Cáncer de Pulmón: El Peligro de Usar Leña como Combustible

En México, quemar trozos de leña para calentar agua o comida es una práctica común para 20 millones de personas, en especial en el sureste del país

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Roberto Hernández | N+

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Usar leña para cocinas aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón

Persona utiliza una estufa de leña para combatir el frío en Edomex, en 2018. Foto Cuartoscuro | Archivo

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En México habitan más de 126 millones de personas, de las cuales alrededor de una sexta parte está en riesgo de padecer un tipo de cáncer de pulmón por prácticas tan comunes como cocinar o calentar agua.

Al escuchar cáncer de pulmón quizá la relación más inmediata que aparece es aquella con el tabaquismo, sin embargo, este padecimiento afecta también a personas no fumadoras.

Datos de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP (Amexgas) revelan que alrededor de 20 millones de mexicanos utilizan trozos de leña como medio de combustible para la cocción de sus alimentos y calentamiento de agua, por lo que inhalar las partículas que se producen de la quema se vuelve un factor de riesgo que puede terminar en un tipo de cáncer de pulmón.

Carlos Serrano Farrera, presidente de Amexgas, explica que el uso de leña como combustible se da principalmente en municipios del sureste del país y entre los factores que lo motivan se encuentran los usos y costumbres, educación y condiciones económicas y sociales. Sin embargo, esta práctica también suele replicarse en restaurantes, cocinas y hasta en las “carnitas asadas”.

La población de zonas rurales en Yucatán se ha visto más afectada por EPOC.

En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), se registraron 7 mil 811 nuevos casos de cáncer de pulmón en 2020 y 6 mil 733 muertes. Además, según Omar Macedo Pérez, oncólogo adscrito a la Clínica de Tumores Torácicos del Instituto Nacional de Cancerología, explica que el cáncer de pulmón es el tumor más letal, por lo que se ubica como la primera causa de muerte por cáncer.

Cabe resaltar que en el caso de la quema de leña, el riesgo lo corre tanto quien está frente al fogón como quienes se encuentran a su alrededor, pues si se realiza en un lugar cerrado las partículas flotan y pueden, incluso, impregnarse y seguir siendo un factor de riesgo.

Al respecto, Julio César Garibay, médico con una alta especialidad en neumología oncológica por el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias en la Ciudad de México, y cuyas investigaciones han ganado dos premios nacionales de la Sociedad Mexicana de Oncología, alerta: alrededor de 30 por ciento de cáncer de pulmón en no fumadores, en especial en mujeres, puede estar vinculado con el humo de la leña.

Julio César Garibay, médico con una alta especialidad en neumología oncológica. Foto: Roberto Hernández

‘El asesino’ silencioso

La influencia del medio ambiente en la salud pulmonar se ha vuelto cada vez más relevante. Desde los microplásticos hasta partículas que inhalamos derivadas de actividades como la minería, pero ¿qué pasa con prácticas tan cotidianas como cocinar?

Julio César Garibay explica que desde 2011, incluso un poco antes, estudios ya intentaban corroborar que la contaminación ambiental puede tener influencia en el cáncer pulmonar.

Una persona que vive en una urbe más contaminada tiene más riesgo de padecer cáncer pulmonar que alguien que respira aire limpio la mayor parte del tiempo

Por otra parte, alerta que al momento de buscar posibles causas del cáncer suele subestimarse una variable muy importante: la asociación a exposición de humo de biomasa, es decir, de humo de leña.

“Mucha de nuestra población, fuera de los centros urbanos más grandes, todavía cocina con leña y eso explica más o menos el 30 por ciento de los casos de cáncer de pulmón en no fumadores, y sobre todo en mujeres, pues son ellas quienes con frecuencia están cocinando y están expuestas a ese humo de biomasa, lo cual genera un particular tipo de cáncer que no tiene que ver con el tabaquismo”.

Además, el médico detalla que el hecho de tener la estufa de leña dentro de la casa pone en peligro a toda la familia y se convierte en un factor de riesgo importante para cualquier integrante.

Los químicos impregnados, ya sea en paredes o en muebles, se siguen inhalando y siguen siendo un factor de riesgo

Por lo anterior considera que el humo de leña podría ser un tipo de asesino silencioso con el cual conviven cientos de familias mexicanas.

