Argentinos Recuerdan al Papa Francisco Cuando Solo Era el Padre Jorge

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El sacerdote fue recordado por su tranquilidad, su poca habilidad para el futbol, las ideas polémicas y ser un comprador de rosarios de algodón

Argentinos Recuerdan al Papa Francisco Cuando Solo Era el Padre Jorge

El papa Francisco está hospitalizado en Roma desde el pasado 14 de febrero. Foto: N+

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Argentina, la del tango, de Evita, el mate, de Diego y de Messi es también la Argentina de una economía derrumbada, la de los barrios que resisten, la de los ídolos que nunca morirán. La Argentina de un papa que no ha vuelto, la de Jorge Mario Bergoglio.

En las calles de la capital, Buenos Aires, hay huellas de cuando el máximo jerarca católico era simplemente el padre Jorge. Así lo recuerda Susana Delgado:

Vos lo veías, su tranquilidad, su parsimonia, sus zapatitos gastados. Su portafolio negro. Si él no vino, no pudo porque él ama su barrio, Flores es su barrio, él lo ama. Sabemos que nos ama a todos nosotros y el mundo lo necesita más

Jorge Mario fue hijo de inmigrantes italianos que nació y creció en el barrio de Flores. De niño, jugaba pelota en la plazuela de la calle Membrillar. 

El padre Raúl Perrupato, amigo de la infancia de Francisco, señala sobre su habilidad para jugar al futbol: 

Como él llevaba la pelota, lo incluían, pero según mis primos que jugaban con él, era bastante tronco para jugar al futbol. Eso es lo que me acuerdo

Video: La Argentina de Jorge Mario Bergoglio, un Papa que No Ha Vuelto

El papa quedó a deber un rosario

El novicio de Villa Devoto, el sacerdote jesuita que dictaba clase en el Colegio del Salvador y tomaba café en Los Galgos por las tardes, después fue el arzobispo de Buenos Aires... el cardenal que compraba rosarios de algodón afuera de la catedral metropolitana.

Darío, vendedor de rosarios afuera de la catedral, dice que el pontífice le quedó a deber uno:

Él venía, llevaba uno o dos, regalaba y después volvía y me pagaba. Siempre, una vez llevó uno y ya no vino más. Me debe un rosario, el papa Francisco. Espero que vuelva a la Argentina. Que lo pongan en un avión y que lo devuelvan, que lo traigan acá a Argentina, porque no puede ser que no haya venido más

El hincha del San Lorenzo y los mensajes polémicos

Jorge Mario, el de la vocación salesiana y su club de futbol, el San Lorenzo, con su capilla que hoy le cumple la promesa de rezar por él. Bergoglio y su gente que lo recuerda a través de arte en la Catedral de La Plata, la más alta de Argentina.

Jorge Mario, el que tomaba el subte de Flores a la Plaza de Mayo, el cardenal incómodo que denunció la trata y explotación de las costureras, de los inmigrantes, de los cartoneros. Bergoglio, el amigo de los curas villeros que predican en las ciudades ocultas.

Es también Bergoglio cuyo mensaje no necesariamente gusta a los oídos de los dos extremos de una sociedad polarizada por religión y política, tan dividida que incluso a él lo atraviesa.

En Buenos Aires, no hay pines ni postales, tampoco retratos, banderines ni figuras del primer papa latinoamericano.

Los que conocen su doctrina, su mensaje de vocación jesuita que llama a la reconciliación y a la justicia para todos, afirman que el mundo todavía lo necesita.

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Con información de En Punto

ICM