Tercer Grado Deportivo: ¿Cómo Erradicar la Violencia en el Futbol Mexicano?
La mesa de este lunes 24 de abril discutió acerca de qué necesitan los clubes deportivos para tener eventos más seguros y qué opinan del Fan ID
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A poco más de un año de la violencia que se vivió en el estadio Corregidora, en Querétaro, la cual dejó 26 personas hospitalizadas y la única sanción fue la separación del cargo de Adolfo Ríos, entonces director deportivo del equipo Gallos Blancos, la historia se sigue repitiendo: las agresiones alrededor de los partidos de futbol en México continúan y las redes sociales dan cuenta de ello.
En esta edición de Tercer Grado Deportivo (TGD), Denise Maerker toma como ejemplo los partidos que se llevaron a cabo el pasado fin de semana entre Mazatlán y Monterrey, y Tijuana contra León, donde aficionados se enfrentaron a golpes, y cuestiona: ¿cómo erradicar la violencia en el futbol mexicano?, ¿qué se ha hecho para evitarla dentro y fuera de los estadios?, y ¿en dónde se debe poner atención para que los partidos de futbol vuelvan a ser eventos familiares fuera de peligro?
Con la ausencia de Majo González, David Faitelson, André Marín, Alex de la Rosa, Alberto Lati y Javier Alarcón coincidieron en que la violencia que gira alrededor de los encuentros deportivos requiere de atención e inversión por parte de los clubes y disposición de los aficionados, pues la falta de sanciones y protocolos efectivos han permitido consecuencias tan graves como las vividas en Querétaro en marzo de 2022.
La violencia nacional no justifica las agresiones en los estadios
David Faitelson reconoció que México vive un tema grave de violencia, sin embargo, descartó que ello justifique las agresiones antes, durante y después de los partidos de futbol.
Como parte del problema señaló a las barras, aunque cuestionó si a los directivos les interesa desaparecerlas, “porque son grupos de poder”, y acusó que suelen utilizarlas para desestabilizar un partido, pero se han salido de control.
Por otra parte, resaltó la carencia de detectores de metal en los estadios mexicanos, y aunque reconoció que no es una medida que garantice la paz en los inmuebles, dijo que pueden contribuir a frenar la violencia.
En cuanto a los protocolos, señaló que los mundiales siempre son el ejemplo perfecto para ver la seguridad que hay en los estadios y recordó que se acerca la edición de 2026, en la cual México es sede, por lo que se debe poner especial atención en las medidas de seguridad que se implementarán.
Con respecto a los aficionados, considera que se debe generar conciencia entre los asistentes, pues cuando la gente va al estadio a veces le gana la euforia, sin embargo, terminan por gritar insultos “para reclamar algo y no es justificable”.
En cuanto al partido entre México y Estados Unidos criticó que solo sirvió para hacer negocio e hizo un llamado al director de la Selección Nacional, Diego Cocca, para renovar al equipo. “Es el momento de pensar en una selección de 2026, no de 2023”.
Fan ID, bueno pero insuficiente
Alberto Lati fue tajante en la crítica hacia los protocolos que se llevan a cabo en los estadios del país en cuanto a temas de seguridad. “En México aplican muy bien el refrán: ahogado el niño se tapa el pozo, solo que aquí no se tapa el pozo, se pone un letrero: ‘aguas con el pozo’, ‘si ve el pozo, si se tropieza, cuidado con el pozo’”.
Consideró que la medida de identificación recién implementada con datos biométricos para ingresar a los estadios, Fan ID, no resolverá el problema de violencia. “En este país el problema no es de ubicación de los rostros de los criminales sino que hay impunidad y recurrencia”.
Consideró que se debe tomar como ejemplo el modelo que sigue Inglaterra, el cual, a su juicio, ayudó al aficionado a entender que todos los protocolos y estrategias de seguridad eran en su beneficio, aunque eso también trajo daños colaterales. “El futbol se hizo más elitista, más caro”.
Por otra parte, considera que las barras bravas llegan a tener tanto poder que, incluso, se meten en las votaciones a nivel parlamentario, y eso termina por salirse de control.
Para reducir los índices de violencia, considera que se tiene que generar, desde la Federación Mexicana de Futbol Asociación, un protocolo confirmado, certificado y aprobado para cada estadio.
Necesario trabajo conjunto entre clubes y autoridades
Alex de la Rosa considera que el Fan ID es una medida tardía y, peor aún, es poco amigable hasta para los aficionados, por lo que para volver más seguros a los estadios se requiere de participación tanto de clubes como de gobierno y hacer cumplir las reglas y leyes.
Hoy ya te la piensas para ir a un estadio con tu familia. Lo del Fan ID creo es un primer paso, tarde y todavía no está bien instaurado, y ha sido complejo incluso para el aficionado
Señala que el futbol mexicano tendría que sentarse con el gobierno y las autoridades para darle más protagonismo al sistema judicial, y puso como ejemplo el caso de Inglaterra.
