Periodistas en Culiacán: “Nadie Nos Enseñó a Reportear la Guerra”

Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín 'El Chapo' Guzmán, fue detenido el 5 de enero en Sinaloa. Dicha situación provocó un estado de alerta y la suspensión de actividades  en la entidad debido a una serie de narcobloqueos en el aeropuerto de Culiacán, plazas públicas, centros comerciales y las avenidas principales de la ciudad. 

En este contexto, periodistas de Sinaloa acudieron a Twitter para denunciar que ayer prácticamente no pudieron ejercer el oficio: terror, amenazas a mano armada, robos, secuestro y precariedad laboral son algunas de las situaciones por las que la prensa sinaloense quedó “rebasada” y esencialmente paralizada en pleno campo de batalla.

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Reporteros de una guerra no declarada

Sinaloa es uno de los estados que históricamente más han sufrido la violencia derivada del narcotráfico. Junto con Sonora, se le considera de las primeras zonas del país donde el comercio de drogas ilegales floreció, con el opio a finales del siglo XIX. Cuna del Cártel del Pacífico o Cártel de Sinaloa, Culiacán ha sido “tierra caliente” desde, por lo menos, la década de 1980.

Ejercer el periodismo en ese estado y particularmente en su capital se ha convertido en un oficio de alto riesgo. En 2021, tan solo de enero a julio, se reportaron siete homicidios de periodistas en Sinaloa. En 2022 la cifra se duplicó, contando los casos de enero a agosto.

"No es heroico. Tenemos familia y muchas necesidades. Lo hacemos porque nadie quiere hacerlo y con condiciones precarias porque es mal pagado. Se notó en la cobertura de hoy en Culiacán. Y es que no sabemos cómo reportear la guerra, vamos aprendiendo empíricamente y cada vez ese empirismo es más violento y precario", escribió Aarón Ibarra, reportero del medio Ríodoce.

Ibarra ha sido un caso de estudio para la organización Artículo 19, organización que aboga por la libertad de expresión y prensa. Desde 2019 han registrado intimidaciones y campañas de desprestigio en su contra. No es el único colaborador de Ríodoce que ha sufrido agresiones: el asesinato de Javier Valdés en 2017 sigue siendo uno de los casos más recordados y emblemáticos de la crisis sostenida de violencia contra la prensa en México.

Por otra parte, Marcos Vizcarra, reportero de la revista Espejo, dijo que le robaron su auto y que buscó resguardarse en un hotel, pero hombres armados entraron al mismo y amenazaron a los clientes para que les entregaran las llaves de sus vehículos.

 

Menos de una hora después Vizcarra volvió a publicar en Twitter informando que le habían quitado su teléfono. Finalmente, hacia las 14:3o horas avisó que ya había llegado a su domicilio.

Estos son tan solo dos ejemplos de lo que vivieron los periodistas de Culiacán y sus alrededores ayer. La organización Red Rompe el Miedo informó que durante la jornada de violencia por la detención de Ovidio Guzmán se reportaron al menos 13 ataques contra la prensa sinaloense y que al menos seis periodistas fueron amenazados con armas de fuego. 

Ser periodista en México

México es uno de los países más peligrosos para ser periodista a nivel mundial. En 2022 fueron asesinados más comunicadores aquí (14 según Reporteros Sin Fronteras 17, según el recuento de medios de comunicación) que en Ucrania (8), país en guerra con Rusia.

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De acuerdo con cifras de Artículo 19, en poco más de dos décadas —del año 2000 al 2022— 157 periodistas han sido asesinados en este país en posible relación con su labor. De estos, 145 han sido hombres y 12, mujeres.

Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegó al poder en diciembre de 2018, se han contabilizado alrededor de 2,000 agresiones contra la prensa, incluyendo 37 asesinatos.

En el sexenio del mandatario anterior, Enrique Peña Nieto, se registró un total de 47 asesinatos de periodistas en posible relación con su trabajo.

El origen del narcotráfico en México

Con información de N+

JCG