“En especial, porque mucha de la población que está en estas condiciones es vulnerable y en muchas ocasiones no tiene acceso a otros métodos para cocinar”.

Urgen protocolos de seguridad

Además de las personas que utilizan leña para cocinar en casa también existen lugares comerciales que por sabor, moda, tradición o estilo utilizan la leña para cocinar, sin embargo, las medidas de protección para quienes están al frente de la estufa suelen ser ínfimas.

Julio César Garibay explica que exponerse al humo de leña por más de 100 horas al año  implica un mayor riesgo de padecer cáncer pulmonar, ya sea para quien cocina de primera mano o para quien está cerca.

Quizá sí tenga un sabor diferente, eso ya lo dirá el chef, pero tiene que ver con el tipo de químicos que despide esa leña y quedan impregnados en el alimento

Por otro lado, describe que el tipo de químicos que se producen al cocinar directo al fuego también se asocian otros tipos de cáncer, como el de colon o de recto.

“En el caso del cáncer pulmonar sigue siendo un factor de riesgo sobre todo para quien está trabajando ahí”. 

Derivado de lo anterior, hace un llamado para entender la relevancia del tema y tomar cartas en el asunto.

Tenemos que aprender cómo regular esa situación: adecuada ventilación, mejores seguros médicos, protección para no inhalar la mayor parte de esas partículas, un tiempo límite para quien realiza esa actividad, colocar extractores de aire

Usar leña para cocinar aumenta el riesgo de cáncer de pulmón
Utilizar leña para cocinar aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón. Foto: Cuartoscuro | Archivo

Luchar contra la estigmatización

Escuchar cáncer de pulmón podría parecer una sentencia social para colgarle una etiqueta de fumador a una persona, sin embargo, es necesario detenerse un momento a preguntarse y tratar de entender qué la llevó a padecer esa enfermedad.

(Quienes tienen cáncer y son personas no fumadoras) quedaron atrapadas en un sesgo, porque al tener cáncer de pulmón se les suele encasillar con que son personas fumadoras y ‘se lo ganaron’ fumando y no es así, llega a ser, incluso, por una cuestión laboral

Julio César Garibay señala que, en el caso de las mujeres, la mayoría de las veces quienes tienen esta enfermedad la adquirieron laboralmente, pues su actividad requería que estuvieran expuestas a sustancias tóxicas.

“Si una persona, aunque no fume, está expuesta a un medio ambiente contaminado está en riesgo de padecer cáncer pulmonar”.

Y asegura que hay estudios que señalan que los químicos en el ambiente, producto del tabaco, siguen presentes, incluso, durante un mes.

Y toma como referencia el caso del tabaquismo: “No es solamente quien fuma, también impacta si fuma dentro de la habitación o de una casa, todos esos químicos quedan impregnados y eso lo seguimos respirando y también es un factor de riesgo”.

Las distintas ‘caras’ del cáncer de pulmón

Los tipos de cáncer de pulmón se pueden dividir en aquellos de células pequeñas y los de células no pequeñas.

Los de células pequeñas, detalla Garibay, suelen estar muy ligados a fumadores de una o dos cajetillas de cigarros diarias durante muchos años. 

Es una enfermedad muy agresiva y con tratamientos muy dirigidos a esa patología. Representan como el 15 por ciento de los casos

En el otro 85 por ciento, que son los de células no pequeñas, hay una variedad más extensa de tumores.

“Pacientes que fumaron menos que los de pequeñas (células), quienes nunca fumaron, los expuestos a humo de leña, incluso, deportistas jóvenes”.

Además, explica que dentro del 85 por ciento de casos hay biomarcadores que permiten seleccionar un tratamiento muy dirigido para cada paciente.

Por ejemplo, EGFR, un tipo de molécula que puede estar alterada en algunos tipos de cáncer: en México es de alrededor de 33 por ciento que pueden responder a fármacos tomados, distintos a las quimioterapias, con mejor pronóstico

Y explica: “A lo que le llamamos cáncer pulmonar no es una sola enfermedad, en realidad son muchas enfermedades diferentes. Si uno divide (encontrará): pacientes que han fumado tendrán un tipo específico, personas que tienen un tabaquismo pasivo de segunda mano tienen un riesgo relativo de padecer cáncer pulmonar y quienes nunca fumaron y no tienen historia de tabaquismo pasivo y pueden desarrollar cáncer pulmonar”.

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