Pintan Murales de Víctimas de Feminicidio para Evitar que Casos Queden en el Olvido

En 2023, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública contabilizó 827 feminicidios y 2 mil 581 víctimas de homicidio doloso

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Heatzi Valdez Anaya

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Los murales que retratan a las víctimas de feminicidio, son pintados bajo la autorización y con características a petición de los familiares de las fallecidas

Los murales que retratan a las víctimas de feminicidio, son pintados bajo la autorización y con características a petición de los familiares de las fallecidas

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Para muralistas y familiares de víctimas de violencia feminicida, intervenir las calles es una forma de evitar que sus rostros y nombres queden en el olvido.

Es la forma de contar sus historias, y que los casos no queden en una cifra más.

Araceli Mejía, conocida también como Ara Meu, explica cómo a través del arte urbano se puede dar voz a las historias de las víctimas: “Tengo cuatro murales con este tipo de temáticas. Es un tema que me mueve, […] que siento debe ser mencionado sobre todo por nosotras las mujeres que vivimos violencia. Creo que las mujeres últimamente decidimos no quedarnos calladas y en mi caso la gráfica es mi forma de gritar”.

El último mural que pintó Ara Meu fue el de Verónica Monroy el pasado 7 de febrero cuando se cumplieron 3 años de su muerte.

Dejamos de tener comunicación con ella, no contestaba llamadas, mensajes, nada. Al no tener respuesta es que acudimos al siguiente día a buscarla y la encontramos dentro de su casa tirada en el suelo boca abajo, sin vida”, cuenta Minely Moctezuma, hija de Verónica.

Las llaves de gas del domicilio de Verónica estaban abiertas, pero también notaron rastros de violencia y exigieron a las autoridades investigar a fondo y no dictaminar el caso como suicidio.

Todas las señales que habían ahí de lucha, de que mi mamá se quiso defender, porque ella de entrada tenía golpes en el rostro, sangre, la casa estaba como si hubiese habido una riña, cosas tiradas, vasos rotos, la basura de la cocina regada, golpes en el refrigerador, en la pared. O sea, señales evidentes de que pues no, su cuerpo estaba acomodado.

Para mantener presente el recuerdo de una mujer fuerte como lo fue Verónica, su familia decidió contactar a la artista gráfica Ara Meu.

Quería que su rostro estuviera plasmado, pues no sé, en un intento quizá de hacerle saber a las autoridades que aquí vamos a seguir y que no nos vamos a cansar de al menos ya no tener esa justicia porque una justicia completa ya no vamos a tener. Pues eso, que su rostro no se olvide, que no nos quieran decir que fue ella quien se quitó la vida, que la asesinaron, que tienen una deuda pendiente con ella, que no hicieron lo que tenían que hacer y pues eso, que su rostro y su nombre no sean olvidados, que no quede en una cifra más, que se sepa que Verónica Monroy no se suicidó.

En tanto, Ara Meu, reconoce que la exigencia debe ser colectiva: “Somos una comunidad y no podemos ser indiferentes ante las luchas de los demás, luchas tan importantes como la que hace la familia de Vero Monroy no podemos ser indiferentes y desde nuestra trinchera también nos toca exigir”.

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