Fugas y Daños en Instalaciones: La Contaminación Invisible que se Vuelve Amenaza Climática
Las fugas y malas condiciones de instalaciones de la industria energética y del gas y petróleo emanan gases nocivos que dañan a la población vecina
Carlos Carabaña
Visión con cámara Flir de un chimenea de la central termoeléctrica de ciclo combinado de Poza Rica, en Veracruz. Foto: N+ Focus, Earthworks y Alianza Mexicana Contra el Fracking
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Hay una contaminación que no vemos: Gases nocivos que emanan por las fugas y malas condiciones de las instalaciones de la industria energética y del gas y el petróleo: Metano, óxido nitroso, metanol, etanol, benceno y demás compuestos dañan la salud de los habitantes de las zonas petroleras. N+ Focus, junto a la Alianza Mexicana contra el Fracking y la organización estadounidense Earthworks, recorrió la cuenca Tampico-Misantla para documentar estas fallas.
Earthworks trajo una cámara Flir, la cual graba imágenes de gas con ópticas que permiten detectar visualmente tanto el calor como los compuestos químicos que tienen absorción infrarroja. Básicamente, hace visible esa contaminación que no vemos. Patricia Rodríguez, analista certificada de imágenes de gases ópticos, operaba la cámara.
En el caso de la central termoeléctrica de ciclo combinado de Poza Rica, en Veracruz, a escasos tres kilómetros del centro de la ciudad, a simple vista todo está bien. Pero al grabar con la cámara se ve que una de sus chimeneas emite grandes cantidades de metano y otros gases que afectan a los 200 mil vecinos de la ciudad.
Vecinos que conviven con el centenar de pozos que están regados por la ciudad, entre las casas, dentro de los parques, donde corren y sus hijos juegan en medio del olor a gas. Como el pozo 26, entre la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad de Veracruz y un Chedraui, que tiene un generador que lanza al aire, sin interrupción, enormes cantidades de metano y otros gases.
En Venustiano Carranza (Puebla), a 30 kilómetros de Poza Rica, está el campo Agua Fría. Con una producción muy activa en los últimos meses, los escapes de sus baterías de separación, que se encargan de separar el gas del petróleo, emiten gas constantemente y no lo queman de forma adecuada, afectando al medio ambiente, las personas y los animales. Las baterías están en un potrero donde pastan reses y ovejas.
También en Puebla está el campo Coapechaca 24. Es uno de los más productivos de la región. Los escapes de sus compresores muestran cantidades moderadas de hidrocarburos y su quemador, con el que queman el gas natural que no venden, no funciona de forma correcta y libera emisiones a la atmósfera.
Y en el sur de Poza Rica, en el pozo 1994 en el campo El Remolino del municipio de Papantla, hay un contenedor rojo que lanza de forma constante montones de gases y varios de sus dispositivos de extracción, llamados árboles, tienen derrames de crudo, charcos negros que contaminan los suelos.
Tanto Coapechaca como El Remolino son dos de los múltiples campos donde ha habido fracking o fracturamiento hidráulico durante esta Administración, en contra del compromiso 75 del Gobierno federal:
75. No usaremos métodos de extracción de materias primas que afecten la naturaleza y agoten las vertientes de agua como el fracking.
Pese a esta promesa, ha habido decenas de fracturas en pozos de los campos Pitepec, Coapechaca, Tamaulipas Constituciones, Altamira, AE.1022, Nejo, El Remolino, San Andrés, Tajin, Escobal, o Presidente Alemán, de acuerdo a diversas solicitudes de acceso a la información realizadas a Pemex.
Noticia relacionada: Video | Fracking Provoca Severa Contaminación en Veracruz y Puebla
¿Qué es el fracking?
El fracking o fracturamiento hidráulico es un grupo de técnicas de extracción de hidrocarburos contenidos en rocas que no se pueden extraer de forma convencional. También sirve para estimular pozos con producción en declive. Básicamente se introduce una mezcla de 90% agua con arena y aditivos químicos, muchos con alta toxicidad, para fracturar las rocas.
Cada fractura en un pozo requiere, de promedio, 15 millones de litros de agua, de acuerdo al American Petroleum Institute. Eso equivale a más de seis piscinas olímpicas. En un mundo donde el agua es cada vez más escasa, la que se usa para las fracturas queda inservible para el consumo humano y otros usos. Además puede contaminar los acuíferos.
Van a contrarreloj contra el fracking
“Hay un decreto ya redactado en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en el que trabajamos con ellos y otras instituciones públicas, pero desafortunadamente está detenido”, explican desde la Alianza Mexicana contra el Fracking.
No sabemos en qué momento lo podrán sacar. Vemos que el sexenio ya se va a acabar, pero creemos que todavía hay tiempo en esta Administración de prohibir el fracking.
Su apuesta es que se mande a la Oficina de Presidencia y ahí se apruebe directamente para hacer efectivo el compromiso 75. La fractura hidráulica está prohibida en varios países como Francia, Bulgaria, Alemania, Suiza o algunas regiones de Estados Unidos y España.
En noviembre de 2023 se preguntó por este decreto a la Secretaría de Medio Ambiente y si este gobierno está decidido a prohibir el fracking. A cierre de edición no contestaron. Tampoco hubo respuesta de Pemex y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, las instituciones a las que hay que dar aviso cuando se realizan las fracturas en los pozos.
Desde 2019, las emisiones fugitivas de gases a la atmósfera por la industria petrolera en México casi se han duplicado. De 30 millones ese año a 50 millones de toneladas en 2021, último periodo reportado en el Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuesto de Efecto Invernadero. Estas emisiones, que son por las fugas y el mal estado de los equipos, suponen más del 7% del total de México.
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RH