Cambio de Seguro Popular a Insabi Redujo Acceso a la Salud: Coneval

La población sin acceso a servicios de salud pasó de 16.2% a 39.1% entre 2018 y 2022, lo cual representa un cambio de 20.1 a 50.4 millones de personas en esta situación, reveló el informe sobre la pobreza multidimensional que presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Rosario Cárdenas Elizalde, doctora en Estudios de Población y Salud Internacional y consejera del Coneval, explicó que la caída en el acceso a los servicios de salud se debe al cambio que hizo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador: sustituir el Seguro Popular con el Insabi.

Como se recuerda en el año 2020 hubo una transformación del sistema de salud, que canceló un mecanismo que estaba vigente y introdujo uno nuevo sin que hubiera un período de transición intermedio, y tanto las condiciones de la pandemia como la forma en la cual se introdujo ha hecho que este mecanismo no se concretará, hasta el día de hoy tiene una cobertura en el país parcial. 

El Seguro Popular inició en 2004, durante el gobierno del presidente Vicente Fox. Era un esquema dirigido a la población que no contaba con seguridad social (IMSS o ISSSTE) con el fin de disminuir sus gastos en salud. 

El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) nació en 2019, en sustitución del Seguro Popular. Su objetivo era dar acceso universal y gratuito a los servicios de salud y a medicamentos. 

A decir de Cárdenas Elizalde, no hubo un elemento que hiciera la transición entre los dos sistemas, “y hoy estamos organizando, como país, un nuevo subsistema, eso es lo que explica que haya aumentado la cifra (de personas sin acceso a salud) y que hoy esté en estos niveles, lo cual debe ser elemento de gran preocupación”. 

El pasado 29 de mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que pone fin al Insabi que será sustituido por el IMSS-Bienestar, que ya ha empezado a hacerse cargo de la población sin seguridad social en varios estados. 

El informe del Coneval mostró además otra caída en cuanto a rezago educativo, que pasó de 19% en 2018 a 19.4% en 2022, eso quiere decir que en 2018, 23.5 millones de personas presentaban esta situación y en 2022, ese número subió a 25.1 millones. 

El rezago educativo considera la asistencia escolar y la conformación de la educación obligatoria. Entre los componentes de este indicador resalta que, en 2022, 36.7% de la población de 22 años o más, nacida a partir de 1998, no contaba con la educación media superior completa.

Baja la pobreza

Eso sí, el reporte del Coneval da una cifra alentadora. El año pasado, 5.1 millones de personas salieron de la pobreza en México, esto se debe a una mejora en el ingreso de la población, entre otros aspectos por el aumento del salario mínimo, y al aumento en el número de personas con empleo. 

De acuerdo con el informe, en 2018, último año del gobierno de Enrique Peña Nieto e inicio de la actual administración, la población en situación de pobreza alcanzó en México un porcentaje de 41.9%, mientras que en 2020, el primer año de la pandemia, este subió hasta 43.9%, pero con el fin de la emergencia sanitaria y la recuperación económica, el porcentaje bajó a 36.3% en 2022.

En números absolutos esto representa que 5.1 millones de personas salieron de la pobreza en el lapso de seis años, con todo y una pandemia en medio, puesto que en 2018, la población en esta condición era de 51.9 millones y en 2022 fue de 46.8 millones. 

La reducción de la pobreza se explica, dijo José Nabor Cruz Marcelo, secretario ejecutivo del Coneval, durante la presentación del informe, porque el país viene de un periodo en el cual se contrajo la economía fuertemente, por la pandemia, a uno de recuperación. 

“Los ingresos laborales de la población ocupada, tanto formal como informal, tuvieron un incremento: de 13.2% si se compara 2020 con 2022 y de 5.2%, si esa comparación se hace entre 2018 y 2022. Ya en la desagregación se ve que la población con una ocupación informal fue la que más incrementó sus ingresos, en un 22% con respecto a 2020 y en 9.1% con respecto a 2018”.  

Pero pese a esa mejoría, la población en pobreza extrema tuvo un ligero repunte, al pasar de 7.0%, en 2018, a 7.1% en 2022, lo que representa que 400 mil personas cayeron en esta condición.

Quienes están en pobreza extrema son aquellos que refieren tener falta de acceso a entre tres y seis derechos fundamentales (salud, educación, alimentación suficiente, vivienda, servicios básicos y seguridad social), y además estar bajo la línea de ingreso necesario para acceder a la canasta básica. 

Cruz Marcelo señaló que la reducción del acceso a servicios de salud y el rezago educativo son dos elementos que pueden explicar también que la pobreza extrema haya incrementado ligeramente. “Las personas que se consideran en pobreza extrema son las que están reportando entre tres y seis carencias sociales, así que el incremento de la falta de acceso a salud y el rezago en educación pueden ser un elemento que incidió en el incremento de pobreza extrema”.

El secretario técnico del Consejo, subrayó que “desde el Coneval reforzamos el planteamiento de que se debe llevar a cabo una complementariedad de la estrategia de las políticas sociales en los tres niveles de gobierno para tener una focalización en quienes están en pobreza extrema, que regularmente se ubican en zonas rurales del país, incluso en las altas serranías”.

La deuda del Estado

Claudia Maldonado Trujillo, doctora en Ciencia Política-Política Comparada y consejera del Coneval, enfatizó que todos estos resultados “son un espejo de México en clave de derechos sociales. Podemos con esto identificar como a pesar de que hay una recuperación del ingreso que se explica en el marco de la recuperación económica después de la pandemia, tenemos una permanencia notable de las carencias sociales lo que da cuenta de la magnitud de la deuda social del Estado mexicano”. 

Respecto al impacto de los programas sociales en la reducción de la pobreza y el bienestar de la población, John Scott Andretta, doctor en Economía y también consejero del Coneval, refirió que hay que detenerse en este punto de que aunque baja la pobreza, no baja la pobreza extrema, y eso refleja el hecho de que aumentan las carencias para los pobres extremos.

Han aumentado los montos de las transferencias de los programas sociales, (pero también) han cambiado las formas de distribuirlas y la capacidad de llegar al primero decil se ha reducido, hay entonces una oportunidad doble para mejorar la capacidad de estos programas, para que lleguen a los más pobres. 

Por otra parte, indicó que el problema de acceso a los servicios de salud está concentrados en la parte baja de la distribución del ingreso: “mientas más pobres hay menos acceso a la salud, hay que mejorar entonces las transferencias de los programas sociales y este acceso a los servicios de salud”. 

Guillermo Cejudo Ramírez, doctor en Ciencia Política y también consejero del Coneval, señaló, al respecto, que hay varios retos persistentes, como el de la población en pobreza extrema, la que no tiene acceso a servicios de salud y el alto porcentaje de ocupados sin acceso a la seguridad social, por eso la visión en las intervenciones del Estado debe tener esta visión multidimensional y no solo desde un programa social, que dé transferencias. 

Desde el Coneval, dijo, se han identificado tres áreas críticas necesarias para la intervención del estado para la eliminación de la pobreza: en cuestión de progresividad de los programas sociales se deben asegurar que en las transferencias estén incluidos las personas en situación de pobreza extrema, con particular atención a la población sin seguridad social y aquella con menores ingresos. 

También es necesario avanzar en un sistema de salud integral que permita la atención y la certeza del acceso y disponibilidad de servicios e insumos; así como fortalecer los esfuerzos en la emisión de empleos formales.
 

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