Esquivando Balas, Abogado Pro Bono Busca Justicia en Ecatepec

El litigio de Carlos Mata a favor de quienes les fabrican delitos, mujeres víctimas de violencia, o extorsionadores lo ha puesto en la mira del crimen

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Andrés M. Estrada

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Carlos Mata, abogado que litiga entre balas y granadas

Carlos Mata, abogado pro bono de Ecatepec que sobrevivió a atentado de sicarios. Foto: Facebook: Carlos Mata

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“Bamg-bamg-bamg”, es el sonido que replica, con los dedos que sobresalen de su puño derecho, al golpear la madera para describir los primeros 3 impactos contra la ventanilla de su vehículo. Luego de un par de segundos traza de la misma forma la continuidad y el estruendo del resto de los 15 disparos, que pretendieron quitarle la vida esa mañana del 13 de diciembre de 2021.

Eso ocurrió en Ecatepec, Estado de México, uno de los territorios más inseguros y violentos de México, donde a diario una persona ha sido asesinada en los últimos 8 años, y en el que las armas de fuego es lo común para perpetrarlos. Aquella ocasión el abogado Carlos Mata Martínez, no se convirtió en una estadística más. La suerte, encomendarse a un ser supremo o, tal vez más, las medidas de seguridad que toma –como el blindaje de su unidad– salvaron su vida.

El atentado lo orquestó un grupo criminal que envió a un par de hombres armados oriundos de Chimalhuacán, pues sus intereses fueron trastocados y eso desató el cólera.

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Y es que el empresario, activista y abogado ha dedicado parte de su tiempo a litigios pro bono junto con el jurídico Delos, que encabeza, apoyando a personas a quienes se les han violado sus derechos y no tienen recursos para una defensa legal. Su agenda está marcada por la atención a quienes se les fabrican delitos; mujeres víctimas de violencia sexual, familiar, de violencia de género y feminicidios. Lo mismo ha llevado casos, a través de sus propias investigaciones, en contra de defraudadores, tratantes y secuestradores.

O en este caso, defenderlos contra extorsionadores de grupos criminales. Por eso la vendetta.

Su  trabajo no sólo consiste en ponerse el traje, anudarse una corbata y llevar a juicio a los malhechores hasta obtener una sentencia. No. Su activismo va más allá. Es cambiar la vida de las víctimas de principio a fin. Los ayuda a reintegrarse de manera positiva a la sociedad al darles acompañamiento. Si necesitan una casa se las renta; si requieren seguridad, se las proporciona con un equipo de personal; les genera empleo cuando carecen del mismo; proporciona apoyo sicológico y más.

Sin embargo, eso no sólo ha molestado a ese grupo criminal que intentó ultimarlo, sino a otras personas a las que ha enfrentado. 

En la mira de…

Las amenazas contra Carlos son constantes desde hace 16 años que inició con la fundación Delos. Coronas de flores han aparecido en la puerta de su hogar con su nombre escrito. También le han enviado otras coronas con dedicaciones para sus padres y hermanos, lo mismo que recibe constantes intimidaciones por teléfono y redes sociales.

A inicios de abril de 2023 encontró una granada colgada de los cables entre la calle y su casa, que suponen tenía meses sin que nadie se diera cuenta, poniendo en peligro a él, a su familia y habitantes de la colonia Jardines de Cerro Gordo, en Ecatepec.

Unos albañiles que laboraban en el lugar se percataron del objeto y dieron aviso. Poco después arribó personal antibombas para desactivar y asegurar el artefacto. La suerte de nuevo le sonrió durante el tiempo que permaneció colgado el explosivo y no detonó. “Fue una bendición”, plática el abogado activista.

Video: Expertos Antibombas Retiran Artefacto Explosivo en Ecatepec

Su oficina también ha sido blanco de ataques. En una ocasión pasó un vehículo detonando 6 disparos. Ese día no hubo víctimas fatales que lamentar.

Las intimidaciones habían sido algo constante, pero no tan directas como tener de frente a los motosicarios.

Las veces anteriores era como una cosa de calentón al momento. Que había una persona que estaba extorsionando, la sentenciaban a 47 años de cárcel por una extorsión agravada, y al otro día en la mañana a primera hora venían y nos balaceaban la oficina. Este tipo de agresiones, que son desde la tripa, desde la entraña.

Sin embargo, lo que ocurrió el 13 de diciembre de 2021 “fue un poquito más planeado, se aprovechó el encono político que teníamos en ese momento”. Tres días antes Mata Martínez, junto con 5 mil personas realizaron una manifestación en contra de las autoridades de Ecatepec, gobernado por Fernando Vilchis, ante la falta de apoyo para el trabajo, inseguridad y extorsiones contra sus habitantes.

