Popocatépetl Pone en Vigilia a 25 Millones de Habitantes
Millones de personas, el tráfico aéreo y científicos vigilan la actividad del volcán situado en los límites territoriales del Estado de México, Morelos y Puebla
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El volcán Popocatépetl lanza una columna de ceniza, el 18 de mayo de 2023. Foto: Cuartoscuro | Archivo
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Trece científicos de diferentes especialidades siguen atentamente la actividad en tiempo real del Popocatépetl, ya que de entrar en erupción podrían verse afectadas 25 millones de personas, cientos de escuelas, hospitales, viviendas y cinco aeropuertos de constante tráfico nacional e internacional.
Esta semana, once pueblos aledaños cerraron sus escuelas debido a la ceniza acumulada sobre calles y automóviles.
El volcán de 5 mil 426 metros de altura es vigilado por siete cámaras, una de ellas térmica, 12 sismógrafos, seis estaciones para medir deformaciones en sus laderas, dos sensores infrasónicos y siete estaciones meteorológicas.
Todas estas herramientas y artefactos envían datos de su actividad a un centro de control situado al sur de la Ciudad de México.
Según el técnico Paulino Alonso, responsables del Laboratorio de Monitoreo de Fenómenos Naturales del Centro Nacional de Prevención de Desastres de México (CENAPRED), las nubes de ceniza merecen especial atención si son más o menos grandes y casi constantes.
¿La razón? Ya que desde 1994 el volcán no duerme, el principal peligro son los problemas respiratorios en la población; mientras que la ceniza afecta la visibilidad en los aviones y puede actuar como una "lija" en su fuselaje y alas.
A diferencia de los terremotos, los volcanes pueden ser más predecibles y lanzar señales de alerta en el aumento de explosiones de ceniza y material piroclástico.
También es un indicador que se deformen las laderas, que haya más temblores o que se incrementen los niveles de gases o sustancias químicas en los manantiales de la zona.
El CENAPRED diseñó el "semáforo volcánico", el cual sirve para dar prevención a la población: el verde significa tranquilidad; amarillo, alerta; y el rojo, peligro. Desde hace años se ha mantenido entre varios niveles dentro del amarillo, que indica que hay que estar prevenidos, pero sin alarma.
En sala también son monitoreados otros fenómenos naturales como sismos, huracanes y hasta la intensidad de los rayos cósmicos del sol.
Si hay una explosión importante (en el sol) podrían verse afectadas las comunicaciones, la transmisión de energía eléctrica
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Con información de AP
MV