Aunque las desapariciones aumentan, las autoridades niegan el problema e incumplen leyes como para maquillar sus cifras
Alejandra Barriguete y Alberto Pradilla
La tumba de Debanhi Escobar en Nuevo León. Foto: N+Focus
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Los casos de mujeres desaparecidas, víctimas de feminicidio y trata en Nuevo León han crecido en los últimos cinco años. Pese a las cifras, el gobierno asegura que no hay un problema de criminalidad en el estado.
Activistas y familiares de víctimas señalan que existen fallas estructurales tanto en la investigación como a la hora de abordar el problema con perspectiva de género.
Algunas de estas fallas son que la desaparición, de hombres y mujeres se registra como persona “no localizada”, la consecuencia de esto es que legalmente no son consideradas víctimas de delito, lo que dificulta la investigación.
Los datos que tienen las autoridades sobre las desaparecidas están incompletos, pues en muchos casos, información relevante como como la altura, la forma de la cara o el color de los ojos, no se tienen.
Además, la fiscalía estatal solo abre carpeta por desaparición en uno de cada cuatro casos incluidos en el registro nacional.
A través de entrevistas a decenas de familiares de víctimas, activistas y funcionarios y de solicitudes de transparencia, N+Focus revela en el reportaje Desaparecidas e ignoradas: el peligro de ser mujer en Nuevo León, esta problemática.
Se buscó al gobernador Samuel García, ante la falta de respuesta, se le abordó en la calle, pero solo se comprometió a “trabajar” en el asunto.
El caso de Debanhi Escobar, desaparecida y hallada sin vida en abril de 2022, se volvió símbolo de un fenómeno que golpea especialmente al estado norteño, pero ese era solo la punta del iceberg.
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