Mujeres Denuncian Más la Violencia Familiar, pero No Encuentran Justicia
Las cifras reportan que las denuncias por este delito han crecido 122% entre 2015 y 2023, sin embargo hay grandes retos para que las investigaciones terminen en una sentencia
Andrea Vega
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Alejandra Michel vivió violencia durante más de diez años con el hombre con quien vivía. A los dos años de haberse ido a vivir con él empezaron las agresiones, primero fue violencia psicológica, después vinieron los golpes. Se atrevió a denunciar luego de una golpiza que la dejó ensangrentada. Acudió a la policía municipal, le dijeron que ahí no era, que tenía que ir a un ministerio público, pero en el municipio de Coquimatlán, en Colima, donde vive, no había uno. Desistió de poner la denuncia.
Eso fue hace unos 20 años, ahora ya hay ministerio público en Coquimatlán y las mujeres tienen más facilidades para denunciar, además de más información y conocimientos para hacerlo, dice Alejandra Michel, quien fue durante cinco años directora del Instituto Municipal de la Mujer. Aunque eso no quiere decir que haya más acceso a la justicia y a la protección, añade.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los números de denuncias presentadas por violencia familiar han venido creciendo año con año. En 2015 se registraron 127 mil 424 en todo el país, para 2022 ese número ya era de 270 mil 544 y en 2023 fueron 284 mil 140. Una subida en el número de denuncias de 122% en ocho años.
Iris Santillán Ramírez, responsable del Seminario Permanente de Estudios de Género y Violencias contra las Mujeres de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dice que estos números pueden reflejar más que un incremento de la violencia familiar, que más bien se mantiene igual, un aumento en la denuncia.
Coincide con ella, Julia Chávez Carapia, académica del Centro de Estudios de la Mujer de la Escuela Nacional de Trabajo Social, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien señala que no es que la violencia se haya incrementado es que se está denunciando más, pero ataja que aun así lo que se ve es solo la punta del iceberg. “Estamos empezando a denunciar, se está visibilizando un problema de siglos, pero lo que no se denuncia todavía es mayor, todavía hay una enorme cifra negra”.
Entre los factores que se conjugan para esa mayor cultura de la denuncia está, dice Santillán Ramírez, que se ha incrementado el conocimiento y la conciencia de las mujeres de que si viven violencia eso no es amor, también puede esto ser efecto de acciones que se llevan a cabo desde varios ámbitos. “En las universidades no se hablaba antes de violencia, hoy ya se puso en la discusión pública, por ejemplo”.
El activismo de las mujeres también está influyendo mucho, “se está trabajando por deconstruir la idea de amor que nos habían enseñado en una cultura patriarcal, con el dominio de los hombres, que llegan a los golpes con tal de someter y de seguir teniendo el control y el poder”, dice Santillán Ramírez.
Chávez Carapia, subraya que en efecto, el movimiento feminista ha influido mucho en que ahora se identifique más la violencia y se denuncie, lo mismo que la incorporación de los estudios de género y la teoría feminista en los espacios académicos, la no dependencia económica total de la mujer hacia el hombre, el mayor nivel educativo y hasta las redes sociales, que se erigen como foro de discusión para comentar situaciones personales y para el debate público.
Rubicela Cayetano, del Centro para los Derechos de la Mujer Naaxwiin, quien lleva 20 años trabajando en prevención y atención de la violencia contra la mujer en la zona norte del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, comenta que antes la violencia familiar estaba normalizada, “antes les decían, seguro no cumpliste con ser mujer, la misma familia se los decía, y las mujeres se aguantaban, ahora se ha hecho mucho trabajo, sí desde las instituciones, pero mucho desde la sociedad civil para que se sepa que esto no es normal y se denuncie”.
Sin acceso a la justicia y la protección
Pero el aumento de las denuncias no se traduce en mayor justicia y protección. Alejandra Michel cuenta que después de ser víctima de violencia familiar y alejarse de su agresor, logró estudiar y llegó a ser directora del Instituto de la Mujer en Coquimatlán, el municipio donde vive, en Colima, durante cinco años, de 2015 a 2020, estuvo en ese cargo y acompañó a muchas mujeres a presentar denuncias.
“Nos topábamos siempre con el maltrato y la revictimización a las mujeres, pasaba que no les creen, que quieren pruebas, que las quieren ver ensangretadas para actuar, les gritan, las amenazan, en una ocasión acompañé a denunciar a una adolescente de 15 años víctima de un intento de violación en su familia, la ministerio público le dijo que si le echaba mentiras, ella era la que se iba a ir a la cárcel y la niña temblaba de miedo con cada palabra”, cuenta Michel.
Rubicela Cayetano, dice que en sus 20 años de trabajar para frenar la violencia contra la mujer en la zona norte del Istmo de Tehuantepec se ha topado con que no hay acceso a la justicia para ellas.
“El sistema de justicia no está preparado ni sensibilizado para atender la violencia de género, las autoridades no están capacitadas, no conocen los protocolos, y muchas mujeres que acuden a las instancias correspondientes no siente apoyo, al contrario hay mucha revictimización”.
Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios, señala que en México se promueve la denuncia en delitos como la violencia familiar pero hay un estado de derecho fallido, “no hay garantía de acceso a la justicia, si se logra poner la denuncia, lo cual es también toda una odisea, el problema es el seguimiento, muchas veces no hay continuidad en la investigación”.
Las entrevistadas coinciden en que las autoridades siguen con resistencia a considerar a las mujeres víctimas de violencia, no se toman esto en serio, y las carpetas se van a archivo y es difícil que se judicialicen.
De hecho, pese a que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta para 2022 un total de 270 mil 544 denuncias por violencia familiar, el Censo Nacional de Impartición de Justicia Estatal, del INEGI, reporta para ese año solo 47 mil 221 causas penales ingresadas en primera instancia para ese delito.
El Código Penal Federal (CPF) reconoce la violencia familiar y la castiga con entre seis meses y cuatro años de prisión.
Otro problema es la falta de protección a la que se enfrentan las mujeres en un momento en que están en mucho mayor riesgo, porque si denunciaron los agresores van a estar enojados, “si se llega a levantar la denuncia, el otro punto es que no hay protección inmediata, hay órdenes de protección, medidas de protección, pero no son garantes, empezando porque hay deficiencia en el número de patrullas y policías que pueden ser designados para proteger a las mujeres, y tampoco les informan que pueden ir a un refugio”, dice Wendy Figueroa. Así que aun queda un camino largo para tener una justicia integral, concluye.
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