Barcelona Golea 4-0 al Real Madrid en el Bernabeu en el Clásico de La Liga

Con su victoria, el Barça aumenta su ventaja en el liderato de La Liga hasta los seis puntos de diferencia respecto al Real Madrid

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Con su victoria, el Barça aumenta su ventaja en el liderato de La Liga hasta los seis puntos de diferencia respecto al Real Madrid

Lewandowsky celebra su doblete en el Santiago Bernabeu. Foto: Reuters

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El FC Barcelona goleó al Real Madrid 4-0 en el Estadio Santiago Bernabéu de la capital española.

Un doblete del polaco Robert Lewandowski, en los minutos 54 y 56, un tanto del español Lamine Yamal en el 77 y otro del brasileño Raphinha en el 84 sellaron la goleada (0-4) del FC Barcelona en el clásico frente al Real Madrid que se disputó este sábado en el Estadio Santiago Bernabéu.

                
El conjunto blanco solo se acercó al gol con los tantos anulados por fuera de juego al francés Kylian Mbappé en los minutos 30 y 66. 

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Con su victoria, el Barça aumenta su ventaja en el liderato de La Liga EA Sports hasta los seis puntos de diferencia respecto al Real Madrid. 

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Barcelona confirma un Gran Momento con una Brillante Exhibición de Futbol

El Barcelona firmó una exhibición en el Santiago Bernabéu, inédita desde el adiós de Leo Messi, con lección táctica magistral de Hansi Flick en su primer clásico, para confirmar su grandeza en una semana en la que saldó cuentas con el Bayern en Champions y asestó un duro golpe al vigente campeón de Liga en su estadio, un Real Madrid sin pegada que cortó su récord en 42 partidos sin perder.

La innegociable filosofía de Flick le fue dando el dominio del partido sintiendo que caminaba en el alambre tras perdida y exhibiendo superioridad con el balón. Aparecía Lamine Yamal, siempre dispuesto a encarar y filtrar pases de peligro como el que puso a Lewandowski que chutó al aire la primera. También Raphinha, egoísta por sentirse en su mejor momento, sobrado de confianza para chutar desde la frontal arriba con Balde sólo para marcar. 
                
Al Real Madrid le faltaba un futbolista con personalidad que diese un paso al frente con balón en el centro del campo. Su juego iba directo de la defensa a los desmarques de los delanteros, con Mbappé instalado en el fuera de juego por milímetros y Vinícius apareciendo ante Koundé, pero perdonando cuando desequilibró. Lanzó un amago a Cubarsí, pero con todo para marcar y Kylian para empujarla, buscó engañar a Iñaki Peña para disparar al lateral de la red.
                
De la exhibición de liderazgo y pegada en la Champions transitaba a la frustración Vinícius de una acción que habría cambiado el rumbo. Porque al Real Madrid le faltó acierto en el remate. Mbappé perdonó un mal despeje en una salida de su área de Iñaki Peña, intentándolo a 30 metros sin encontrar puerta. Cuando lo hizo siempre fue anulado por fuera de juego y hasta la hora de partido no llegaba el primer disparo.
                
El plan de Flick funcionaba a la perfección. Rebajaba al máximo el peligro cerca del área de su rival y era cuestión de tiempo que una de sus llegadas acabase en gol. Lunin sacaba con los puños un disparo de Pedri, Militao salvaba un pase tenso de Raphinha a Lewandowski, solo en boca de gol, Íñigo Martínez cabeceaba arriba. El técnico alemán encontró la clave en el descanso. Retiró a Fermín, introdujo a De Jong y adelantó a Pedri a una zona de mayor influencia.
                
Encontró un desplome inesperado del campeón en su estadio sin respuesta de Ancelotti en la pizarra. Desde una defensa que hizo aguas tras un arranque entre balones al limbo de Lunin. Con un centro del campo sin nadie que bajase el balón e hiciese jugar al equipo, dependiente más que nunca de una acción aislada individual de Vinícius o Mbappé. Y así llegó la diferencia entre una defensa coordinada en línea, la del Barcelona, a un mal ejemplo de posicionamiento. Un simple pase de Casadó sirvió para que Mendy se quedase enganchado y Lewandowski superase con facilidad en el mano a mano a Lunin.
                
Era el inicio de un recital. Las cuentas saldadas de los cuatro últimos clásicos de superioridad madridista con una superioridad aplastante barcelonista en el Santiago Bernabéu. En cuatro minutos el clásico quedó sentenciado. El tiempo que separó el doblete de Lewandowski, que alcanzó los 14 tantos en 11 jornadas con un testarazo libre de marca al pase medido de Balde.
                
Por segundo partido consecutivo el Real Madrid se veía obligado a la proeza y en esta ocasión le faltó tanto el acierto en el remate como la fe. Nunca creyó en esas remontadas europeas trasladadas a LaLiga. Por más ocasiones que tuviera Mbappé, negado, y con un segundo tanto anulado por posición antirreglamentaria. 
                
Se olía la goleada porque con el Real Madrid volcado aparecían todas sus carencias defensivas con espacios. Lewandowski perdonaba dos clarísimas, la primera a puerta vacía chutando al poste, y entre errores en el remate de Bellingham, gafado este curso, y Mbappé, llegaba el tanto que convertía a Yamal en el goleador más joven de la historia del enfrentamiento, definiendo con calidad arriba, y el fin de fiesta azulgrana merecido por Raphinha en otro contragolpe letal que expuso todas las vergüenzas del campeón ante su afición.
                

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Con información de EFE

HAVJ