Biden Inicia Tercer Año de Mandato Empañado por Escándalo de Documentos

El presidente de Estados Unidos de América (EUA), Joe Biden, inicia este viernes el tercer año de su mandato, con el reto de que la Cámara Baja estará a manos de los republicanos y en medio del escándalo por los documentos clasificados hallados en su residencia y oficina privadas.

El descubrimiento desde noviembre de varias tandas de papeles clasificados de la época en la que fue vicepresidente de Barack Obama, entre 2009 y 2017, han puesto al ahora presidente demócrata en una difícil coyuntura, que coincide con la recuperación por parte de los republicanos del control de la Cámara Baja.

Aún no están claras las consecuencias que pueda tener el hallazgo de los documentos, cuyo contenido se desconoce, por lo pronto el fiscal general, Merrick Garland, designó al fiscal especial, Robert Hur para que investigue este caso.

Republicanos amenazan con investigar a Biden 

Ante esta situación, los republicanos amenazaron con lanzar toda la artillería pesada contra Biden, incluso el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ya se ha mostrado partidario de abrir una investigación legislativa.

De hecho, los republicanos se han quejado por lo que consideran que es el doble rasero de la administración de Biden, ya que aseguran que el FBI y otras agencias federales han sido injustas con el expresidente Donald Trump (2017-2021) en el caso de los documentos clasificados encontrados en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.

En su discurso tras ser elegido presidente de la cámara, McCarthy advirtió de que no le temblará la mano a la hora de emitir citaciones para obligar a funcionarios públicos a entregar documentos y obligar a ofrecer testimonios al Congreso, antes de que el caso de los papeles de Biden estallara.

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Por lo demás, los republicanos han dicho que van a intentar aprobar iniciativas legislativas para abordar retos urgentes como "la frontera sur abierta", las políticas energéticas o "el adoctrinamiento progre en los colegios", además de crear comisiones para investigar políticas de Biden y los negocios de su hijo Hunter Biden.

De igual forma, indicaron que irán más allá y buscarán poner límite al gasto público, el que ha sido el buque insignia de la política de Biden durante estos años de pandemia, junto con el combate a la inflación, aunque no está muy claro el poder de actuación de los conservadores, ya que no controlan el Senado, en poder de los demócratas.

Biden y su lucha contra el Covid 

Luego de haber llegado a la Casa Blanca, el pasado 20 de enero de 2021, Biden puso como prioridad la lucha contra la pandemia de covid y sus repercusiones económicas. 

En esa línea, Biden se ha encargado de que las vacunas contra el covid estuvieran disponibles para todos los estadounidenses, aunque se ha tenido que aplicar a fondo a la hora de convencerlos para que se las pusieran ante los altos índices de antivacunas en la población.

Al tiempo, su administración impulsó un paquete de estímulo de 1.9 billones de dólares y otro de infraestructuras de 1.2 billones para contrarrestar la destrucción del tejido económico causado por la pandemia.     

Algunos economistas apuntan que esos estímulos son la causa de la elevada inflación en el país, aunque hay otros que argumentan que ha sido resultado de la pandemia, los problemas en la cadena de suministro y la guerra en Ucrania. 

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Inflación, la otra batalla de Biden 

De hecho, la alta inflación ha sido la mayor sombra en la gestión de Biden e incluso llegó a batir en junio de 2022 su récord de los últimos 40 años con una tasa interanual del 9.1%, espoleada por los precios de la gasolina y los alimentos.

Ante esta carestía, la Reserva Federal (Fed) aplicó aumentos en la tasa de interés desde marzo del 2022, lo que en los últimos meses logró que la inflación descendiera.

En paralelo, desde la Casa Blanca se impulsó una Ley para la Reducción de la Inflación, aprobada por el Congreso y que cuenta con ayudas a empresas que inviertan en tecnologías limpias, entre otros.

Pese a estas medidas, parecía que la inflación le iba a pasar factura a los demócratas en las elecciones de noviembre pasado de medio mandato.

No obstante, la movilización para proteger el derecho al aborto, revocado en junio pasado por el Tribunal Supremo, jugó a favor de los progresistas, que lograron mantener el control del Senado, aunque no así el de la Cámara Baja.

Y eso a pesar de la falta de rotundidad del propio presidente, de credo católico, a la hora de defender el derecho al aborto en público, aunque su Gobierno adoptó medidas para contrarrestar la sentencia. 

En el terreno internacional, el mandato de Biden se caracteriza por la vuelta a los aliados tradicionales de EUA tras los años de alejamiento de Donald Trump, quien prefirió desafiar a los socios de toda la vida del país y ser ambiguo, e incluso expresar su admiración hacia el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-Un.     

Tras una desastrosa retirada de Afganistán después de 20 años de guerra, el Gobierno de Biden se enfrenta ahora al gran reto de apoyar a Ucrania frente a la invasión rusa, sin que soldados estadounidenses pisen el suelo ucraniano para no desencadenar una guerra mundial.

Si la situación no cambia, todo parece indicar que la guerra en el país europeo y la competición con China marcará la política internacional de Biden de aquí a las elecciones presidenciales de 2024, en las que ya adelantó sus intenciones de presentarse, aunque todavía no lo ha hecho oficialmente. 

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Con información de EFE.

MGM