De los 16 militares que en mayo pasado atacaron a cinco hombres que viajaban en una camioneta negra que impactó contra un muro de contención en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y que fueron detenidos en junio, 10 salieron de la prisión del Campo Militar 1-A, debido a que no se configuró el delito de desobediencia del que se les acusó en el fuero militar, porque repelieron una agresión.
El juez primero de Control de la Primera Región Militar, con sede en la Ciudad de México, revocó la vinculación a proceso contra estos militares porque el comandante del Batallón de Infantería que participó en los hechos no se presentó a testificar para aclarar la orden de no perseguir y enfrentar a los presuntos integrantes de la delincuencia organizada.
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El plazo para que el coronel de Artillería compareciera como parte de las diligencias, venció por lo que los 10 militares fueron dejados en libertad, quedando un teniente y cinco elementos militares en prisión.
Los efectivos quedaron detenidos porque la FGR ejerció acción penal en su contra por su presunta responsabilidad en los delitos de homicidio calificado y ejercicio ilícito del servicio público relacionados con el caso difundido a mediados de año.
Fue a través de un video que se mostró la presunta ejecución por parte de elementos del Ejército mexicano contra cinco civiles, después de una persecución en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo.
En la grabación se observa cómo los militares someten a los civiles, los privan de la vida con disparos de arma de fuego y después alteran la escena de los hechos.
La Secretaría de la Defensa Nacional afirmó que las acciones contra el personal involucrado son independientes a la investigación que realiza la Fiscalía General de la República que colabora con la SEDENA, para determinar las responsabilidades.
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Con información de corresponsales
ICM
