Científicos Forenses, Expertos Que Van Más Allá de la Muerte
Estos especialistas pueden ayudar a resolver un crimen, pero también a dar pruebas sólidas en un litigio familiar o mercantil
Laura Alanís Villafuerte | N+
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Cuando se localiza un cuerpo, comienza una investigación a detalle para conocer los hechos del deceso, ahí entran los científicos forenses. Pero el trabajo de estos especialistas va más allá de analizar huesos, restos y evidencias.
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Así como ayudan a los servicios forenses a conocer de qué, cuándo, cómo y dónde murió una persona, a veces solo con ver los insectos alrededor de un cadáver, estos especialistas también ayudan a dar datos de prueba y evidencias sólidas a los Ministerios Públicos en la investigación de un delito, o ayudar a defensores de oficio cuando participan en un juicio de Derecho Penal, Familiar, o incluso Mercantil.
Son capaces de elaborar y dirigir planes de búsqueda, análisis de contexto, exhumaciones, trato con víctimas y analizar pruebas físicas en busca de pistas sobre la escena del crimen.
Un forense para la crisis de desaparecidos
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) entre diciembre de 2018 y octubre de 2022 se han registrado 135 mil 464 homicidios en el país, a ello hay que sumarle que México cerró el año pasado con 100 mil desaparecidos y 52 mil personas sin identificar esperan en las morgues de los estados.
“Ni reuniendo a todos los servicios periciales del país para que se dedicaran a eso podríamos enfrentarlo en poco tiempo. Hay que formar a personas con el perfil específico y el científico forense es ideal”, asegura Zorayda García, excoordinadora de la carrera en Ciencia Forense de la UNAM, entrevistada en diciembre de 2022.
Ante este rezago, la inclusión de un mayor número de científicos forenses podría aminorar - o revertir - la saturada carga laboral en instituciones forenses o fiscalías en estados, señala la especialista.
Los científicos forenses “absolutamente sí”, podrían ayudar en esta crisis de identificación de personas, asegura García.
Estos especialistas también coadyuvan en identificar cuánto tiempo tiene de fallecida una persona.
Las larvas, gusanos, mosquitos o moscas que suelen merodear un cadáver durante su descomposición ofrecen información relevante a los científicos forenses, pues a través de ellos se puede determinar el intervalo post mortem, el tiempo que lleva muerta una persona.
Zoraida García detalla que si en el cadáver se encuentra determinada especie de pupa (larva de mosquito) “el cuerpo tiene muy poco tiempo de haber muerto”, por ejemplo. Caso contrario, si se encuentra un mosco adulto o determinada especie de mosca, la persona tiene más tiempo de haber muerto.
Un trabajo más allá de la muerte
Además de trabajar en temas relacionados con la investigación de homicidios, el conocimiento de los expertos forenses es mucho más amplio, pues pueden abordar otras muchas ramas del Derecho Penal, Familiar, o incluso Mercantil, explica Ana Karen Martínez, egresada de la Licenciatura en Ciencia Forense de la UNAM.
En el caso de la guarda y custodia de niños “ver quién es la persona más idónea” para su cuidado. En casos civiles o mercantiles explica que pueden analizar la falsificación de firmas en contratos, e incluso investigar temas de negligencia médica, secuestro o delincuencia organizada.
Detalla que a diferencia de algunas decisiones que pueden llegar a ser subjetivas por parte de los impartidores de justicia como el Ministerio Público, un juez, un fiscal o un defensor público, los científicos forenses ofrecen respuestas precisas y basadas en ciencia.
La también maestra en Ciencias del Crimen por la University College London, y actual consultora técnico-científica, expone que los científicos forenses pueden abocarse a temas de prevención del delito y reparación del daño, dos ramas en la que ella actualmente se concentra.
En tema de prevención del delito pone como ejemplo que si se llegaran a observar muchos casos de abuso sexual en los que se esté usando determinada sustancia para drogar a las víctimas, la ciencia forense identificaría ese factor en nivel de política pública y posteriormente se determinaría una solución a nivel preventivo.
En cuanto a temas de reparación del daño, la maestra explica que esto no es sólo una cuestión de “dar dinero” a la víctima de un delito, es un tema en el que hay que investigar a fondo el caso y posteriormente buscar restitución emocional, física o mental.
“Saber qué se dañó y entonces diseñar estrategias para intervenir sobre un caso (...) hacer análisis en Medicina, en Psicología, en Trabajo Social, en Antropología Social. Esto, para ver qué medidas pueden servirle a esta persona, o este grupo de personas víctimas, para repararles el daño en la medida de lo posible”, añade.
UNAM apuesta por más científicos
Pese a su importancia en la resolución de crímenes, identificación de personas y tratamiento de víctimas, el perfil de científico forense es aún poco conocido en México.
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Desde hace 10 años se imparte como licenciatura en la UNAM, a la par de instituciones académicas como la Universidad de Guadalajara (UdeG), la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), y la Universidad de Ixtlahuaca (CUI) además de algunas escuelas privadas.
En diciembre de 2022, la UNAM decidió que esta carrera multidisciplinaria merecía tener su propia Escuela de Ciencia Forense.
Karla Vázquez, Jefa de la Unidad de Vinculación de esta carrera en la UNAM, considera que la nueva escuela responde a la urgencia de tener respuestas precisas frente al complicado escenario social que vive el país.
“Necesitas a la ciencia para que te dé respuestas precisas, para que ya no sea algo como ‘yo creo o yo veo’, sino algo que me está diciendo alguien a través de un análisis preciso, un estudio minucioso”. Se requiere “que las investigaciones de los delitos cuenten con mayor solidez científica y técnica”, expone.
Con esta nueva escuela se intenta que el “científico forense tenga mayor participación en el ámbito de la procuración e impartición de justicia” en el país, y que los egresados sean incorporados “en fiscalías, comisiones de búsqueda, comisiones de Derechos Humanos” y coadyuven a mejorar el sistema de impartición de justicia”.
Vázquez detalla que la nueva escuela cuenta con presupuesto propio y busca ampliar su matrícula de estudiantes, actualmente recibe a 36 alumnos por año y en los 10 años que se impartió como licenciatura egresaron 180 alumnos. También buscan crear posgrados relacionados al ámbito forense.