Las Personas que Sonríen Más se Enferman Menos

Hay muchos tipos de sonrisa; la encantadora de Tom Cruise, la contagiosa de Julia Roberts, la siniestra del personaje de Jack Nicholson en la película El resplandor o la sonrisa tierna de Shirley Temple cuando era niña.

Diversos estudios señalan que sonreír, para la especie humana, es un acto complejo, que transmite emoción, comunica y nos resulta placentero.
 
Está comprobado científicamente que sonreír repercute positivamente en la autoestima y la salud. Por ejemplo, con el solo acto de gesticular una sonrisa se mueven 400 músculos de la cara y se queman calorías, 20 segundos de risa equivale a 3 minutos de ejercicio.

El tejido muscular de todo el organismo se relaja cuando sonreímos porque se siente cómodo y en confianza, el hipotálamo libera endorfinas que producen un efecto analgésico, se produce adrenalina que provoca alerta y vitalidad.

La risa disminuye la concentración de cortisol, una hormona que en bajas concentraciones disminuye el estrés. Esto aumenta la actividad de los linfocitos, responsables de una buena respuesta inmunológica, y por tanto, se fortalece el sistema inmunológico, esto quiere decir que, las personas que ríen más, se enferman menos.

Sin embargo, según el psiquiatra Enrique Chávez, expresidente de la Asociación Psiquiátrica mexicana, hay periodos en la vida en que es difícil sonreír, por alguna experiencia traumática, o bien, por rasgos psicológicos de la personalidad.
 
Para estos casos existen terapias psicológicas, que incluyen ejercicios para propiciar que una persona vuelva a sonreír. Algunos son pararse frente a un espejo y practicar con muecas de sonrisa, escuchar chistes, ver películas cómicas, oír música alegre o bailar.

Diversos estudios concluyen que todo ser humano nace con una carga de humor en el material genético, desarrollarlo tiene que ver con el entorno y los valores aprendidos.

La risa es un proceso muy complejo en el que intervienen las emociones, la inteligencia y la interpretación de una circunstancia, también la cultura, la edad, el sexo, y la religión. Lo que a una persona puede causarle risa, a otra le puede disgustar.

Pero una característica de la risa es que es muy contagiosa, escuchar la risa de alguien, sus carcajadas o ver a una persona sonreír hace que otras personas también se rían o sonrían.

El catedrático de la UNAM, y doctor en Psicología Social, Manuel González Oscoy, dice que la sonrisa es muy contagiosa por las neuronas espejo:

Cuando veo que alguien semejante a mí hace algo, una parte de mi cerebro se activa como si yo lo estuviera haciendo, entonces sí se considera que las neuronas espejo nos ayudan a integrarnos socialmente con otros seres humanos, que cuando no hay esta capacidad se puede desarrollar hasta patologías como es el autismo. Las neuronas espejo están en el aprendizaje sustitutivo, en el copiado de conductas simples, entonces las neuronas espejo provocan que la risa sea contagiosa, al igual que bostezar o saludar.

Los especialistas dicen que los niños ríen más que los adultos, y por ello aconsejan para las personas que no sonríen tanto, cobrar conciencia sobre esto y propiciar las carcajadas en su propia vida.

La risa eleva la autoestima y la confianza, es placentero; además, elimina pensamientos negativos de miedo, odio o agresividad y tiene diversos beneficios para el organismo.

Todos necesitamos reír, es terapéutico, lo ideal es hacer el esfuerzo de sonreír y reír cada día, darle más importancia, como parte integral de nuestra salud mental y física.

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Con información de Irlanda Maya, Noticias N+