UNAM y CORENADR Elaboran Atlas de la Biodiversidad en la CDMX

En México hay pocos estudios referentes a microorganismos que viven en el suelo de conservación a pesar del papel fundamental que tienen en el funcionamiento de los ecosistemas

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Heatzi Valdez Anaya

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El Atlas sobre Biodiversidad de Suelos de Conservación busca integrarse a un proyecto a nivel nacional, explica la Dra. Susana Magallón, investigadora de la UNAM

El Atlas sobre Biodiversidad de Suelos de Conservación busca integrarse a un proyecto a nivel nacional, explica la Dra. Susana Magallón, investigadora de la UNAM

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El suelo de conservación de la Ciudad de México abarca el 59% del territorio con 87 mil 291 hectáreas; sin embargo, poco se conoce sobre su estado actual.

Es por ello que investigadores de la UNAM colaboran con la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR) para crear un Atlas de la biodiversidad de suelos de conservación de la CDMX para conocer la biodiversidad de los microorganismos que viven en los diferentes ecosistemas y agroecosistemas. La iniciativa forma parte de un proyecto nacional.

"Como parte de este proyecto estudiamos la composición biótica y la riqueza del suelo de conservación de la Ciudad de México. La diversidad que se puede encontrar es realmente enorme. Todo tipo de organismos, muchísimas bacterias y otros microorganismos, pero también una enorme diversidad de hongos y diversos tipos de animales", explicó la Doctora Susana Magallón Puebla, directora e investigadora del Instituto de Biología.

El proyecto inició a finales de octubre con la capacitación de 45 técnicos de la CORENADR que durante un mes obtuvieron muestras de 50 sitios de las nueve alcaldías que conforman el suelo de conservación: Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Magdalena Contreras, Tlalpan, Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac, Iztapalapa y Gustavo A. Madero.

De ellas, 26 fueron tomadas en agroecosistemas como milpa, nopaleras y sistemas agroforestales y 24 en ecosistemas originarios del Valle de México como bosques, humedales lacustres y pastizales.

Investigadores de la UNAM extraerán el material genético de hongos y bacterias; las muestras se secuenciarán en laboratorios de Noruega y Corea.

En la firma del convenio, la Ingeniera Columba López, titular de la CORENADR señala que esta investigación tiene fines prácticos.

La investigación no es solo poner el nombre de lo que encontramos. ¿Y eso qué? No, es archivarla, es llevarla a las comunidades, llevarla para que la gente sepa que es lo que hay ahí y a parte qué es lo que tenemos que hacer para tener una mejor calidad de suelo.

La idea es que los resultados obtenidos sean de utilidad para quienes cuidan de estos suelos, agregó la directora del Instituto de Biología,

El conocimiento de la riqueza biótica del suelo de conservación […] puede ser un parámetro muy importante que nos puede hablar de la salud de ese suelo. Y esto puede tener un impacto directo e inmediato en los productores locales, en la gente que aprovecha los ecosistemas.

El suelo de conservación abarca al menos 2% de la biodiversidad mundial y 12% de la de México, además se estima que 25% de la biodiversidad del planeta habita en el suelo.

Sin embargo, hay pocos estudios referentes a microorganismos que lo habitan, a pesar de su papel fundamental.

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