Reducir el CO2: Un Antiácido Para los Océanos

A finales de este siglo, los mares tendrán un ph de 7.5, lo que afectará no solo la vida marina: la misma existencia del ser humano está en peligro

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Reducir el CO2: Un Antiácido Para los Océanos

Arrecifes de coral Bajos del Norte, en Yucatán, en agosto de 2021. Foto: Cuartoscuro | Archivo

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Desde finales de 1980, el 95% de las aguas superficiales a mar abierto se han vuelto más ácidas, ya que la cantidad de dióxido de carbono ha alcanzado un volumen 50% superior al que existía antes de la revolución industrial, según la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, en inglés).

Video: Capítulo 4, Segunda Temporada: Un Antiácido Para el Océano

Antes de este periodo de desarrollo económico entre los siglos XVIII y XIX, el ph del mar era de 8.2, es decir, ligeramente alcalino, pero en la actualidad ha bajado apenas una décima (8.1), de tal forma que el océano se ha acidificando un 30% más de lo que era en aquella época.

En 2021, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) alertó que a finales de este siglo, la acidez de los océanos podría ir de 7.5 a 7.8 en ph, es decir, un 150% más ácido que antes de la revolución industrial, lo que afectaría a la vida marina, pero también al ser humano.

El valor de los mares

El océano produce el 50% del oxígeno que respiramos a diario y absorbe el 25% del dióxido de carbono que emitimos cada año. Es, a decir de los expertos, la máquina más importante para mantener el planeta habitable; sin embargo, estamos produciendo más dióxido de carbono del que los océanos pueden absorber y en consecuencia, se están acidificando.

El ciclo es sencillo: el dióxido de carbono es absorbido por el mar para transformarlo en químicos necesarios para la vida marina y para mantener el equilibrio planetario. Sin embargo, la actividad humana está generando más contaminantes de los que los océanos pueden filtrar.

Según datos de especialistas, entre 3 mil y 20 mil años de vida en la Tierra, se soltaron por año de 300 millones a 1 mil 700 millones de toneladas de carbono por año. Hoy, por año se emiten 51 mil millones de toneladas producto de nuestras actividades.

Por ello, es inevitable que en el mismo informe del IPCC se puede leer lo siguiente: "Es prácticamente seguro que las emisiones de CO2 de origen humano son la principal fuerza impulsora de la actual acidificación global de las aguas superficiales del mar abierto".

El problema real es la escala y la velocidad del cambio, porque hace 500 millones de años, cuando florecía la vida en el planeta, el oceano era ácido (7.2), como nuestra sangre (7.3), pero hoy, en cuestión de décadas, estamos cambiándolo de 8.2 a 8.1 y esa es la raíz de este escenario que enfrentamos.

Pero ¿cuál es el problema de la acidificación de los océanos? La IAEA explica que este problema es perjudicial para los ecosistemas marinos y las personas que dependen de ellos para sus sustento o alimentación. Además, la acidez disminuye la concentración de iones de carbonato, un compuesto que usan algunos organismos para conformar y regenerar sus conchas y esqueletos.

Con la acidificación, estos animales necesitan de más energía para hacer frente al medio, lo que cambia sus funciones, la fisiología, su reproducción, así como las cadenas alimentarias y los espacios donde se desarrolla su vida. Un caso de ello son los arrecifes de coral.

Las colonias coralinas

Los corales son animales encargados de formar las estructuras más grandes no construidas por el ser humano en el planeta: los arrecifes. Estos ocupan el 1% del fondo marino, y sin embargo una cuarta parte de la vida marina dependen de ellos, pues sirven como hábitat de diferentes especies.

A los corales les cuesta hacer arrecifes cada vez más "porque el material del cual están hechos se encuentra vulnerable" a consecuencia de la acidez de los mares. Al estar en peligro los corales, ponemos en riesgo al resto de los animales, incluyendo al ser humano.

Estas colonias nos prestan una gran cantidad de servicios ecosistémicos, por ejemplo:

  • Son fuente de atracción turística
  • Protegen ante los eventos naturales como huracanes 
  • Nos brindan alimento a través de la pesca comercial

Y aunque hay estrategias para preservar y regenerar a los arrecifes de coral, son medidas caras, no pueden abarcar grandes extensiones y su éxito no está garantizado, pues lo que debe cambiar son las condiciones para que el coral pueda vivir en su entorno, esto es, evitar la acidificación de los océanos.

Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar las condiciones? Debe ser un trabajo entre autoridades, ciudadanía, prestadores de servicio, medios de comunicación, debe ser un esfuerzo en conjunto de todos los sectores que participan para frenar el cambio climático, la emisión de contaminantes y la acidificación.

Entonces, ¿cuál es la consecuencia de la acidificación de los océanos? Esta fue la pregunta que se analizó en un Antiácido para el océano, cuarto capítulo de la segunda temporada de 1.5° Para Salvar al Planeta, contenido exclusivo de N+ Media, en el que se abordó la importancia de mantener el equilibrio marino. 

Y a ti, ¿qué más se te ocurre para eliminar el problema de raíz: el exceso de emisiones de dióxido de carbono?

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ICM