Tlajomulco, el Chernóbil Mexicano

En Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, hay más de 77 mil viviendas abandonadas por lo que se le conoce como el Chernóbil mexicano. Es el municipio número uno en el país en ese rubro y eso constituye un foco de riesgo para la inseguridad y una tentación para el crimen organizado. 

No se trata de un lugar apartado, se encuentra en plena zona conurbada de Guadalajara. 

"Tlajomulco se posiciona como el municipio con la mayor cantidad de viviendas deshabitadas, que es la medición que genera el Censo de Población y Vivienda del 2020 y pues nos cuantifica 77 mil viviendas", señaló Andrés Ampudia, director de Vivienda de Tlajomulco, Jalisco.

El fraccionamiento Lomas del Mirador luce con edificios abandonados, vandalizados y con vegetación crecida, como de película apocalíptica.

Se trata de un fraccionamiento de 500 departamentos que no se terminaron de construir y que, aunque están vigilados, se han convertido en refugios de adictos y de delincuentes. Y existe el temor de que puedan ser tomados como escondite del crimen organizado o un lugar para cometer crímenes. 

En ese lugar, en 2022, colectivos de madres buscadoras removieron la tierra en busca de desaparecidos, pero no los hallaron. 

Desde entonces, a unos metros de distancia, elementos del Ejército montaron una base en otras casas desocupadas. 

Este lugar iba a ser la etapa 15 del fraccionamiento Lomas del Mirador, pero la constructora quebró y dejó todo sin concluir. 

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A unos metros de ahí viven Guillermina Sánchez y su esposo, en la etapa 14. Ella narró a N+ que la zona donde habitan es conocida como la “etapa fantasma”.

En 2013 fueron los primeros en habitar este fraccionamiento donde hay 472 viviendas, pero solo viven 35 familias.

En su edificio solo habitan ella y su esposo. Explicó que antes vivía más gente en el inmueble, pero las personas fueron abandonando sus viviendas y quedaron en el olvido.

Debido al abandono, los departamentos son presas de la delincuencia. 

Guillermina explicó que después de las seis de la tarde ya no sale de su casa “porque allá afuera se pone muy feo”. Refirió que en una ocasión a su esposo lo golpearon cuando iban saliendo de la vivienda. 

En otros fraccionamientos, como en La Noria, también hay muchas casas deshabitadas, ahí son al menos 200.

Al respecto, Soledad Juárez, vecina de ese lugar, señaló que el fraccionamiento se volvió un “foco de infección, un centro de delincuentes y de basura, de animales muertos”, que generan un problema para la gente que ahí vive.

Para evitar que se conviertan en lugares inseguros, el municipio lanzó un programa para tapiar las casas deshabitadas. 

La autoridad pone los materiales y los vecinos la mano de obra; de esta forma hasta ahora se han cubierto 600. 

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Soledad Juárez, vecina del fraccionamiento La Noria, explicó que las casas que están tapiadas se pintan de color verde, con una leyenda que advierte que está protegida y hay un número telefónico para avisar a la Policía si alguien la invade. 

Tlajomulco lanzó otro programa para hacer frente a una gran paradoja: muchas casas vacías y mucha gente sin un techo para dormir. 

"Nosotros como ayuntamiento le rentamos la vivienda a un propietario con una certeza jurídica, de nosotros nos hacemos responsables del pago, nosotros le ayudamos a rehabilitar la vivienda y la vamos a subalquilar a un hogar en situación de vulnerabilidad socioeconómica", puntualizó Andrés Ampudia, director de Vivienda de Tlajomulco, Jalisco.

Jesús Sánchez Rivera, vecino del fraccionamiento Los Robles, es uno de los beneficiarios del programa “Renta tu Casa”, tiene 72 años y no tiene un trabajo fijo. Antes pagaba mil pesos de renta y ahora solo paga 350 pesos. 

Mercedes es otra de las 86 beneficiarias del programa de renta de vivienda a bajo costo, hasta el momento.  

De acuerdo con el Gobierno de Tlajomulco, el abandono de unas 77 mil viviendas en el municipio tiene varias causas, pero las principales son: la distancia con las fuentes de empleo, la inseguridad y el que los propietarios las compraron para tener un patrimonio, pero no las necesitaban para vivir en ellas.

Con información de Arturo Ortiz Mayén/N+

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