Un Tipo de Cáncer Afecta Más a Niños Latinos, ¿Por Qué?

El oncólogo pediatra Alberto Olaya analiza cómo ciertas actividades de los padres de familia pueden impactar en la aparición de Leucemia Linfoblástica Aguda en bebés

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Roberto Hernández | N+

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Leucemia afecta más a niños latinos

Especialistas alertan que los niños pueden ser más propensos a padecer leucemia si los padres se expusieron constantemente a químicos. Foto: Cuartoscuro | Archivo

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Uno de los tipos más comunes de cáncer infantil tiene mayor prevalencia en los países que van desde México hasta Argentina, y su origen podría estar relacionado con las causas sociales, laborales y ambientales que los padres viven cotidianamente: la Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA).

Según la Secretaría de Salud, la LLA es el tipo de cáncer más común en niñas y niños. Es el cáncer de los glóbulos blancos linfoides (defensas) en la sangre formada por glóbulos blancos o células de defensa contra infecciones (linfoides y mieloide), glóbulos rojos (llevan la hemoglobina a todo el cuerpo) y las plaquetas (ayudan a la coagulación), que se originan en la médula ósea. Por lo general, este tipo de cáncer empeora de forma rápida si no se trata.

Además, la médula ósea en personas con leucemia solo produce glóbulos blancos anormales y deja de producir glóbulos rojos y plaquetas, evitando que se combatan las infecciones y provocando sangrados y anemia.

Las células leucémicas pueden diseminarse fuera de la sangre a otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) o los testículos. En nuestro país, las entidades con mayor incidencia son Ciudad de México, Chiapas y Jalisco.

Al respecto habla Alberto Olaya Vargas, oncólogo pediatra y jefe del Departamento de Trasplante de Médula Ósea y Terapia Celular en el Instituto Nacional de Pediatría. Además, es parte del Consejo Nacional de Cáncer Infantil, de la Secretaría de Salud, y de la Comisión Técnica para la elaboración de los Protocolos Nacionales Seguros Populares para el Cáncer Infantil en México: una investigación que lleva a cabo que señala que las actividades y sustancias que consumen los adultos pueden ser factores clave en la presencia del cáncer infantil de los hijos que lleguen a procrear.

Alberto Olaya alerta por los riesgos que hay en el ambiente y propician la aparición de leucemia. Foto: Roberto Hernández | N+

‘Apagar’ los transistores

De acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante 2020 en México se registraron poco más de 5 mil casos de cáncer en menores de 14 años: la leucemia fue el de mayor incidencia (más de mil 800 casos), y alrededor de tres de cada cuatro de esos casos fueron diagnosticados con LLA.

Para explicar más a detalle, Alberto Olaya señala que todas las personas tienen dos pares de genes, porque si se descompone uno la intención es que funcione el otro y de esta manera el organismo se mantenga en eficiencia.

Sin embargo, en el caso del cáncer infantil explica que su causa más común es la pérdida de heterocigosidad, es decir, ambos genes dejan de funcionar.

“Como si a una televisión le ponen dos transistores para que funcione, si se descompone uno, el otro sigue funcionando. Es como los riñones, si uno deja de funcionar está el otro”. Pero señala que cuando los dos "transistores" dejan de funcionar es cuando aparece el cáncer.

Bebés con un ‘transistor fundido’

Alberto Olaya explica que en pediatría han notado que “el primer disparo”, es decir, cuando “se apaga el (primer) transistor”, se da desde la etapa prenatal, o sea, en las células germinales: el espermatozoide y el ovocito, “incluso antes de la fecundación”.

Y ejemplifica: “Si un hombre consume alguna droga de manera habitual eso daña a los espermatozoides, entonces, cuando esos espermatozoides fecundan un ovocito el producto consecuente de esa fecundación ya trae ‘un transistor fundido’”.

Por lo tanto, cuando ese bebé nace ya tiene comprometido uno “de sus transistores”.

‘Empleos latinos’

Aunado a la probabilidad de nacer “con un transistor fundido”, existen situaciones ambientales ligadas a las laborales que aumentan el riesgo de que los niños nazcan con cáncer o lo desarrollen, detalla Alberto Olaya.

Y explica que justo la predisposición genética, con mayor prevalencia en hispanoamérica, tiene que ver con la exposición a una serie de sustancias y situaciones ambientales que no suceden en otros países, particularmente en los de primer mundo. Entonces, los ambientes juegan el papel preponderante para “fundir el segundo transistor”.

