Cena de Navidad en el Espacio: Así Agasajó la NASA a Tripulantes del Apolo 8
En 1968, los tres astronautas del Apolo 8 pudieron tener una comida 'decente', alejada de esos cubos comprimidos que a nadie gustaban
Ivan Cabrera | N+
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De acuerdo con una reseña de la NASA, el día de Navidad de 1968, Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders encontraron una sorpresa en el armario de la comida: "una cena navideña especialmente empaquetada, envuelta en papel aluminio y decorada con cintas rojas y verdes".
Y es que alimentar a los astronautas en el espacio se convirtió en un reto no solo para los encargados de preparar la comida, sino que trataba de un proceso psicológico para elevar la moral y mejorar la ingesta de la tripulación. Y esa comida 'casera' lo había logrado.
En el artículo Una cena sorpresa de Navidad en el Apolo 8: pavo y gravy hacen historia en el espacio, la NASA recordó que en su camino a la luna, este misión no tenía mucha hambre y no era por ausencia de apetito, sino porque los alimentos eran "poco apetecibles", como dijo Borman.
La tripulación se refería a esos alimentos comprimidos del tamaño de un cubo, perfectos para un bocado; así como preparaciones que al ser rehidratadas tomaron el sabor de los envoltorios en lugar del sabor real de la comida.
En una transmisión en vivo a la Tierra, los astronautas mostraron, y también se quejaron, de la comida y su preparación en gravedad cero. Borman fue tajante y dijo que esperaba que la gente "tuviera mejores cenas de Navidad" que la que ellos iban a disfrutar.
Y es que una de las quejas recurrentes desde que comenzaron las expediciones al espacio fue la comida, pues carecía de sabor, aroma, apariencia, textura y el gusto era muy alejado de lo que se esperaba.
Borman habló que lo único que le había gustado de la comida espacial había sido la navideña, compuesta de pavo y salsa gravy. Fue tal el agrado que la tripulación se contactó con Houston para agradecerles.
"Parece que cometimos una gran injusticia con la gente de la comida", señaló Lovell. La cena estuvo compuesta de pavo, gravy, salsa de arándanos y un jugo de uvas.
Y este fue un parteaguas para alimentar a las tripulaciones, pues hasta antes del Apolo 8, los astronautas comían alimentos liofilizados (un proceso de deshidratación para conservar la comida) a los que se les debía añadir agua, amasarlos y esperar antes de consumirlos, así como alimentos comprimidos en forma de cubos.
En esta misión, la NASA presentó el 'wetpack': un paquete termoestabilizado de pavo y salsa que conservaba su contenido normal de agua y podía comerse con una cuchara
Aunque a principios de la década los astronautas del proyecto Mercurio habían comido puré en termoestabilizado, pero nunca habían comido trozos de carne como el pavo.
Este 'golpe moral' dio nuevos bríos a los tripulantes, pues pudieron ver y oler el pavo y la salsa, cuyas texturas y sabores no fueron alterados al vertirles agua para hidratar los alimentos.
Esta cena de Navidad mejoró la experiencia dentro de la misión y fue un avance para las siguientes expediciones, pues el uso de cuchara también simplificó la alimentación y preparación de las comidas.
Al final del artículo, la NASA señaló:
Ver comida apetitosa provoca hambre y anima a comer. En otras palabras, si la comida se ve y huele bien, entonces debe saber bien. Pequeñas cosas como esta en el sistema alimentario del Apolo marcaron una gran diferencia para las tripulaciones que simplemente querían algunas experiencias gastronómicas similares en órbita y en la luna a las que disfrutaban en la Tierra
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Con información de la NASA
ICM