Para unos Migrantes Avión, Hotel y Todo Pagado, para Otros la Deportación

Algunos migrantes tuvieron acceso a los Estados Unidos y hasta les compraron los vuelos para viajar a donde los esperaban familiares y amigos, otros enfrentaron la deportación

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Andrea Vega | N+

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Miles de migrantes abarrotaron la frontera ante el fin del Título 42

Migrantes esperan en la frontera para cruzar hacia Estados Unidos. Foto: Cuartoscuro | Archivo

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El sábado 22 de abril, Alma y los cuatro integrantes de su familia cruzaron el Río Bravo, desde Matamoros, Tamaulipas, y se entregaron a las autoridades fronterizas de Estados Unidos. A los cinco venezolanos no los deportaron de inmediato, por el contrario, les pagaron vuelos para que pudieran ir a Nueva York, donde los esperaba un familiar. Además les dieron la cita para presentar su caso de asilo ante un juez para septiembre. 

Pablo, otro venezolano también cruzó la frontera y se entregó a las autoridades, el pasado 28 de abril. A él tampoco lo deportaron, lo mandaron en avión, con el vuelo pagado, a Boston, donde tiene unos amigos que lo alojaron en su casa. La cita para presentar su caso de asilo ante un juez se la dieron para junio. 

Los casos de estos migrates parecen un sueño americano en medio de las noticias y los discursos en los que se afirmaba que Estados Unidos deportaría a todos los que intentaran cruzar su frontera, bajo el Título 42, todavía vigente por esos días, una medida que expiró este 11 de mayo, y que permitía expulsar de inmediato a los migrantes, sin darles la oportunidad de solicitar el asilo, con el pretexto de que podían propagar el covid-19. 

Los discursos también incluían el anuncio de que con la terminación del Título 42 no se abriría la frontera, sino que se implementarían medidas más restrictivas, y sin embargo, en los días previos muchos migrantes lograron entrar a Estados Unidos. 

Principales Escenarios para Migrantes Tras Fin del Título 42

“Sí dejaron entrar a muchas personas procedentes de otros países, de México no, a los mexicanos los regresaron, pero de otras nacionalidades sí dejaron entrar a muchos, pero no sabemos cuál es el criterio que usan para dejar pasar a unos sí y a otros no, no hemos alcanzado a descifrarlo, hay veces que las personas tienen casos similares y unos entran y otros no”, dice Griselle Ramírez, directora del albergue Esperanza para Todos, ubicado en Ciudad Juárez, Chihuahua. 

Anayelli Flores, oficial de Asuntos Humanitarios en Médicos Sin Fronteras Reynosa y Matamoros, señala que, en efecto, hay poca claridad respecto a quienes deportan y a quienes dejan entrar. “Sabemos que hay gente que ha cruzado y ha sido expulsada, las expulsiones continúan, pero nos han comentado que hay gente que se ha logrado quedar en Estados Unidos, y esto es lo que ocasiona también que las personas se arriesguen a intentar el cruce”. 

Avión, traslados y hotel, todo pagado

Alma, nombre ficticio para proteger su identidad, cuenta que después de que ella y su familia, (esposo, dos hijos y padre) se entregaron a las autoridades fronterizas, les tomaron pruebas de ADN, revisaron que no tuvieran piojos o caspa y los llevaron a un refugio en una iglesia en Mc Allen, Texas. Les otorgaron un papel que es un aviso de comparecencia (Notice to Appear), entre otros documentos, y les dieron los boletos de avión para ir a Nueva York. 

Ahí están ahora, en el Bronx, en un hotel que se llama Family Bronx. De ese hotel pueden salir cuando quieran. Tienen sus teléfonos celulares y sus pertenencias y Alma ya está buscando inscribir a sus hijos en una escuela. Por ahora lo que le han dicho es que una trabajadora social los visitará para ver si continúan en el hotel o los alojan en otro sitio. 

Eso si no tienen aún permiso para trabajar, pero en el hotel les dan comida, desayuno, almuerzo y cena, y todo lo necesario para su higiene personal. El papá de Alma sale además a vender cigarros y dulces y con eso completan los gastos. 

Migrantes Improvisan Campamento en Tapachula 

Pablo, también nombre ficticio, está en Boston, en casa de sus amigos, pero él si ya no se esperó a tener el permiso de trabajo y se aventuró a conseguir uno, para solventar los gastos. “No tengo el permiso, pero si hay chamba hay que producir, ya descansé bastante mientras lograba llegar hasta acá”, dice. 

