Un Mala Relación con Mamá o Papá Impacta la Salud a Largo Plazo

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Los investigadores analizaron la calidez de los padres, la comunicación y el tiempo que pasaron con sus hijos cuando tenían entre 12 y 17 años

El estudio también incluía controles de edad, raza, etnia, estructura familiar y otros factores

Una mala relación entre padres y adolescentes afecta la salud en edad adulta. Foto: Pexels | Ilustrativa

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Algunos estudios lo habían anticipado pero, hoy, una investigación en la que participaron miles de personas, lo confirma: las relaciones positivas y sólidas entre padres y adolescentes mejoran la salud mental, sexual y física de los jóvenes a largo plazo.

Las buenas relaciones entre los adolescentes y sus padres también reducen el riesgo de abuso de sustancias en el inicio de la edad adulta y de sufrir problemas cardiovasculares.

Esta es la principal conclusión de un macroestudio realizado por investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia (Estados Unidos) y publicado en JAMA Network Open.

Algunos trabajos habían advertido los efectos positivos de una buena relación entre padres y adolescentes, pero esos estudios se habían visto limitados por el reducido número de participantes, el corto periodo estudiado, la falta de diversidad o la referencia exclusiva a la relación con la madre.

La nueva investigación utilizó los datos de más de 15 mil adultos que se habían inscrito en el Estudio Longitudinal Nacional de la Salud de Adolescentes a Adultos, a mediados de la década de 1990, cuando tenían entre 12 y 17 años.

"El objetivo era comprender mejor cómo las diferentes características de las relaciones madre-adolescente y padre-adolescente pueden estar relacionadas con una amplia gama de resultados favorables en la edad adulta", explica Carol A. Ford, autora principal del estudio y catedrática de Medicina del Adolescente en el Hospital Infantil de Filadelfia.

¿Qué es lo que importa en la relación padres-hijos?

Los investigadores analizaron circunstancias como la calidez de los padres, la comunicación, el tiempo que pasaban juntos y las expectativas académicas.

Al entrar al periodo de edad entre 24 y 32 años, los participantes reportaron los niveles de estrés, depresión, optimismo, dependencia a la nicotina y abuso de sustancias, así como otras medidas de salud general.

El estudio también incluía controles de edad, raza, etnia, estructura familiar y otros factores, además de considerar la separación de datos en función de las relaciones con las figuras materna y paterna que vivían en el hogar.

Al final, se analizaron los datos de más de 10 mil participantes.

Los que declararon niveles más altos de cariño con la madre y el padre, comunicación, tiempo en común, expectativas académicas y satisfacción con la relación, la comunicación y la disciplina inductiva, evidenciaron niveles significativamente más altos de salud general en la edad adulta joven.

También presentaron índices significativamente más altos de optimismo y calidad en las relaciones de pareja, así como menores indicadores de estrés y síntomas depresivos en la etapa de adultos jóvenes.

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Los niveles más altos de calidez parental, tiempo compartido y satisfacción por la relación y comunicación con los padres también se asociaron con tasas significativamente más bajas de dependencia a la nicotina y abuso de sustancias en la edad adulta, y con menos probabilidad de embarazo no deseado.

"El patrón general de estos resultados sugiere que las relaciones sólidas entre los adolescentes y sus madres y padres conducen a una mejor salud y bienestar en la edad adulta joven", resume Ford.

"Los esfuerzos para fortalecer las relaciones entre padres y adolescentes pueden tener importantes beneficios para la salud a largo plazo", concluye. 

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Con información de EFE
RAMG