Letrinas, Riesgo Latente para Niños en Escuelas de Sudáfrica
En 2018, el presidente Cyril Ramaphosa anunció medio millón de dólares para reemplazar estas letrinas en dos años, pero se retrasó a 2025
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"Legado del apartheid", las letrinas son los sanitarios, que a menudo provocan graves accidentes y son un símbolo de la disparidad que persiste 30 años después del régimen racista, estima Sibusiso Khasa, de la organización Amnistía Internacional.
Según las cifras oficiales, en más de 3 mil 300 escuelas públicas de las 23 mil del país se emplean todavía este tipo de sanitarios.
Oratile Diloane tiene 12 años, y en su cráneo tiene una larga cicatriz en el cráneo, secuela de una caída en las rudimentarias letrinas.
Una losa de hormigón, un agujero y una fosa de tres metros donde se acumulan los desechos: las letrinas abiertas son habituales en las zonas más atrasadas del país, entre los más desiguales del mundo, según el Banco Mundial.
Para Khasa, este retraso es en parte resultado de la incapacidad de los distintos gobiernos democráticos de garantizar los mismos derechos para toda la población.
Se trata de una promesa regular de los gobernantes.
En 2018, el presidente Cyril Ramaphosa anunció el desbloqueo de medio millón de dólares para reemplazar estas letrinas en dos años.
Pero la ministra de Educación, Angie Motshekga, retrasó nuevamente el plazo a 2025. Ante este escenario, Kasha se lamenta:
El hecho de que no respeten sus propios plazos es un indicador flagrante de la falta de voluntad política
En la escuela primaria de Kanana, 180 kilómetros al noroeste de Johannesburgo, estos retretes de hoyo fueron reemplazado después del accidente de Oratile.
Oratile padece ahora de hidrocefalia, una enfermedad que perturba el funcionamiento cerebral, pero también epilepsia y autismo. Se sometió a una operación en 2018, pero la pérdida de memoria persiste.
No puede acordarse de su edad, pero el recuerdo de lo que le ocurrió sigue bien vivo:
Caí en los baños y el jardinero de la escuela vino a sacarme
Al volante de una camioneta, Emmanuel Mantlathi desacelera en la calle polvorienta. Hace sonar la bocina y lanza un saludo al pequeño a quien solía conducir hasta la escuela cada mañana.
En la casa de los vecinos, Lebogang Lebethe, de 48 años, trabaja en los boniatos cultivados en su jardín. Uno de sus cuatro hijos iba a la misma clase que Oratile cuando ocurrió el accidente.
Tenemos miedo por nuestros hijos. Cuando dejamos a los niños en la escuela, pensamos (...) que están seguros
Pero la de Oratile no es la única.
En marzo, una niña de cuatro años murió en un retrete de hoyo en una escuela en el sur del país. En abril, otra de menos de dos años falleció en circunstancias similares, pero no en una escuela, sino en el patio trasero de una casa.
En los últimos años, grupos de activistas y familias llevaron al gobierno ante la justicia.
En 2019, un tribunal lo condenó a indemnizar con más de 73 mil dólares a la familia de Michael Komape, fallecido al caer en una de estas letrinas en 2014. Tenía solo cinco años.
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Con información de AFP
KAH | ICM