A quien desee rendir un homenaje pueden visitar las tumbas y dejar flores como muestra de respeto.
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Cuenta la historia de que, a inicios de los años 50, surgió una epidemia de polio en Nuevo Laredo, la que acabó en esta entidad con la vida de por lo menos 100 menores de edad.
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En los años 1955 y 1956, una epidemia de poliomielitis golpeó con fuerza a varias ciudades de México, entre ellas Nuevo Laredo, Tamaulipas. La tragedia cobró la vida de al menos 100 menores, desde recién nacidos hasta niños de 11 años. Sin embargo, los detalles precisos de este evento y su impacto en la comunidad permanecen en gran medida desconocidos.
José Vázquez García, trabajador del panteón "Jardín de los Ángeles" en Nuevo Laredo, Tamaulipas, recuerda las historias transmitidas por sus compañeros sobre la "epidemia".
Pues sí me platicaron mis compañeros que fue una pandemia, pero no es todo lo que yo sé; tampoco sé mucho de eso, simplemente ahí los sepultaron
La situación alarmante de aquellos años, donde muchas familias de bajos recursos carecían de un lugar para sepultar a sus hijos, llevó al dueño del panteón a donar terrenos. Los niños fallecidos fueron enterrados en la sección San José, marcados únicamente con cruces de piedra que llevan su nombre y la fecha de su muerte.
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su sitio de Internet, la poliomielitis es una enfermedad altamente infecciosa causada por un virus que invade el sistema nervioso y puede causar una parálisis total en cuestión de horas. Se transmite, vía fecal-oral o a través del agua o los alimentos contaminados, logrando multiplicarse en el intestino. Los síntomas iniciales son fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolor en las extremidades.
Han pasado 69 años desde esta tragedia, y hoy en día las tumbas de estos niños se encuentran en el olvido. De las más de 100 tumbas, solo cuatro siguen siendo visitadas por familiares, algunos de los cuales han enterrado ahí a otros miembros de la familia.
Para aquellos que deseen rendir homenaje, pueden visitar estas tumbas cubiertas de tierra, dejando flores como muestra de respeto. A pesar de los años, estos pequeños siguen siendo recordados, aunque sus historias se pierdan en el tiempo.
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