En 30 Años, Solo Hay 2 Sentencias por Ataques con Ácido
En México no existe un registro oficial sobre las mujeres atacadas con sustancias químicas, pero la Fundación Carmen Sánchez tiene registrados 36 casos
Laura Alanís Villafuerte | N+
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Ana fue atacada por una mujer que supuestamente vendía gelatinas. Era muy insistente por lo que ella apresuró el paso a la puerta de su casa. Ahí la presunta vendedora le aventó un químico.
Me di cuenta de que era ácido porque (...) quería abrir la puerta de casa de mi abuela y no podía. Me acercaba la llave a la cara porque no podía abrir y me daba cuenta cómo burbujeaba en la mano. Cuando vi que se derritió el metal con ese líquido me di cuenta que era ácido
Desde ese 12 de noviembre del 2018, la vida de Ana Saldaña cambió para siempre. La sustancia corrosiva le provocó quemaduras de tercer grado en rostro, cuello, pecho, brazo y pierna derecha, y además perdió la vista del ojo derecho. Hoy, a sus 27 años, revela que le han practicado 16 cirugías reconstructivas, injertos de piel, le colocaron una prótesis ocular, y ha recibido un sinnúmero de consultas psicológicas.
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Respecto a sus agresores, Ana se muestra reservada debido al “sigilo de las investigaciones”, no obstante comparte dos datos. No conocía a los autores materiales de la agresión pero sí al autor intelectual: “era una persona cercana a mí”.
A cuatro años del ataque feminicida, las autoridades no han emitido una sola sentencia condenatoria para ninguno de sus tres victimarios.
En México no existe un registro oficial que precise el número de mujeres atacadas con ácido o sustancias químicas. Pero el caso de Ana es uno de los 36 que ha documentado la Fundación Carmen Sánchez, desde el año 1988 a la fecha.
De éstos 36, sólo en dos casos se ha logrado tener sentencias firmes, aunque ambas son ineficientes, señala Ximena Canseco, cofundadora de esta organización de apoyo a víctimas de ataques con ácido y sustancias químicas ubicada en la Ciudad de México.
Una de estas sentencias, explica Canseco, corresponde al caso de una mujer víctima radicada en Puebla. Contrario a que el agresor fuera sentenciado por un delito grave como lo es el feminicidio en grado de tentativa -que alcanza hasta 25 años de prisión- se le castigó por el delito de violencia familiar. “Y ni siquiera alcanzó prisión”, sostuvo.
La otra sentencia corresponde al agresor de Martha Ávila, una víctima que a los 59 años fue rociada con ácido por el exesposo de su hija en Naucalpan, Estado de México. Ella sufrió quemaduras en 40% de su cuerpo, incluyendo espalda y piernas.
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Durante el proceso jurídico las familia logró que se reclasificara el delito y pasara de lesiones a tentativa de feminicidio. Hoy su agresor se encuentra en el penal de Barrientos, Estado de México, aunque la sentencia en su contra fue de 24 años de prisión, se le redujo sólo a ocho.
Sobre este caso, Ximenca Canseco, expresa que la liberación de este agresor será en aproximadamente tres años más, algo que resulta preocupante tanto a la Fundación como a la víctima, por lo que exigen al Estado mexicano, que cuando este sujeto salga libre sea remitido de inmediato a su país de origen, Argentina.
Aumenta el número de agresiones
Los ataques de ácido contra mujeres son cada vez más recurrentes en México, considera la también vicepresidenta de la Fundación Carmen Sánchez.
De acuerdo con datos del Sistema de análisis dinámico de la información, de la Secretaría de Salud Federal, a los que explica que su fundación tuvo acceso, en 2022 se registraron 105 agresiones con químicos contra mujeres.
En éstos se incluyeron sustancias corrosivas, plaguicidas, gases y vapores entre otros. Agrega que del total de estas agresiones se dieron 28 avisos al Ministerio Público (MP).
Mientras que en el 2021, se registraron 97 agresiones de este tipo contra mujeres y se registraron 24 avisos al MP. Y un año antes, en 2020, se registraron 98 agresiones y nueve avisos al MP.
El pasado 31 de enero, la Comisionada Nacional Para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, María Fabiola Alanís Samano, informó que de acuerdo con datos proporcionados por el Banco Nacional de Datos de Información Sobre Casos de Violencia Contra las Mujeres, se detectó un aumento del 500% en el registro de distintas violencias contra mujeres.
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A través de este instrumento -que identifica las distintas tipologías de violencia contra mujeres, las zonas donde se registran, entre otros- se observó que tan sólo el año pasado se registraron 222 denuncias de mujeres que fueron amenazadas con ácido.
Hicimos una revisión muy detallada de mujeres que han sido amenazadas de ser agredidas con alguna sustancia química a través del BANAVIM, (…) y escuchamos, leímos, muchos de estos casos, 222 casos en donde en el 2022 las mujeres llegaron a decir que estaban siendo amenazadas con ser agredidas de esa manera”.
Heridas para toda la vida
Debido a que las mujeres no solo son atacadas con ácido, Ximenca Canseco propone desde su organización, el concepto de “violencia química” en vez del de “violencia ácida”, pues éste último, considera, es “limitado, impreciso y no dimensiona la gravedad del problema”.
