Luego de un sangriento fin de semana de Año Nuevo, Rusia informó que al menos 63 de sus soldados murieron en un bombardeo contra una zona controlada por Moscú en el este de Ucrania.
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El ejército ruso nunca antes había informado de tantas pérdidas en un solo ataque desde el inicio de la invasión de Ucrania el 24 de febrero.
El Ministerio ruso de Defensa indicó que el bombardeo "con cuatro misiles" tuvo lugar en la localidad de Makiivka, ocupada por Rusia y que golpeó "un centro de despliegue temporal" del ejército.
De acuerdo con las autoridades rusas, se trató de un ataque con lanzacohetes HIMARS, un tipo de arma entregada por Estados Unidos a Ucrania.
"Se están aclarando las pérdidas en términos de personal para los ocupantes", detalló el Estado Mayor. Unas horas antes, Ucrania elevó el número de muertos a 400.
Ucrania también sufrió varios bombardeos rusos el fin de semana, que dejaron al menos cinco muertos.
Tras una serie de derrotas militares, Rusia comenzó en octubre a dirigir sus ataques a la infraestructura ucraniana, esto provocó que millones de personas no tengan energía eléctrica y estén expuestas al frío con temperaturas bajo cero.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que esta campaña provoca "adversidades extremas" para los ucranianos y denunció posibles crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas.
Sin embargo, Vladimir Putin, dijo durante su discurso de Año Nuevo, que la justicia "moral e histórica" está del lado de su país en esta guerra.
Con información de AFP
EPP
