Israel está enfocado en su contraofensiva al sur, en la Franja de Gaza, con bombardeos constantes, y más de 300 mil reservistas listos para la orden de entrar. Pero hay un enemigo que acecha y que puede cambiar la dinámica de esta guerra, Hezbolá.
Mientras tanto, el domo de hierro de Israel sigue interceptando los misiles de Hamás.
Al norte, en Líbano, el grupo terrorista Hezbolá, mucho mejor armado que Hamás, y enemigo acérrimo de Israel, observa, planea y acecha.
En el camino, hay movimiento: soldados, armamento, jets de combate y helicópteros indican que el área no está desprotegida.
Al llegar a este lugar, al equipo de N+ no se le permitió continuar.
Se permitió grabar, pero no acercarse demasiado y se exigió no mostrar nada que pueda revelar su posición.
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La tensión es grande, y el comandante indica que han tenido varios incidentes durante el día, y que cualquier cosa que se escuche, de inmediato, todos deben colocarse en el suelo para protegerse.
Como predicción, poco después, una explosión obliga a los soldados a correr. Sus vehículos de acero, la mejor protección.
Es lo que ha hecho Hezbolá desde el comienzo de la guerra: ataques con mortero e intercambio de disparos con Israel, provocando sin abusar. Un juego casi macabro.
En varias ocasiones, gente de poblados aledaños se acercan a sus soldados. Les traen agua, alimentos. El mensaje es que valoran su presencia, y agradecen su protección.
En el ajedrez mortal que es esta guerra, hay más de dos participantes.
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Con información de Horacio Rocha Staines y Aritio Gómez, N+
KAH | ICM