Por ejemplo, tú vas a un país desarrollado y no ves personas despachando gasolina. Hay una estudio en Inglaterra que data de mediados de los 80 en el cual se demostró que los hijos de los trabajadores de expendios de gasolina tenían más riesgo de desarrollar leucemia

Y señala que fue una de las razones por las cuales dejaron de realizar esa actividad, pues detectaron que tanto los padres como los hijos tenían mayor riesgo de desarrollar cáncer.

Sin embargo, detalla, en Latinoamérica el escenario sigue siendo la exposición a ese riesgo, pues actividades como despachar gasolina o utilizar fertilizantes con sustancias como los derivados del petróleo o de los organofosforados, son parte del trabajo que se lleva cabo en países que van desde México hasta Argentina.

En cualquier lugar de Latinoamérica es un trabajo. En México se despacha gasolina. Ese tipo de cosas son las que pueden estar haciendo que tengamos un incremento en estas lesiones, porque nos seguimos exponiendo a cosas que en otros lugares ya no se exponen

Y explica que mientras en un país desarrollado el 90 por ciento de niños con LLA se pueden curar, en países como México ese porcentaje disminuye entre un 20 y 30 por ciento, pues, además, hay otros factores como la deficiente atención integral alrededor del tratamiento y una mala alimentación que terminan por mermar la salud.

Consumo de químicos: ‘el gatillo’ que dispara casos de cáncer infantil

Según la Encuesta Nacional del Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, el 8.6 por ciento de la población en México de 12 a 65 años de edad consumió marihuana alguna vez; en el caso de la cocaína fue de 3.5 por ciento y el de estimulantes de tipo anfetamínico, de 0.9.

El estudio señala que los varones se ubican por arriba de las mujeres, 14 por ciento en el consumo de marihuana (3.7% mujeres), 6.2 por ciento cocaína (1.1% mujeres) y 1.4 por ciento en estimulantes tipo anfetamínico (0.4% mujeres).

Estos datos podrían estar ligados con la prevalencia de la aparición de cáncer en las primeras infancias, según el análisis de Alberto Olaya.

Muchas drogas sintéticas están basadas en sustancias tóxicas como el benceno (que contribuye en) lo que nosotros hoy conocemos como el daño epigenético, es decir, que no se altere el cromosoma sino las estructuras donde ese cromosoma está en reposo, y una vez que sale es cuando se causa la alteración

Además, afirma que el consumo de químicos o sustancias psicotrópicas termina por impactar en los recién nacidos.

“Está bien demostrado que los hijos de fumadores y consumidores habituales de drogas tienen más riesgo (de desarrollar cáncer). Por ejemplo, las mujeres que usan tintes para el cabello tienen más riesgo de tener niños con cáncer que quienes no utilizan (esos químicos)”.

Victoria Flores, hematóloga
Victoria Flores alerta por la predisposición genética que persiste entre las poblaciones latinas. Foto: Roberto Hernández | N+

La genética ‘maldita’ que ‘condena’ a los latinos a la leucemia

La hematóloga Luz Victoria Flores coincide con Alberto Olaya y, además, destaca un dato que abona al tema: genéticamente los latinos están más predispuestos a padecer Leucemia Linfoblástica.

Tenemos un gen maldito que nos hace que respondamos mal ante la leucemia. No importa si estás en Estados Unidos, en Europa occidental, en el mejor lugar. Si eres hispano, aunque recibas el mejor tratamiento, tu pronóstico comparado con la población de ahí es el peor

Incluso, señala que en algunas clasificaciones médicas se cataloga al hispano como de alto riesgo.

“De México a Argentina todos tenemos más mutaciones de mal pronóstico que los que tienen los países de Norteamérica o de Europa occidental. Tenemos más cromosoma Filadelfia, más cromosomas PH+ Like y Arid 5b”, lo cual deriva en menos mutaciones del buen pronóstico.

“No tenemos una manera como para decir que esto provoca estas alteraciones genéticas. Hay un montón de agentes tóxicos ambientales que están favoreciendo que existan mayores errores genéticos, como la radiación, metales pesados, gasolinas, incluso, la obesidad”.

¿Cuáles son posibles síntomas?

La Secretaría de Salud señala que los síntomas pueden variar dependiendo de la persona, y el diagnóstico de algún tipo de leucemia se hace a través de una prueba de sangre, además, lo mejor siempre es contar con asesoría de una persona especialista en salud.

  • Piel pálida
  • Cansancio o falta de energía
  • Moretones sin motivo aparente
  • Dolores en huesos o articulaciones
  • Dificultad para respirar durante la actividad física
  • Infecciones recurrentes
  • Puntos rojos bajo la piel

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