Gobiernos y organizaciones árabes consideran que los hechos ocurridos frente a la embajada de Turquía en Suecia, donde se quemó un ejemplar del Corán, son actos que propagan el odio bajo la máscara de libertad de expresión.
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Al Azhar, la institución más prestigiosa del Islam suní, aseguró ante los hechos:
Permitir que esos delincuentes repitan esas provocaciones bajo el lema de la libertad de expresión, aunque sea con el silencio, es una forma de complicidad paria que obstaculiza la paz, el diálogo interreligioso y la comunicación entre Oriente y Occidente.
A través de un comunicado, Al Azhar insistió en poner fin a estos actos que no son menos peligrosos que los atentados terroristas.
El abogado ultraderechista sueco-danés, Rasmus Paludan, fue quien realizó dicha quema, donde también exhibió un dibujo que ironizaba la sexualidad del profeta Mahoma.
La Organización de la Cooperación Islámica (OCI) también emitió su postura:
Es una muestra más del alarmante nivel al que han llegado la islamofobia, el odio, la intolerancia y la xenofobia.
También llama al Gobierno sueco a tomar las medidas necesarias contra los autores de ese crimen de odio, y a la comunidad a intensificar los esfuerzos en la lucha contra la islamofobia.
Con información de EFE.
MV
