Embate de Otis lo Comparo con Gaza: Hombre que Vivió Terremotos de 1985, 2017 y 2019

Raúl Barreto ha vivido desastres naturales muy impactantes, como el terremoto de 1985 y los sismos que azotaron a México en 2017 y 2019, pero nunca había sentido tanto terror como ahora que estuvo en Acapulco junto con su esposa durante el embate de Otis, un ciclón que ─como ningún otro en el Pacífico mexicano─ evolucionó de tormenta tropical a huracán categoría 5 en menos de 12 horas.

Lo que yo vi lo comparo con lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza: los edificios destruidos, edificios nuevos que se ven de lado a lado, el viento barrió con muebles, con puertas; fue algo de terror que vivimos mi esposa y yo.

En entrevista con Danielle Dithurbide en Despierta, Raúl Barreto dio su testimonio sobre lo que vivió al estar en el sexto piso de un edificio en Acapulco, Guerrero, y el miedo posterior al pensar en la escasez de alimentos o en que pudiera caducar la insulina que requiere su esposa.

Por el golpe del ciclón ─narró─ el edificio de alrededor de 24 departamentos empezó a moverse como si se estuviera registrando un terremoto.

Vivimos en un edificio que no es muy viejo, tendrá 15 años de construido, entiendo que bien construido, pero llegó un momento en que el edificio se empezó a mover como si estuviera un terremoto.

Con la voz entrecortada, Raúl recordó que cuando empezó el impacto de Otis estaba con su esposa en la sala, abrazados, cuando la puerta de uno de los cuartos salió volando y le pasó a centímetros de la cara, por lo cual decidieron correr a refugiarse en el baño.

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Además, contó que estuvo con los pies en el agua alrededor de una hora y media, deteniendo la puerta porque el aire la empujaba; “fue un evento muy terrorífico”.

Raúl y su esposa ─ambos de más de 70 años─ estuvieron alrededor de 3 horas refugiados en el baño, escuchando el tronido de muebles y los cristales rompiéndose, un “zumbido” que ahora sigue en su cabeza.

“El terror que esta vez vivimos no lo había vivido nunca, ni en el 85, ni en el 17 ni en el 19, porque fueron horas de estar viviendo ese zumbido que tengo que buscar la manera de sacármelo de la cabeza. Necesito ayuda profesional”, expresó el adulto mayor.

Mientras estaba en el baño, también pensó en que luego del paso del ciclón no tendrían energía eléctrica y además pensó en que tendrían que racionar el agua y los alimentos: una lata de atún y cuatro plátanos.

Pero lo que más me angustiaba es mi esposa, requiere insulina, ya somos personas de más de 70 años y tenemos algunas enfermedades crónicas. Y la insulina si no está refrigerada caduca, se echa a perder, y dije: qué voy a hacer si a mi esposa le da un coma diabético, en un sexto piso, como están las condiciones bajarla yo no puedo, ella tiene problemas para caminar.

Raúl Barreto también expresó su tristeza porque aún no se ha desarrollado o incrementado la tecnología para advertir a la gente sobre el impacto de meteoros de esta magnitud, pues comentó que, si hubieran sabido de la fuerza de Otis, hubieran partido antes a Chilpancingo.

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De igual manera, añadió, contar su experiencia y narrar lo que vivió tiene la intención de transmitir la necesidad que hay en Acapulco de ayuda, donde el daño es mayúsculo.

“Acapulco es un paraíso, pero ahorita es un desastre, como si estuviéramos en la Franja de Gaza: edificios destruidos, y lo triste, insisto, en el 85 lo viví y el pueblo se volcó a ayudar y aquí vi al día siguiente la rapiña, el robo, por qué somos así los seremos humanos, por qué no nos ayudamos en una tragedia como ésta”, expresó Barreto, quien ya se encuentra en la Ciudad de México.

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Con información de N+

spb