Microplásticos Terminan en Alimentos de Millones de Mexicanos
Una investigación revela cómo el paso del huracán Otis trajo consigo contaminación ambiental con microplásticos que finalmente se hallaron en peces de consumo
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Una investigación sobre la presencia de microplásticos en el aire, el agua y la tierra muestra cómo esta contaminación ambiental provocada por el paso del huracán Otis, en Acapulco, termina en los hogares de millones de mexicanos a través de los alimentos que consumimos.
Un equipo de investigadores del Departamento de Energía de la Universidad Autónoma Metropolitana estudia la presencia de microplásticos en la arena, agua y sedimento de las playas de Acapulco tras el paso del huracán Otis.
El fenómeno dejó más de 660 mil toneladas de basura, cuya fricción con elementos del ambiente forma partículas microscópicas que terminan en el mar, donde seguirán fragmentándose.
Carlos Quintero, del Departamento de Energía, de la Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco, explica que la situación con Otis es que fue un problema de varias dimensiones:
La situación con el huracán es que fue un problema de muchas dimensiones, no solamente tenemos las consecuencias de un evento de alta energía, en el cual por arrastre o viento se pueden llevar residuos sólidos, microplásticos al mar o a sus alrededores
Agrega que tras analizar varias playas en el puerto, encontraron presencia de microplásticos, principalmente partículas de poliestirenos que llegaron al agua y al sedimento marino.
Nosotros analizamos tres playas, la primera fue Playa Tamarindos, en la zona de Acapulco Tradicional, la segunda fue Playa Condesa, en la parte de Acapulco Dorado, y la tercera fue Playa Barra Vieja, en la zona de Acapulco Diamante. A simple vista, todas tenían presencias de microplásticos, lo principal que encontramos fueron partículas de poliestireno, gran parte de las fachadas y muros que se fueron destruyendo llevaron esas partículas plásticas hacia la parte de las playas. Sí se lograron visualizar algunos microplásticos en la parte del plancton, de las muestras de agua de mar y en el sedimento marino
En México, se generan más de 42 millones de toneladas de residuos sólidos al año, equivalente a 175 veces el volumen de la Pirámide del Sol de Teotihuacán. Una gran cantidad llega a los océanos desde vertederos mal gestionados o descargas ilegales, ya que 90 % de los 2 mil 338 sitios de disposición final que hay en México no cumplen con las especificaciones de protección ambiental.
En 2050, el mar estará inundado de plásticos
En tanto, Alethia Vázquez, investigadora del Departamento de Energía, de la UAM Azcapotzalco, indica que para 2050 la cantidad de plásticos en el mar sería de entre 100 y 250 billones de toneladas.
Se ha estimado que para 2050 podremos tener entre 100 billones y 250 billones de toneladas de plásticos en el mar que se han ido acumulando y se seguirán acumulando a lo largo de las décadas; la masa de microplásticos o de plásticos en general sería mayor a la masa de peces
Desde hace 10 años la doctora Alethia Vázquez y su equipo de la UAM Azcapotzalco analizan la contaminación por microplásticos en las playas del Pacífico y golfo de México.
Un microplástico es un fragmento de plástico menor a cinco milímetros; en ocasiones, los microplásticos se fabrican así, desde su origen, como es el caso de los balines, los pellets que se usan en la industria plástica, la fragmentación de artículos plásticos de mayor tamaño, que por efecto del viento, la humedad, la fricción o la acción de los microorganismos, se van desgastando y fragmentando, hasta formar pequeñas partículas
Residuos plásticos llegan hasta nuestros platos
En el golfo de México, los investigadores buscan microplásticos en las playas de Tuxpan, Veracruz. Algunos residuos plásticos y microplásticos provienen de los productos desechables, pero también se encuentran en las especies de peces que se venden de manera local y se pescan en la zona.
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Además, refieren que una gran problemática es cuando un organismo ingiere plástico, pero no lo excreta. También se han encontrado microplásticos en las branquias de los peces.
Investigadores del Departamento de Hidrobiología de la UAM Iztapalapa han detectado microplásticos en peces de Tecolutla, Veracruz, que son para consumo humano, como lo señala Patricia Ramírez, investigadora de ese departamento:
Obtuvimos muestras de 10 especies diferentes, algunas de ellas están más relacionadas con el sedimento, es decir, comen como los bagres sobre el sedimento, el 80% aproximadamente presentaron microplásticos y esto se debe al mal manejo de la basura
Entre otros hallazgos, captaron microplásticos en moluscos que atrapan estas partículas cuando filtran el agua de mar para obtener su alimento. Con los valores obtenidos, calcularon que al consumir un cóctel chico de almejas se podrían ingerir en promedio 296 partículas de microplásticos.
Charales llenos de partículas de poliéster
Pero eso no es todo, los investigadores del Cinvestav descubrieron microplásticos en botanas de charales fritos comercializados en mercados tradicionales, supermercados y vendedores ambulantes. Cada gramo de este pescado seco tenía entre cuatro y 55 partículas de poliéster, nailon y celofán.
El investigador Gurusamy Muniasamy, del Departamento de Biotecnología del Cinvestav, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), asegura que de 16 muestras analizadas todas tenían microplásticos.
Hasta el momento, no hay estudios científicos concluidos sobre el impacto de los microplásticos en la salud humana, pero su presencia se ha demostrado en el cerebro, torrente sanguíneo, pulmonar, placenta y fetos humanos, incluso en la leche materna.
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Con información de Víctor Valles-Mata, Fernando Guillén y Luis Díaz
LECQ | ICM