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Los Rostros de los Damnificados por el Huracán Otis en Acapulco
Estos son los rostros de algunos de los damnificados que dejó el poderoso huracán Otis tras arrasar el puerto de Acapulco, Guerrero
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Gilberto Martínez y su esposa, María Morales, posan frente a su casa destruida por el huracán Otis en Acapulco. Foto: Reuters
Humberto Navarro frente a su casa destruida por el huracán Otis. Foto: Reuters
Patricia Mendez en la entrada de su casa, destruida por el huracán Otis. Foto: Reuters
Dominga Anzure, de 78 años de edad, posa frente a su casa destruida. Foto: Reuters
La señora Yasmín Toledo frente a su casa, destruida por el huracán Otis. Foto: Reuters
Gilberto Martínez y su esposa, María Morales, posan frente a su casa destruida por el huracán Otis en Acapulco. Foto: Reuters
Humberto Navarro frente a su casa destruida por el huracán Otis. Foto: Reuters
Patricia Mendez en la entrada de su casa, destruida por el huracán Otis. Foto: Reuters
Dominga Anzure, de 78 años de edad, posa frente a su casa destruida. Foto: Reuters
La señora Yasmín Toledo frente a su casa, destruida por el huracán Otis. Foto: Reuters
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A más de una semana del impacto del huracán Otis, de categoría 5, en Acapulco, Guerrero, siguen saliendo a la luz las historias de los miles de damnificados que dejó este fenómeno en el puerto, uno de los principales destinos turísticos del país.
Omar Cruz, quien perdió a su hermano por el impacto de Otis, posa frente a los restos de su casa. Foto: Reuters
El presupuesto que anunció la Federación incluye 20 puntos, entre los cuales resalta que 10 mil millones de pesos se destinarán a la restauración de la infraestructura pública de Acapulco. También existe una partida destinada a la reconstrucción de viviendas, pues los damnificados recibirán hasta 60 mil pesos.
Además, tras el impacto de Otis, la sociedad civil también ha respondido con toneladas de ayuda que han sido donadas en los múltiples centros de acopio que se instalaron en escuelas y edificios gubernamentales a lo largo de todo el país.
La Cruz Roja de Polanco, en la Ciudad de México, y el Estadio Olímpico Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) son dos de los centros más grandes que se han instalado hasta el momento.
Eva Morales en medio de una de las calles de Acapulco, inundada por las lluvias que dejó Otis. Foto: Reuters
Derivado de la tragedia, el agua purificada se volvió un bien casi imposible de conseguir en Acapulco, por lo que es uno de los artículos que más se ha llevado a los centros de acopio. Además, alimentos no perecederos y enlatados también han sido de los más solicitados.
Los centros de acopio también reciben otros artículos de primera necesidad, como jabón, shampoo, papel higiénico, toallas sanitarias, toallitas húmedas, entre otros. También se ha pedido apoyo con alimentos para bebés y mascotas, principalmente perros y gatos.
Gabriel López e Irma Bravo, de pie frente a su casa, dañada por el huracán Otis. Foto: Reuters
La situación económica en Acapulco se complica, pues de acuerdo con el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), Héctor Tejada, de los negocios afectados, menos del 28% cuentan con seguro.
