Cuando el Trabajo se Vuelve Explotación Laboral
La falta de visibilidad ante abusos laborales tiene que ver con que a las personas les cuesta trabajo identificarse como víctimas, señala la directora de Dignificando AC
Roberto Hernández | N+
COMPARTE:
La Encuesta Nacional de Empleo (ENOE) señala que 10.4 millones de personas trabajan más de 48 horas a la semana, de las cuales 13.3% rebasa las 56 horas, una dinámica que, en ocasiones, se interpreta como “ponerse la camiseta”, pero ¿en qué momento ya se vuelve una violación de derechos?
Mónica Salazar, fundadora y directora de Dignificando el Trabajo AC, señala que cuando la empatía laboral se vuelve obligación entonces ya se asoman las red flags del trabajo forzoso: "Por ejemplo, cuando una persona se contrata para hacer una actividad con condiciones y condicionamientos muy estructurados y [de pronto] empieza la manipulación y condiciones de 'ponte la camiseta' para que no le paguen las horas extra que trabajó porque fue 'en buena onda', pero si no lo hace le meten un reporte. Entonces, se dan vejaciones para que la voluntad [del trabajador] se vea mermada".
La especialista en derechos humanos y trata de personas describe los tres momentos que deben encender una alerta en las personas para detectar si están inmersas en una dinámica de trabajo forzoso:
“Uno, la involuntariedad, es decir, cuando sientes que tu voluntad fue manipulada para realizar una actividad; dos, cuando empieza a haber una amenaza en caso de que no quieras realizar esa actividad, es decir, hay un condicionamiento, no es libre ni voluntaria la actividad. Tres, cuando el trabajo o servicio se han materializado (tras la manipulación y condicionamiento)”.
Sin embargo, uno de los grandes retos del trabajo forzoso es visibilizarlo y lograr que las personas detecten conductas que vulneran sus derechos.
Las consecuencias de caer en trabajo forzoso son sumamente complicadas (de detectar) porque hay una disminución de las capacidades emocionales de la persona porque culturalmente no lo va a entender
Mónica Salazar ha detectado que si no hay una violencia física o psicológica tan tajante, como en la trata, se vuelve muy complicado para la persona poder identificar que está en una situación así.
“La empatía laboral la puedes desarrollar en tu jornada laboral de ocho horas; lo que hagas después de esas ocho horas tendría que verse reflejado con un pago de horas extra. La empatía laboral no tendría que verse en beneficio de la disminución de derechos laborales”.
Además, alerta acerca de que puede haber un condicionamiento económico que es muy sutil en el trabajo forzoso y ejemplifica con quienes viven y trabajan en el mismo lugar.
Si tú vives y trabajas en una parcela y la amenaza es: ‘si dejas de hacer lo que te pido te voy a correr’ no solo es despedirte de tu espacio laboral, es ¿dónde vas a vivir?, y es una práctica muy común en México
Acerca de los empleadores, señala que se vuelven violadores de los derechos laborales desde el momento en el que no permiten que haya una negativa por parte de los trabajadores.
“En el momento en que sientes o llevas la situación a tal grado que no permites que el trabajador pueda expresar su voluntad de decir no y no haya una consecuencia por decir no, ahí es cuando entra la fuerza y lo forzoso”.
¿Trabajo infantil o formativo?
Un reporte de la Unicef señala que en México 7.1% de los más de 29 millones de niños, niñas y adolescentes que tienen entre 5 y 17 años realizan trabajos no permitidos. De esa cantidad, 1.2 millones llevan a cabo trabajo clasificado como peligroso o con exposición a riesgos y 800 mil tienen menos de 15 años -la edad mínima de admisión al empleo, según la legislación mexicana-.
El trabajo infantil es toda actividad ilícita que desarrollan las niñas y niños para beneficiar a una tercera persona, pero busca vincular a los niños a condiciones sumamente precarias que ponen en detrimento todos sus derechos humanos
Sin embargo, Mónica Salazar hace una distinción entre trabajo infantil y trabajo formativo, lo cual, básicamente, tiene como factor diferenciador el respeto a los derechos humanos.
Asegura que el trabajo formativo es cuando todos los derechos humanos están respetados, es decir, lo que brinda formación para realizar un oficio que se realiza en casa o una actividad para apoyar en los deberes del hogar.
“Los derechos van desde acceso a la educación, salud, identidad, familia, recreación, etcétera, es decir, que no dejen de ir a la escuela porque tienen que hacer alguna actividad laboral o están apoyando en alguna actividad u oficio en casa. Que no se les condicione el acceso a la salud porque no trabajaron en la mañana, por ejemplo”.
Asegura que cuando se presentan dichos condicionamientos se transita hacia trabajo infantil, de ahí se pasa a una situación de trabajo forzoso, donde no sólo están involucrados los niños o niñas sino también sus padres o hermanos.
Si sigues observando esa situación, probablemente, empiezas a transitar a una situación de tata de personas cuando hay restricciones a su movimiento, cuando hay amenazas mucho más graves, grupos delictivos, cuando fueron trasladadas de un lugar a otro o cuando no hablan el mismo idioma
Además, pone sobre la mesa que los menores de edad también llegan a caer involuntariamente en las redes de trata del crimen organizado.
“Hay niñas y niños vinculados a trata de personas y son víctimas de trata porque la delincuencia organizada está operando de esa manera, pero se tendrían que revisar los elementos, sumados con la transnacionalidad. Por ejemplo, una persona que adoptó de forma irregular (a un menor de edad) para sacarlo del país y forzarlo a realizar actividades laborales o de índole sexual”.
Te recomendamos: EUA Busca Combatir Trabajo Infantil Ante Aumento del 70%
Cuándo es trata y cuándo es trabajo forzoso
“Concretamente son etapas distintas y son delitos y fenómenos sociales distintos. La trata de personas es un delito desde 2007 en México, que sufre una reforma en 2012, dentro de la cual trata de abordar los delitos de trabajo forzoso y trabajo infantil, por eso hay tanta confusión”, explica Salazar.
La trata de personas es enganchar a una persona para someterla con fines de obtener un beneficio por medio del trabajo o la explotación corporal, en la cual está involucrada la delincuencia organizada y hay un elemento de transnacionalidad, es decir, mover a una persona de un país a otro con esa finalidad
Acerca del trabajo forzoso, explica que una de las características que lo distingue de la trata es que puede ser de manera interna, es decir, dentro del país, donde hay un traslado de un estado a otro con la finalidad de obtener de manera involuntaria un trabajo o servicio.
“Se busca amenazar a la persona, y puede materializarse o no esta amenaza para obtener ese beneficio”.
Seguir leyendo: México Prohíbe Entrada de Productos Hechos con Trabajo Forzoso