Respira: “La Mente Quiere Traicionarte la Mayoría de las Veces”, Cuenta Alejandro Lemus
El apneista mexicano que ha logrado todo habla de su inspiración, los retos que sorteó para cumplir sus metas y de la sensación que le causa descender en el agua
Roberto Hernández | N+
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Respirar es algo que aprendemos sin practicar, es vital para existir, incluso, el mismo Alejandro Lemus considera que la vida no se mide con la edad sino con el número de respiraciones que se hagan, pero ¿qué pasa cuando se entrena al cuerpo para reducir la dependencia de ello y disfrutar de un paisaje que no está sino bajo el agua?
La frecuencia respiratoria normal para un adulto en reposo es de 8 a 16 respiraciones por minuto, mientras que en un bebé la tasa normal puede llegar hasta de 44, sin embargo, Alejandro Lemus, quien ha escrito la historia de la apnea en México, llega a hacerlo una vez cada cinco minutos cuando va descendiendo bajo el agua.
Lemus, el referente de la apnea en México, también es explorador subacuático, biólogo de profesión, instructor de buceo en Valladolid, Yucatán, y protagonista de Respira, el minidocumental que se estrena este 22 de junio. Su vida prácticamente está inmersa en el mundo acuático. “Para mí es hacer lo que más me gusta”.
¿Qué lo inspiró a dedicarse al apneismo?
Alejandro Lemus tiene 44 años de edad, y desde hace más de dos décadas se interesó por hacer inmersiones en el agua, cuando -asegura- no había información, capacitación, ni rastro de qué o cómo hacerlo; prácticamente su inicio fue empírico.
Desde niño me llamó la atención el mundo subacuático y crecí viendo los documentales de (Jacques-Yves) Cousteau y cuando fui adolescente pensé en aprender a bucear con tanque, (y) tomé unos cursos
Sin embargo, el día que le cambió la vida fue cuando vio que alguien hacía apneas dentro de una piscina.
“Vi que sus movimientos eran rítmicos, armónicos; conjuntamente, vi la película ‘Azul profundo’, que habla de la apnea, y me llamó la atención, empecé a investigar y vi que había muy poca información”.
Lemus relata que prácticamente comenzó de manera empírica, sin embargo, cuando notó que le surgía la pasión y comenzó a entender cómo funciona el cuerpo humano bajo el agua su interés fue más notorio.
Parecería que esto es algo muy ajeno a nosotros, pero en realidad todos de niños en la piscina jugamos a ver quién aguanta más la respiración o quién llega primero al otro lado
Y explica que en la naturaleza hay cientos de organismos que hacen esta actividad por cuestiones naturales: ballenas, delfines. "Todos los mamíferos marinos se la pasan haciendo apneas, aguantando la respiración para bucear y hacer lo que tengan que hacer”.
La importancia de entrenar la mente
El apneista mexicano habla acerca de su entrenamiento y cómo el factor mental es vital para lograr los resultados.
“Por ejemplo, en el futbol entrenan jugadas específicas, en mi caso, entreno mi tolerancia al CO2 y mi tolerancia a estar abajo, haciendo múltiples inmersiones. La parte más difícil de todo esto, yo creo, es el entrenamiento mental porque la mente la mayor parte de las veces te quiere traicionar”.
Entrenar la mente, señala, no es un camino fácil, aunque existen varias alternativas, como la meditación, ejercicios de respiración y la visualización.
Es un tema que lleva paciencia, disciplina y que necesitas encontrar la mejor manera que te acomode personalmente para poder desconectar la mente
Sin embargo, pese a las dudas que la mente pueda jugar en contra, Alejandro ejemplifica la importancia de prepararse de manera correcta y con ello evitar debajo del agua la pregunta: ¿me dará tiempo de regresar a la superficie?
“El avance en los descensos se hace gradualmente, es decir, no se da un salto de bajar 10 metros y al siguiente 50, porque ahí sí entra la inseguridad, con toda la razón, de pensar: ‘¿si no me da tiempo de regresar’?”
Los tropiezos
La rutina de Alejandro Lemus lo lleva prácticamente a estar todos los días en el agua, aunque las inmersiones profundas, de más de 70 metros, las lleva a cabo una o dos veces al mes, sin embargo, las de menos de 70 metros las realiza cuatro o cinco veces a la semana.
La disciplina le ha llevado a obtener reconocimientos como ser la primera persona en México en bajar 100 metros, además, ser el único mexicano en subirse al podio de la competencia más importante del mundo de profundidad: Vertical Blue, que se organiza en el Blue Hole de Bahamas. "Soy el único mexicano que se ha subido al podio de esa copa mundial de apnea".
