en el aspecto musical, puesto que en los corridos tumbados se unen a las bases 808 del trap, subgénero del hip hop, el acordeón, la tuba y el bajo sexto. Así, en los corridos tumbados se percibe una base de bajos más profunda que se contrapone y complementa con secciones de metales rítmicos.

En cuanto a las letras, éstas ya no cuentan historias como las que se perciben en “Contrabando y traición” o en los muchos corridos antes mencionados. Las composiciones de los exponentes de los corridos tumbados hablan, en su mayoría, en primera persona de los logros obtenidos del narcotráfico sin hacer alusión a grandes cargamentos. Tanto pareciera ser que el intérprete es o un sicario de un grupo del crimen organizado o un simple narcomenudista. También se expresa el agradecimiento que se tiene por alguien dentro de un cartel.

Eso sí, se enaltece a narcotraficantes afines a Joaquín “El Chapo” Guzmán, tales como Juan José “El Azul” Esparragoza Moreno o los hijos del propio Chapo: Ovidio Guzmán López e Iván Archivaldo Guzmán Salazar.

Una vez más, estas letras las escriben personas jóvenes, de menos de 25 años en este caso, que han internalizado y normalizado la violencia luego de crecer alrededor de ella. Pero con el paso del tiempo, y para facilitar su comercialización, los corridos tumbados se van difundir bajo la etiqueta de ser música regional urbana. Esto debido a que en meses pasados ya han tenido que enfrentarse a nuevos intentos de censura por parte de gobiernos que han cancelado sus conciertos, como lo hicieron recientemente en Cancún.

Sin embargo, los corridos tumbados han logrado que a nivel mundial se preste atención a la música mexicana.