¿Qué ha Pasado con la Deuda Estudiantil en Estados Unidos?

El gobierno de Joe Biden busca aliviar la deuda estudiantil pero se ha enfrentado a obstáculos legales; recientemente anunció la condonación de 9 mil millones de dólares

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El presidente Joe Biden hablando desde un podio con el sello presidencial de Estados Unidos en una sala oficial, con banderas estadounidenses al fondo.

Presidente estadounidense, Joe Biden Foto: X @POTUS

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En agosto de 2022, el presidente Joe Biden anunció la condonación parcial de la deuda universitaria por un total de 10 mil dólares de manera generalizada, lo que beneficiaría a unos 44 millones de estudiantes. Esta cifra podía ascender hasta 20 mil dólares para los beneficiarios de la Beca Pell, un extendido programa federal con préstamos del Departamento de Educación que beneficia a seis millones de estudiantes de familias de bajos ingresos. En total, esta acción supondría la condonación de 400 mil millones de dólares.

La Casa Blanca argumentó en su momento que, desde 1980, el costo total de las universidades públicas y privadas de cuatro años se ha triplicado, incluso descontando la inflación. Además, las Becas Pell, que llegaron a cubrir casi el 80% del costo de un título de una universidad pública de cuatro años ahora apenas cubren un tercio de éste, por lo que muchos estudiantes de bajos y medianos ingresos no tienen otra opción que pedir un préstamo para acceder a la educación universitaria en una nación en que el costo de las universidades tanto públicas como privadas es mucho más elevado que en el resto de los países desarrollados.

Se estima que la deuda estudiantil acumulada en los Estados Unidos suma alrededor de 1.6 billones de dólares, y, como se ve en la Figura 1, se observa que más de la mitad de todos los deudores tenían préstamos de 20 mil dólares o menos, mientras que alrededor del 7% de los deudores, unos tres millones de personas, tienen saldos de 100 mil dólares o más.

Sin embargo, a fines de junio de este año, la Suprema Corte de los EUA anuló la medida otorgada por el Departamento de Educación, argumentando falta de competencia, considerando que la administración de Biden no tenía potestad para ordenar tal condonación sin la autorización del Congreso. Ante el traspié sufrido por su política, el presidente expresó que intentaría promulgar un programa diferente de apoyo para la reducción de la deuda estudiantil al amparo de la Ley de Educación Superior, que data de 1965. Además, declaró que el Departamento de Educación no remitiría a las agencias de crédito a los deudores que no paguen sus préstamos estudiantiles durante 12 meses.

Adicionalmente, la decisión de la Suprema Corte llegó justo cuando estaba por vencer la moratoria que se impuso al pago de los préstamos estudiantiles con motivo de la pandemia y que lleva tres años en vigor. Esta pausa en los pagos es independiente y su vencimiento forma parte del acuerdo sobre el techo de la deuda, finalizando en septiembre, por lo que la exigibilidad de los pagos se retomó al iniciar octubre, y la acumulación de nuevos intereses se reinició desde septiembre.

Ante este escenario, los deudores, que han tenido una pausa en sus obligaciones durante tres años debido a la pandemia, deberán reorganizar sus presupuestos, puesto que la pausa les había permitido utilizar el dinero que antes destinaban al pago de sus créditos hacia otros fines, por ejemplo el pago del alquiler, financiar la compra de automóviles, la amortización de otras deudas o la acumulación de ahorros, entre otros. Según cálculos de Wells Fargo, esto significaría que 44 millones de estadounidenses tendrán que erogar mensualmente un promedio de entre 210 y 314 dólares, los cuales saldrían de la economía, al ya no estar disponibles para el consumo.

De esta manera, el regreso de los pagos mensuales de los préstamos es visto como potencialmente negativo para el gasto discrecional y representa un posible traspié para el crecimiento de la economía estadounidense, que ha tenido un buen desempeño impulsada por el sólido gasto de los consumidores después de la pandemia.

Por el contrario, algunos especialistas consideran que, aunque es probable que se observe cierta desaceleración del crecimiento del gasto hacia finales de este año como consecuencia de que la reanudación de pagos reduzca la capacidad de consumo de ciertos hogares, la mayoría de los saldos de los préstamos estudiantiles son manejables, por lo que sólo las personas con saldos muy elevados tendrían que reducir su gasto. Así, la medida no tendría un efecto significativo en el gasto general de los hogares estadounidenses.

Finalmente, el 4 de octubre, la administración del presidente Biden aprobó la condonación de 9 mil millones de dólares, lo que beneficiará a 125 mil deudores de préstamos estudiantiles. Estas cancelaciones provienen de tres programas diferentes de alivio de deuda ya existentes, que han estado teniendo muchos problemas en el pasado, y que la Casa Blanca intenta arreglar. Según sus funcionarios, con esta medida la cancelación total de deuda aprobada se elevó a 127 mil millones de dólares para casi 3.6 millones de beneficiarios durante el mandato de Biden.

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Con información de N+