Rehabilitación de Presa Madín No Mejora Abasto de Agua en el Edomex

La Presa Madín es una de las tres fuentes que abastecen de agua al Estado de México.

Representa el 16 por ciento del suministro para Naucalpan y Atizapán, donde viven un millón 358 mil personas.

Está recién rehabilitada, pero los habitantes no tienen agua.

“Tuvimos que recurrir a comprar botes y garrafones para que el día que haya agua llenamos todo para soportar los días que no tenemos agua, hay veces que nos ha dejado sin un mes sin agua”, dijo José Martín Álvarez, vecino de Atizapán.

Con el fin de aumentar el abasto de agua, entre 2022 y 2023, el municipio invirtió 13 millones de pesos en la rehabilitación de 13 hectáreas de la Presa Madín.

Además, hace cinco meses el gobierno estatal construyó junto con la Federación una planta potabilizadora.

Sin embargo, los vecinos dicen que desde noviembre pasado, la crisis se agravó y ahora solo reciben agua nueve horas a la semana.

“Teníamos escasez de agua, la escasez de agua en Atizapán no es de ahorita es desde hace años… a todos se nos ha recortado el agua cada vez nos cortan más”, señaló Óscar Maldonado, vecino de Atizapán.

Según el alcalde de Atizapán, Pedro Rodríguez, esto se debe a que casi toda el agua de la presa se destina a la Ciudad de México ante los bajos niveles del sistema Cutzamala.

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"Lo que esperamos es que las aguas de la Presa Madín se queden para solventar la crisis que hoy estamos padeciendo. Sería justo que las aguas de la presa se quedara para apoyar a los municipios que colindan con la Presa Madín", afirmó el alcalde de Atizapán, Pedro Rodríguez.

En octubre pasado, la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, aseguró que con la potabilizadora nueva, mejoraría el servicio de agua en Atizapán de Zaragoza.

“Atizapán tiene su propia agua, entonces lo que no sabemos es a dónde se están llevando el agua”, dijo Óscar Maldonado, vecino de Atizapán.

La falta de líquido no es el único problema en la Presa Madín.

Desde 2004, investigadores del Instituto Politécnico Nacional y de la UNAM documentaron que el agua de la presa estaba contaminada con cantidades peligrosas de metales como aluminio y fierro.

“Al urbanizar sin planificación hay un escurrimiento de todo lo que tiras en la calle, es inevitable, de aceites, de lubricantes, de pinturas, de todo lo que te imaginas que se arroja a la calle y además hay descargas que van directamente a la presa”, señaló el biólogo José Antonio Benjamin Ordóñez.

En septiembre pasado, la Comisión Nacional de Derechos Humanos incluso señaló que existen evidencias suficientes para denunciar a funcionarios de la Conagua, Profepa y de los gobiernos del Estado de México, Naucalpan y Atizapán por acciones u omisiones que contribuyeron al daño ambiental de la Presa Madín.

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