“Lo utilizaron (como treta para confundir) para agredirme y que pareciera que era como un tema con el municipio, cuando incluso me he sentado con las autoridades y me han ayudado en todo”, recuerda.

Pero tras el atentado y la granada han intentado más ataques.

A mediados de 2023 un narcomenudista también fue contratado para asesinarlo. Sin embargo, la policía municipal lo detuvo a través de las medidas de protección que tiene Carlos en su domicilio.

“Este sicario ya había matado a un abogado en Cuautitlán y nos damos cuenta que lo habían contratado para privarnos de la vida a nosotros, a mí y a un coordinador de la asociación que no permitimos que extorsionaran a comerciantes de la zona de la Veleta, en Ecatepec”, platica.

Los comerciantes que eran extorsionados iban desde vendedores de tamales, taxistas, mototaxistas y gente humilde que le exigían entre 500 y mil pesos a la semana. Ese delito registró 2 mil 481 denuncias en Ecatepec entre enero de 2015 a agosto de 2023, de acuerdo con datos del Secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Eso sin contar que la cifra negra es mucho mayor, por el temor y desconfianza que existe en la ciudadanía en levantar una denuncia ante las autoridades.

La defensa pro bono

Es 24 de febrero de 2018. Eríck San Juan Palafox, alias El Mili, fue sentenciado a 70 años de prisión por el feminicidio de Bianca Edith Barrón, una menor de 15 años, a quien él y su banda de los Polonios, que operaban en Ecatepec y Tecámac, le arrebataron la vida.

Su cuerpo fue encontrado en la carretera Tecámac-Tizayuca, Estado de México, en mayo de 2012. Bianca no es la única víctima de este grupo. Hubo otras desapariciones donde participaron, pero que no se ha podido comprobar sus delitos.

Aun así ese ha sido uno de los aciertos que ha logrado Carlos Mata, sacar de las calles a criminales potenciales y obtener una larga condena.

El activista también intervinó para investigar y que se detuviera un sujeto, implicado en el homicidio de Diana, una joven madre mexiquense, que fue calcinada, junto con su cuñado y esposa dentro de un vehículo, en Teotihuacán en enero de 2018. Cerca de los matorrales y nopaleras donde los privaron de la vida encontraron a su bebé de menos de un año de edad. También hay tres órdenes de aprehensión que aún no se han cumplimentado.

“En total a lo largo de 16 años hemos llevado unos 100 casos, en los que no le cobramos a la gente. Tratamos de apoyarlas y hacemos todo un esquema integral de ayuda: los llevamos al sicólogo; les buscamos donde vivir; determinamos medidas de protección y medidas de seguridad, no nada más la del Estado, sino también las que proporcionamos nosotros.

“Se cambia una vida, pero cambiala de principio a fin. Por eso me enfoco desde que se detiene hasta que se le sentencia y les doy acompañamiento a las víctimas en todo momento”, explica.

–¿Cómo ha sido sobrellevar todos estos casos? –se le pregunta.

–Ha sido algo que desafortunadamente me ha confrontado mucho con grupos, que tienen intereses en varias áreas de extorsión e institucionales.

–Después de todo lo que te ha ocurrido y el atentado de los sicarios, ¿Has tenido miedo de realizar tu trabajo?

–Sí, lo tengo todos los días. Pero lo difícil no es tener miedo, es echarte para adelante, sobreponerse al miedo, saber que si no lo haces tú, ¿quién lo va a hacer?

Para él una fácil solución tras el atentado era irse del país, vender sus cosas y establecer un negocio aunque no se dedicara a su profesión.

“Pero dije: ‘¿Por qué voy a renunciar a mi pasión? ¿Por qué voy a renunciar a mi vida por los deseos de alguien más? No. No tengo por qué. ¡Que se vayan ellos! Los del poder no son ellos, sino nosotros”, enfatiza.

Su vida dice que no es normal, ni disfrutable. Es algo que goza en relación a los logros como ver reunidos a una madre con un hijo desaparecido “Darles esa tranquilidad, por lo menos un poco de sanación a través de justicia a un familiar. Cuando liberamos a un condenado por un delito no cometido. En otras palabras, lo que me llena, lo que me nutre es que trato de vivir a través del ejemplo. No siempre lo logro. A veces tengo también problemas en tu pobre hogar, con mi esposa, con mis hijos”, dice.

El problema de la violencia que lo rodea ha trastocado a su familia. 