El padre Patricio Murphy, director de la Casa del Migrante en Tijuana, explica que en esto, que suena a un cuento rosa, hay un peligro. Antes de la pandemia no hubo un porcentaje alto de casos de éxito de personas que presentaran sus casos ante un juez y les otorgaran el asilo. 

“Solo se los dan a entre 5 y 10%, depende de la nacionalidad, entonces lo que pasa es que a los que entraron, los van a entrevistar y si no tienen un caso, probado, que amerite el asilo, por ejemplo, que corra peligro su vida, los van a deportar. Que estén dentro no asegura que se van a quedar. Si llegan y dicen que salieron de su país porque no hay trabajo, los van a deportar”, dice Murphy. 

Atrapada en un frontera más restrictiva

Para otros migrantes cruzar de forma ilegal no ha sido la opción y siguen en la frontera. “No sé ya ni qué hacer, me siento pérdida aquí, atrapada, a mi país no puedo volver porque tengo amenazas de muerte y no quiero arriesgarme a cruzar la frontera, con mi niño, y que me deporten; trato de sacar la cita para iniciar el trámite de asilo y no puedo, y ahora (con el fin del título 42) hay rumores encontrados, unos dicen que se va a abrir el paso y otros que todo se va a poner más feo”, dice María, a quien llamaremos así por cuestiones de seguridad. 

Ella es de Guatemala y lleva tres meses varada en Ciudad Juárez, México, intentando obtener una cita para presentar la solicitud de ingreso a Estados Unidos e iniciar así el trámite de asilo. Lo está tratando de hacer a través de CBPOne, la aplicación que el gobierno estadounidense ha dispuesto para esto. Pero como no cuenta como un teléfono inteligente, le está costando mucho trabajo conseguir siquiera el registro previo. 

Mi teléfono es muy básico, así que no me carga la foto que piden para hacer el registro. He logrado que alguna persona por ahí me preste su teléfono para intentarlo, pero después se van yendo y ya no puedo seguir con el trámite”. 

Tenemos Mucha Desesperación: Migrantes 

María está en un albergue en Ciudad Juárez, y ha visto cómo se van las personas, ya sea porque consiguen la cita, a través de CBPOne, las menos, o porque se aventuran a cruzar la frontera. “Sí, muchos lo intentan por la desesperación, después ya no se sabe si lograron pasar o si los regresaron pero por otra frontera o si entraron”.

El panorama para María y todos los migrantes que tratan de ingresar a Estados Unidos se ha puesto más complicado con el fin del Título 42, este 11 de mayo, que no significa que la frontera queda abierta. A los migrantes les está llegando información errónea, dice Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante. 

Mucha de esta información es promovida por los propios traficantes de personas que los engañan y les dicen que va a ser más fácil la entrada, que ya tienen los permisos, que ya nada más lleguen a la frontera, cuando nada de eso es cierto, cuando hay ahora más seguridad y mayores castigos para quienes intenten ingresar de forma ilegal 

Y es que con el fin del Título 42, se ha vuelto a aplicar el Título 8, una disposición migratoria vigente desde hace décadas, incluso durante los últimos años, y que permite expulsar a quien entren al país sin una visa o documentación requerida.

Migrantes Caminan Kilómetros para Cruzar

Contrario al Título 42, el Título 8 trae aparejadas sanciones, como que si el migrante intenta entrar de nuevo sin una documentación válida se le castiga con una prohibición de reingreso de por lo menos cinco años y posibles procesos penales.

“Este Título 8 es mucho más restrictivo, incluso implica la criminalización de las personas, pero es algo que no nos toma por sorpresa, porque sabemos que Estados Unidos va siempre a realizar acciones para evitar que los migrantes se acerquen a su frontera”, dice Sandra Álvarez, directora de la organización Sin Fronteras. 

Esto deja a las personas con la única opción legal de solicitar la cita para el ingreso a través de CBPOne. Pero organizaciones de la sociedad civil alertan que esta es una enorme barrera de acceso para las personas en situación de movilidad.  

“No muchas personas tienen el conocimiento de cómo se maneja esta aplicación, otras no tienen incluso teléfonos que sean smartphone ni acceso a wifi, así que el hecho de que este sea el único medio por el cual las personas tengan una oportunidad para poder solicitar asilo es una medida restrictiva”, puntualiza Anayelli Flores oficial de Asuntos Humanitarios en Médicos Sin Fronteras Reynosa y Matamoros. 

Ahora, habrá que esperar qué sucede en los próximos días con quienes intenten cruzar la frontera y con las citas a través de CBPOne