Infiltrar Policía en las tribunas, como lo hizo Inglaterra, poner más cámaras en los estadios. Implica más tecnología, gasto e inversión. Inglaterra lo logró y parecía imposible
Por otra parte, señaló que en el reglamento de competencia hay dos incisos en los que se habla de que cada club debe tener su seguridad privada capacitada y las autoridades de cada municipio deben considerar la cantidad de elementos que enviarán a resguardar un partido según la rivalidad y el grado de tensión y peligrosidad que puede haber en el estadio.
No todos son los culpables, pero cada vez hay más aficionados que van al relajo, a beber a tomarlo como fiesta, a sacar la foto o el video para ser parte de y que ven menos el futbol; también hay que trabajar con el aficionado
Barras bravas, el corazón del problema
Para Javier Alarcón el corazón de todo el problema de violencia en los partidos de futbol son las barras. “Engendradas por Jesús Martínez y Andrés Fassi, no era necesario (que las trajeran), lo hicieron con buena intención, pero se salió de control y ahora esos barristas que te pedían boletos extorsionan, amenazan y son algunos narcomenudistas. Ellos generaron esta idea y todos los equipos no los pueden desarraigar”.
Considera que las barras tienen secuestrado al futbol mexicano y la falta de mano dura contra ellas se refleja en la ausencia de medidas disciplinarias en su contra.
Los dirigentes le van a entrar hasta que haya un muerto, porque con el muerto se mueven las conciencias, mientras tanto, vamos pateando el balón
Además, acusa que los directivos de los clubes no se atreven a denunciar porque están muy divididos en unos temas, “pero muy juntos cuando hay que solapar, esconder, matizar”.
Llama a generar medidas para tener un control profesional en los estadios y acusa que a los dueños del futbol mexicano no les interesa “entrarle al toro, no saben cómo”, incluso señala que las autoridades vuelven muy engorrosa una posible sanción. “Qué maldita investigación tienes que abrir frente a lo evidente”.
Insistió en la necesidad de invertir en temas de seguridad para que los aficionados sigan acudiendo a los estadios, aunque se dijo sorprendido que pese a la difusión de hechos violentos las familias, y particularmente los niños, sigan acudiendo a los estadios.
Por último, criticó que cada encuentro que lleva a cabo la Selección Nacional en Estados Unidos representa un ingreso de aproximadamente 10 millones de dólares, “le da de comer al futbol mexicano”, a cambio de sacrificar un encuentro competitivo. “Se debe pensar en si es momento de que la Selección juegue en Europa y tenga otro tipo de exposición”.
Falta de resultados detona las agresiones
André Marín puso sobre la mesa una hipótesis: si la Selección Nacional da buenos resultados en los partidos es probable que los aficionados celebren y no se vuelquen en temas violentos.
Si ya pasaron 65-70 minutos y México va ganando, la gente está feliz. El problema es cuando el partido va empatado o México va perdiendo
Considera que el problema de violencia es grave y no se están tomando cartas en el asunto, además, cuestiona si las empresas de seguridad privada contratadas para resguardar los partidos tienen la capacidad de reacción necesaria ante encuentros deportivos delicados.
Lo que está de moda es llegar temprano al estacionamiento del estadio, puedes comer ahí y beber y entras ya al partido que no sabes ni cómo te llamas. Eso es peligrosísimo
Por otra parte, critica que la falta de agilidad en la implementación del Fan ID puede ser contraproducente, ya que la tardanza o restricción a la hora de ingresar a los estadios puede detonar en actos violentos.
Por último, sugirió dos dinámicas para combatir los actos delictivos en los estadios: los clubes deben sacrificar parte de sus ingresos por venta de alcohol y con ello restringir su consumo e invertir mucho más dinero en seguridad.
Deportes al ritmo de los nuevos consumidores
Denise Maerker puso sobre la mesa el tema de las dinámicas de consumo en las nuevas generaciones: cada vez buscan formatos más cortos y especialistas señalan que en plataformas como TikTok se cuenta solo con tres segundos para captar la atención de las personas. “¿Están en peligro los deportes tradicionales, los cincos sets del tenis, los tiempos muertos del futbol?”.
Alberto Lati consideró que el hábito de consumo está yendo hacia la generación de highlights y resúmenes. “Es un peligro que deformemos de más al deporte”.
Sin embargo, reconoció que se deben hacer ajustes, pues los tiempos muertos en deportes como el futbol terminan por volver aburrido el partido.
Al respecto, Javier Alarcón secundó el llamado. “Hay cosas que el futbol tiene que hacer para revolucionar, el tiempo que se pierde en los cambios es de risa. Se pierde mucho tiempo en muchas cosas”.
Por su parte, Alex de la Rosa señaló que las generaciones jóvenes buscan que siempre esté pasando algo, y criticó que el deporte tradicional es muy difícil que se salga de las normas establecidas, “pero lo deben aceptar y discutir”.
A su vez, David Faitelson reconoció la necesidad de que el deporte se adapte a las nuevas tendencias de consumo. “Tenemos que adaptarnos, las formas cambian, las maneras de consumir cambian”.
Por último, André Marín ejemplificó que la niñez ahora busca pantallas de celulares o tablets y desdeña a la televisión. “No les interesa nada. Difícilmente las nuevas generaciones permanecen cinco minutos viendo la pantalla de televisión”.
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Con información de N+.