Gané todas las competencias en México y en todas las disciplinas. Me propuse un sueño y lo hice realidad: participar en todas las modalidades de apnea de piscina y profundidad y establecer el récord mexicano de todas las modalidades tanto de piscina como de profundidad en las dos agencias que regulan ese deporte. Soy la única persona que ha hecho eso
Y aunque la disciplina que tiene actualmente le ha permitido romper récords y marcar un hito en México, hace poco más de una década las cosas no le salieron tan bien.
“Hace más de 10 años estaba atorado en mi desempeño porque no podía alcanzar la meta de los 70 metros. Algo pasaba, me regresaba, en algún momento me desmayé, obviamente todo esto con protocolos de seguridad”.
Recuerda que un parteaguas en su carrera fue cuando después de muchos meses de trabajo y entrenamiento por fin lo logró bajar los 70 metros y entonces se preparó para ir a un campeonato mundial.
Atravieso el planeta, entreno, junto mis ahorros y voy al Mundial de Apnea en Grecia 2011
Sin embargo, el resultado no fue lo que esperaba. Él mismo reconoce que las condiciones eran adversas: había mucha marejada, corriente, el agua estaba fría, y a eso se sumó la falta de un tiempo para establecerse en la ciudad y el cansancio por el jet lag. “Aún así lo quise intentar y obviamente no me salió; me fue muy mal”.
Recuerda que volvió a México bastante decepcionado y derrotado. “Estaba a punto de tirar la toalla”.
Entonces, decidió que tenía que hacer un cambio radical.
Me pongo a entrenar más en serio, busco ayuda psicológica, nutricional, aprendo a hacer yoga y pranayama yoga, me marco una meta y un año después cambia radicalmente el panorama; empiezo a tener resultados
Recuerda que tras esa decisión empezó a bajar 80 metros y dos años después de esa decisión rompió la barrera de los 100 metros. Tanto el cambio como los resultados fueron radicales.
“Para lograrlo he tenido que sacrificar tiempo, dinero, esfuerzo, familia, dormir, descansar. Es un conjunto de muchas cosas, porque esto para mí es un hobbie, mi pasión, mi trabajo, creo que todo está relacionado al final de cuentas”.
Del disfrute a la lucha
Aunque se toma un momento antes de contestar, Alejando Lemus reconoce que le gusta más lo que ve bajo el agua que en la superficie.
Cuando está descendiendo, asegura, siente una combinación entre placer, emoción y disfrute.
Sumergirte 100 metros no debe ser nada placentero para la mayoría de las personas, pero en inmersiones profundas es extremadamente placentero cuando dominas tu mente, tienes el entrenamiento y tu cuerpo está preparado para eso
Al hacer los descensos en los cenotes lo que más le gusta es la paz y la relajación que encuentra. “La vista es sorprendente, pero la relajación que me da estar bajo el agua también tiene una explicaicón psicológica”.
“El simple hecho de sumergirte en el agua, cuando dominas tu mente, cuando sabes lo que estás haciendo, cuando te has entrenado para eso, no importa la profundidad, te trae un recuerdo de paz, de protección, de serenidad”.
Y explica que está demostrado que esa sensación viene de la psique, de lo más profundo de la corteza cerebral que trae recuerdos de cuando las personas estaban dentro del líquido amniótico de las madres.
Esa sensación de protección, de bienestar, de paz, de tranquilidad por algunos momentos, eso se siente debajo y es increíble esa sensación
Explica que la inmersión tiene varias etapas: placer, distracción y lucha.
Describe que la primera, de placer, te hace sentir protegido, muy cómodo; "después, empiezas a no estar tan cómodo, necesitas elementos para distraerte porque quizá hay un cambio de temperatura, y por increíble que parezca mientras más profundo estás menos ganas de respirar tienes debido a la presión, mientras más profundo vayas sientes que hay más oxígeno e irónicamente no te dan ganas de respirar".
Asegura que la sensación de lucha inicia con la incomodidad, pues la contracción o espasmos que se pueden sentir dan por ganas de respirar cuando viene el ascenso.
Cuando vas de regreso (luchas porque) tienes que convencerte a ti mentalmente de que estás haciendo lo correcto, hay logística de seguridad, de que ya lo has hecho propiamente, de que no hay un elemento que haya cambiado y sea un potencial peligro
Describe que si la mente no está entrenada empieza a jugar con la seguridad de las personas.
“Empieza a decirte salte, no quiero estar aquí, pero necesitas ser capaz de controlar esos pensamientos y decirle: tenemos el control, sí podemos hacerlo, no debes dejar que esos pensamientos te invadan porque aumenta tu frecuencia cardiaca y con ello viene un mayor gasto de oxígeno”.
Por último, insiste en la importancia de prepararse correctamente para realizar apnea, pues aunque él comenzó de manera empírica sí detectó una diferencia considerable, especialmente en técnicas, cuando decidió tomar cursos y certificaciones.
“Para el apneismo es importante aprender correctamente para cambiar la perspectiva, porque conocer el mundo subacuático es maravilloso. México es un país afortunado con muchos recursos y lugares para practicarlo”.
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