Vivienda y Racismo, una Realidad que Afecta a México

El condicionamiento basado en el origen o las personas con las cuales vivirás o la falta de un proyecto adecuado según la zona geográfica son factores que terminan por dificultar el derecho a la vivienda digna

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Roberto Hernández | N+

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Vivienda y Racismo en México: Una Realidad que Afecta

Casa afectada por un talud en Santa Fe, CDMX, diciembre de 2015. Foto: Cuartoscuro | Archivo

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Especialistas en temas de protección de los derechos humanos coinciden en algo: En México el racismo se ha hecho presente en el sector vivienda y las afectaciones trascienden lo individual, el Estado también está involucrado

La Comisión de los Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) alerta que quienes pertenecen a un pueblo o comunidad indígena o afrodescendiente cotidianamente enfrentan exclusión, violencia, discriminación e invisibilización en el ejercicio de sus derechos, y uno de ellos es el de la vivienda digna

El artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa, sin embargo, en la práctica las cosas son distintas.

Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la CDHCM, enciende el primer foco de alerta: “Cuando nos preguntan por nuestro Código Postal básicamente estamos naturalizando lo que es racismo y territorio”. 

La especialista en planeación aclara que, prácticamente en cualquier ámbito relacionado con las garantías individuales, el racismo es la categoría sospechosa más relevante en la violación de los derechos humanos.

Con el racismo no hablamos de actitudes individuales, es un tema estructural, cualquier indicador, incluyendo el de derecho a la vivienda, tiene un componente racializado. Ahí está el gran impacto que tiene el racismo en el ejercicio de los derechos humanos

Nashieli Ramírez y Carla Escoffié, en la Jornada Racismo y Territorio del Infonavit, el 20 de abril de 2023. Foto: Cuartoscuro | Archivo

Ramírez Hernández describe en cuatro puntos la crisis social que deriva del racismo que vive México en torno a la vivienda.

“Predomina la exclusión, que incluye aspectos no solo económicos; la segregación: mandamos a cierta parte de la población a lugares que te definen a partir de dónde vives y en qué condiciones; pobres estrategias de inclusión y fallidos intentos de integración”. 

Para la titular de la CDHCM los ambientes van más allá de estructuras y construcciones, son lugares donde se crean relaciones

Cuando perdimos las vecindades y el sentido comunitario de la vida y la solidaridad también vamos perdiendo la empatía

Señala que situaciones como el hacinamiento o falta de espacios de privacidad tienen un fuerte impacto en la visión de salud integral, pues terminan por generar procesos poco empáticos en la resolución de conflictos. 

“Al discutir acerca de vivienda o derecho a la vivienda si no cruzamos todas las categorías sospechosas que son las que discriminan y no permiten el ejercicio de derechos, entre ellas el racismo, el análisis se queda corto”. 

Vivienda adecuada, no digna

Carla Luisa Escoffié Duarte es originaria de Mérida, Yucatán. Actualmente dirige el Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, Nuevo León, y justo haber recorrido ambos lados del territorio nacional le permitió llegar a una conclusión: el tema de vivienda y discriminación se deben atender de manera focalizada.

Hablar de vivienda adecuada obliga a pensar: adecuada para quién y de dónde, lo cual hace ver la diversidad que hay dentro del territorio mexicano, por eso es importante entender la diferencia entre digna y adecuada, porque las fallas de entendimiento llevaron al Estado a destruir viviendas en los pueblos originarios bajo la creencia de que ciertos tipos de formas son las que engloban lo que institucionalmente se considera digno

Escoffié Duarte critica la falta de visión por parte de las autoridades al momento de echar a andar programas de vivienda que no se llevan a cabo de manera cercana a las personas y terminan por ser proyectos homogéneos que muchas veces lejos de atender una necesidad terminan por afectar a una comunidad.

“El racismo al igual que la problemática de vivienda se deben abordar de manera local, no es lo mismo cómo se vive en Mérida que en Tijuana, cuestionarlo es contextual porque así no se pierde la idea de que no sucede en otros lugares (...) Hay que descentralizar la discusión”.

Por otra parte, señala que también se debe pensar en mecanismos que ayuden a lograr una política de vivienda que no solo reproduzca sino mitigue y repare las formas de violencia que ha habido en torno al tema, además de la urgencia de repensar la política de vivienda para realmente atender a las necesidades de la población. 

En las ciudades se da el cómo los asentamientos informales son muchas veces explicados con argumentos simplistas y racistas: son paracaidistas, y claro que existe el paracaidismo, pero no se pueden explicar asentamientos de 50 mil personas bajo esa lógica, pues muchas veces son producto de decisiones de gobierno que motivaron a que las personas se asentaran cerca de las zonas industriales bajo el argumento: ‘no importa dónde te acomodes, lo importante es que llegues a trabajar’

Además, pone sobre la mesa otro tipo de racismo dentro de la vivienda: los estándares que imponen los arrendadores.

“En la Ciudad de México los requisitos de renta incluyen ‘no personas de ciertos estados’ o ‘manda una selfie de las personas que vivirán contigo’, esta racialización de seleccionar dependiendo su origen geográfico claramente es algo racista”, y termina por segregar a la población. 

“No todos somos mexicanos”

Judith Bautista Pérez dirige Copera (Colectivo Para Eliminar el Racismo), desde donde critica “la mexicanización” en el país y cómo esto relega a poblaciones indígenas y afrodescendientes.

El discurso del proyecto racial en México es: todas y todos somos mexicanos, y no es cierto. Para mí, que soy zapoteca, lo primero que me conflictuaba era saber qué era, el idioma oficial, el cual no existe por cierto, era ajeno a mí, incluyendo toda la cuestión social y política

Para Bautista Pérez en el proyecto racial en México ha sido imperante el racismo anti negro, anti asiático y anti indígena. 

“La ley del Infonavit no hace ninguna mención a población indígena ni afromexicana y son contadas las veces que aparece la palabra indígena en los temas de vivienda”. 

Por otra parte, señala que la precarización de las condiciones tanto económicas como laborales violan el derecho a la vivienda.

"La precarización laboral hace que sea más difícil llegar al derecho a la vivienda digna y termina por segregar", pero independientemente de este tema pone de manifiesto que la falta de servicios o el condicionamiento de los mismos terminará por afectar a cualquier persona sin importar dónde se encuentre. 

El racismo ambiental afecta a todas las personas. El ecocidio como uno de esos efectos y su repercusión llega a todas las personas sin importar dónde o cómo viven

Por último, para hacerle frente a la problemática social lanza un cuestionamiento: “Es bueno que haya la tendencia a hablar del tema, pero qué voces sí se escuchan y quiénes están al mando de la toma de decisiones”.

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