Su hija trató de ingresar al TEC de Monterrey, pues el ejemplo que le ha dado su padre la motivó a estudiar negocios. “Ella piensa que la violencia se desencadena por la falta de empleos, de oportunidades en el país y quiere estudiar negocios, porque dice que va a poner muchos para dar mucho trabajo”, platica Mata. Sin embargo, le solicitaron un ensayo, y se enfocó en contar la historia de Diana, la joven madre calcinada en Teotihuacán. 

“Al ver su ensayo la rechazó, por el tipo de vida que tiene. Se refieren al tipo de vida de riesgo en el que vivo constantemente. Hay mucha gente inconforme con mi trabajo, gente en la cárcel pasando sentencias de 30 años, de 40 años, como “el Mili”, de 70 años. Entonces la empresa de seguridad que tengo es un esquema de seguridad propio, de mi familia. Sí ha sido ha sido complicado, sobre todo para ellos”, lamenta.

Tras el atentado Carlos Mata fue canalizado al área de Atención a Víctimas de la Fiscalía General del Estado de México, donde le dieron atención sicológica: “He tratado de mantenerme lo más cuerdo que puedo, por mis hijos que son pequeños”.

El abogado ecatepense expone que está convencido de que si todos dejan un buen ejemplo, y ponen un grano de arena “estoy seguro que las cosas van a cambiar (...) ¡Hay que decir ya basta! Ya estoy cansado de la violencia, cansado de las extorsiones, de no poder salir a la calle o a un parque sin tener que llevar mi seguridad, y mis hijos están igual”.

El atentado con motosicarios

Es la mañana de un lunes 13 de diciembre de 2021. Como todos los días Carlos se despierta a las 7 am, se mete a bañar y se prepara para acudir a su despacho jurídico. En esta ocasión desayuna en su casa, algo que no hace normalmente, lo que origina se la haga tarde y sale a las 9:30 am en su camioneta acompañado de su chofer.

Mata no lo sabe, pero dos días antes un grupo coordinado de 5 malhechores han merodeado su casa y ultiman detalles para su encuentro. Ese lunes lo han esperado cerca de hora y media, en una motocicleta y dos vehículos, que comienzan a seguirlo.

Metros antes de cruzar la Av. Circunvalación y Av. Central Santa Clara, en Ecatepec, se le empareja la moto que va conduciendo Gustavo Adolfo Jose Loza,  acompañado de su hermano Christian.

De pronto uno de los vehículos se le cierra para obstruir el paso. Carlos alcanza ver el rostro de quien maneja la motocicleta mientras su hermano saca el arma, con la mira busca su cabeza y le dispara.

“¡Ay, ay!”, es la reacción del abogado mientras se cubre la cabeza ante el posible encuentro con la muerte, jala a su chofer y el volante para esquivar la zona de peligro. Enseguida los agresores huyen a prisa. Los pasajeros resultan ilesos, pues sólo un impacto penetró la unidad, sin embargo, un bicitaxista que pasaba por la zona resulta herido.

Días después tras levantar su denuncia, él y su equipo de trabajo inician su propia investigación, y se logran detener a uno de los agresores el 26 de diciembre de ese mismo año.

Del suceso ha transcurrido más de un año. Es 16 de febrero de 2023 y Carlos Mata está sentado frente a él.

“¿Cuál es el motivo de su presencia en esta audiencia?”, le preguntan a Carlos. Enseguida explica que fue requerido para dar testimonio de lo que vivió. “¿Qué es lo que vivió?”, lo cuestionan de nuevo.” Un atentado en mi contra por parte de la persona que se encuentra en el área de seguridad” –responde mientras señala con la mirada a Gustavo Adolfo José Loza.

Las preguntas continúan durante el resto de la audiencia. Mata da detalles de las características de los agresores y circunstancias en que ocurrieron los hechos. Replica el sonido de los impactos de las balas al golpear la mesa con la mano; cuenta que se sintió perseguido, desorientado. Mal. Pero después de un par de meses sintió enojo y buscó justicia.

Un fragmento de ésta llega el 9 de agosto de 2023, al momento en que, dentro del Tribunal de enjuiciamiento de Ecatepec, el juez Álvaro Higuera dicta su sentencia: “...de ubicarlo en un grado de culpabilidad medio resulta legal y justo imponer a Gustavo Adolfo… una pena privativa de la libertad de 30 años de prisión”. Al escuchar las palabras el criminal no puede contenerse. Su rostro se descompone y se encoge. Su hermano y cómplices aún permanecen prófugos.

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