Detalla que la violencia química es el acto de realizar cualquier acción que atente contra la vida, integridad física, libre desarrollo o dignidad de las mujeres, utilizando para ello sustancias corrosivas, reactivas, tóxicas o inflamables en cualquiera de sus estados.
La mayoría de las víctimas de ataques con químicos requieren un sinnúmero de cirugías reconstructivas y la atención permanente de médicos especializados dado que estas sustancias corrosivas generan afectaciones profundas en la piel, que ponen en peligro la vida de las mujeres.
“Se necesita una atención médica especializada y de calidad que impida que el ácido penetre no solamente la piel, en tejidos, órganos, e incluso hasta el hueso. Por eso han habido víctimas mortales a consecuencia de las lesiones físicas porque hay una falla multiorgánica”, sostiene la también investigadora Ximena Canseco.
Recuerda el caso de una víctima de violencia química a la cual tuvieron que someter a un coma inducido, “para ver hasta dónde había penetrado el ácido, porque una quemadura con ácido, a diferencia de una quemadura eléctrica o una quemadura con fuego, puede seguir actuando en el cuerpo hasta después de tres meses”, explicó.
Cómo se tipifica la violencia ácida en México
Sólo los códigos penales de algunos estados contemplan figuras jurídicas relacionadas a ataques contra la mujer por sustancias químicas. En Oaxaca, por ejemplo, se contemplan alteraciones a la salud de la mujer por razones de género debido al uso de agentes físicos, químicos o sustancias corrosivas.
En Baja California Sur y San Luis Potosí adicionaron un capítulo relacionado a lesiones cometidas contra la mujer por razón de género. En tanto, en Aguascalientes, Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo, los códigos penales contemplan lesiones con ácido o sustancias corrosivas, químicas o inflamables, como lesiones calificadas o agravantes de lesiones simples.
En noviembre del 2022, el Senado de la República, en un intento por homologar penas contra este delito, aprobó reformas al Código Penal Federal, a fin de tipificar y sancionar con cárcel los ataques con ácido o sustancias químicas contra mujeres. Este dictamen fue turnado a la Cámara de Diputados y se espera que en el actual periodo ordinario de sesiones se discuta.
Mientras tanto, ante la falta de una homologación sobre las penas de este delito, las autoridades tienden a minimizarlo. Montserrat García, abogada y asesora de la Fundación Carmen Sánchez, explica que en muchos casos las autoridades clasifican la violencia ácida como un delito de lesiones, por lo tanto las condenas son menores.
Sin embargo advierte que como abogada feminista y a la par otros colectivos, se busca que la violencia ácida deje de clasificarse como lesiones y se reclasifique como feminicidio en grado de tentativa.
“Lo ideal sería que fuera un feminicidio en grado de tentativa, porque (...) están acuñadas estas razones de género, y sobre todo estas razones de odio hacia la mujer”. Aunque lo óptimo, prosigue, sería que la violencia ácida sea “se clasifique como tal, como un delito independiente de cualquier otro delito, incluido el feminicidio”.
Cabe señalar que el delito de Feminicidio en grado de tentativa, no está contemplado dentro del Código Penal Federal, pero sí en algunos códigos penales en estados. Este delito se perpetra cuando una persona lleva actos encaminados a quitarle la vida a una mujer pero no logra su cometido ya que la víctima sobrevive al ataque, por causas ajenas al agresor
Investigaciones sin perspectiva de género
Ximena Canseco, de la Fundación Carmen Sánchez, considera que existe “una falta de perspectiva de género dentro de la administración de justicia al clasificar los delitos”.
La abogada Montserrat García señala que el sistema de justicia en México “no está capacitado para atender a las mujeres”. Por ejemplo, dice, cuando una mujer llega a denunciar una violación sexual “siempre existen estos comentarios misóginos del ‘tú lo provocaste’”. Por ello considera que “el sistema de justicia sigue siendo machista y patriarcal”.
Ahora, en cuanto al tema de violencia ácida, prosigue, las autoridades no investigan eficazmente. Explica que, por ejemplo, la Policía de Investigación no está capacitada con perspectiva de género, lo cual impide que se llegue a sentencias adecuadas y con ello “garantizar la reparación del daño para que la mujer víctima tenga un acceso efectivo a la salud y al cuidado de su vida”.
Sobre este mismo tema, Ana Saldaña, critica el desempeño de las autoridades de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, en las investigaciones relacionadas a su caso. Nosotros “hemos construido mi carpeta de investigación, porque la Fiscalía nunca me ha entregado un solo elemento que sea de relevancia para el avance de mi caso” sostiene.
“Yo les he entregado toda la información que nosotros hemos conseguido por investigaciones y elementos que nosotros hemos hecho y pagado y movido para que algo avance de mi carpeta, sino hasta el día de hoy ellos no tendrían absolutamente nada en contra de nadie”.
Por ello calificó como “indignante” que sea la propia víctima de una agresión con ácido, la que “tenga que armar su carpeta de investigación” a fin de que las autoridades hagan su trabajo, finaliza.