Féretro de Benedicto XVI llega a Plaza de San Pedro para Funeral
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Un fuerte aplauso acogió la aparición del ataúd en la puerta principal de la basílica de San Pedro, rodeada por una densa niebla
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A hombros de los doce llamados gentilhombres, el féretro con los restos mortales del Papa Emérito Benedicto XVI llegó al atrio de la Plaza de San Pedro desde el interior de la Basílica, donde había sido instalada la capilla ardiente, para el funeral.
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Un fuerte aplauso acogió la aparición del ataúd en la puerta principal de la Basílica de San Pedro, rodeada por una densa niebla, y comenzó el rezo del rosario que precede a la ceremonia está prevista a las 9:30 horas (8:30 GMT) y que presidirá el Papa Francisco.
La procesión partió en medio de toque de las campanas a muerto. A su llegada al sagrario de la plaza, el ataúd fue situado delante del altar, en el suelo, sobre una alfombra.
Sobre el féretro, el secretario personal de Benedicto XVI, monseñor Georg Ganswein, colocó un libro de los Evangelios abierto.
A grandes rasgos, la celebración litúrgica seguirá el modelo de las exequias referidas al sumo pontífice, pero incluye algunos elementos originales y elimina otros
Se modificaron, por ejemplo, las oraciones en las que se mencionaba la Sede Vacante o el fallecimiento de un pontífice reinante y se ha eliminado la oración final del vicario de Roma.
La misa estuvo presidida por Francisco, celebrada por el decano del Colegio Cardenalicio, el italiano Giovanni Battista Re, y concelebrada por unos 120 cardenales, 400 obispos y 4 mil sacerdotes.
En la Plaza de San Pedro tomaron asiento las delegaciones oficiales invitadas, la de Italia y la del país natal de Ratzinger, Alemania, al no considerarse un funeral de Estado ya que Benedicto XVI dejó de ser el Jefe de Estado Vaticano tras su renuncia en 2013.
Pero varias autoridades políticas y religiosas, también de otras confesiones, han acudido a título personal, como la reina emérita de España, Doña Sofía, o el rey de Bélgica, Felipe, y su esposa Matilde.
Al cierre anoche de la capilla ardiente, en la que durante tres días unas 200 mil personas acudieron a la Basílica de San Pedro, Benedicto fue introducido en un féretro de ciprés forrado de terciopelo rojo y en una ceremonia se leyó el "rógito", un pergamino en el que está escrita la vida y obras más importantes de Benedicto XVI y que fue después introducido en el féretro.
Después, cubrieron con un velo de seda blanco el rostro del Papa y también se introdujeron en el féretro las medallas acuñadas durante el pontificado, así como los palios, el ornamento que se lleva sobre los hombros, de cuando fue obispo de Múnich y de Roma. El mismo procedimiento destinado a un Papa "reinante".
Al final de la celebración, Francisco incensó el féretro con restos de Benedicto en un ritual llamado Ultima commendatio et valedictio, (Última recomendación y despedida) y se procedió a dar sepultura en privado al Papa, quien fue enterrado en las Grutas Vaticanas, en la tumba que perteneció al Papa san Juan Pablo II, como él mismo deseó.
La delegación de gobierno de Roma efectuó un importante despliegue de seguridad, con más de mil agentes y el cierre del espacio aéreo sobre la plaza, dada la presencia de decenas de miles de personas.
Con información de EFE.
KAH