En Texas, Multan a Voluntarios que Comparten Comida con Personas Sin Hogar
Se trata de la organización "Houston de Food Not Bombs", de alcance internacional, que promueve compartir comida vegetariana con otros
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En Houston, Texas, un grupo de voluntarios sin fines de lucro se ha enfrentado a las autoridades locales por alimentar a las personas sin hogar frente a la biblioteca de la ciudad.
Los agredidos forman parte de la organización internacional Food Not Bombs, que ha recibido multas de la policía por lo menos 23 veces desde el mes de marzo.
Para Food Not Bombs, las personas sin hogar de la ciudad dependen de ellos para conseguir alimento y por ello les han estado proveyendo de comida cuatro veces por semana durante más de diez años Houston.
Sin embargo, las autoridades locales dicen que han hecho estas detenciones en el área porque la presencia de personas sin hogar vuelve "poco acogedora la estancia para las familias" y "las desanima a visitar la biblioteca" o realizar otras actividades turísticas en la localidad.
Mientras Estados Unidos lucha contra una epidemia de personas sin hogar a raíz de la pandemia de covid, el enfrentamiento entre las autoridades y los defensores para equilibrar el deseo de ayudar a los necesitados y al mismo tiempo considerar a los residentes locales sigue en aumento.
De acuerdo con las autoridades de Houston, dar comida a personas sin hogar conllevan una multa de entre 50 y 2 mil dólares, según una ordenanza de la ciudad aplicada desde 2012 y en la que se estipula que cualquiera que alimente a más de cinco personas en propiedad pública o privada, primero deberá obtener permiso del dueño de la propiedad.
Respecto a esta situación, el alcalde de Houston, Sylvester Turner, dijo que comenzó a hacer cumplir la ordenanza en marzo porque el entorno que rodea a la biblioteca, ubicada al otro lado de la calle de la oficina del ayuntamiento de Turner, se había deteriorado.
“Las familias, los padres, ahora son más reacios a traer a sus hijos y caminar entre la población sin hogar", dijo Turner. "Y así estamos perdiendo un activo crítico para las familias, los niños y otras personas que necesitan utilizar la biblioteca".
Añadió que la gente de Food Not Bombs podría usar una ubicación alternativa: el estacionamiento cercano de una estación de policía de Houston, donde la ciudad proporciona comida a las personas sin hogar, pero los voluntarios dijeron que no habían visto ninguna evidencia de un aumento de la violencia en el área de la biblioteca y que no se sentían cómodos con la ubicación alternativa sugerida, sintiendo que la policía tendría demasiada influencia allí.
"Venimos aquí, servimos, vamos y lo hacemos con dignidad… Hay muchas personas sin hogar que tienen miedo de los agentes de policía", dijo la voluntaria Shere Dore, y agregó que muchos de estos beneficiados dependen de la biblioteca para cargar sus teléfonos, acceder a Internet, usar el baño o simplemente escapar del clima.
Para Billy Joe García, un hombre de 38 años de Stafford, Texas, que ha estado sin hogar durante los últimos dos años, los servicios proporcionados por Food Not Bombs le ofrecen sustento y conexión social. "Tener un lugar como este para ir… es crucial porque puedes ver gente nueva y puedes tener una forma de vida decente", detalló.
Poco después de que Food Not Bombs recibiera su primera multa el 1 de marzo, un voluntario presentó una demanda federal contra la ciudad de Houston, desafiando la constitucionalidad de la ordenanza de la ciudad para compartir alimentos.
Mientras tanto, Turner se compromete a hacer cumplir la ley. "Les hemos dicho a los que han estado alimentando a la gente frente a la biblioteca central... que eso ya no será", dijo Turner. "Y si persiste, incluso después de que le hayamos proporcionado una ubicación mucho más adecuada, se emitirán citaciones".
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Con información de Reuters
JCG