¿Qué Pasó en el Accidente de Chernóbil?

El accidente nuclear en la planta V. I. Lenin en Chernóbil, Ucrania, es considerado el más severo de la historia.

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El accidente en Chernóbil fue causado por una prueba de seguridad mal conducida.

Vista aérea del cuarto reactor de la Planta Nuclear de Chernóbil, Ucrania. Foto: AP | Archivo

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El 26 de abril de 1986 a la una de la mañana con 23 minutos y 40 segundos, el cuarto reactor de la Planta Nuclear de Chernóbil, Ucrania, estalló. El accidente fue causado por una prueba de seguridad mal conducida que se combinó, trágicamente, con errores de fabricación en los muy comunes reactores RBMK de la Unión Soviética.

Se alega que el accidente nuclear en la planta V. I. Lenin cerca de la ciudad de Prypiat en Chernóbil, Ucrania, es el más severo de la historia. Considerado uno de los dos únicos accidentes de nivel 7 (el más alto) en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares, el desastre de Chernóbil cobró la vida de miles de personas y causó daños irreparables al medio ambiente.

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En total, se considera que los esfuerzos para contenerlo costaron, con el ajuste inflacionario, más de 68 mil millones de dólares. Además, entre otras razones, este accidente precipitó la caída de la Unión Soviética

El Reactor No. 2 de la planta de energía nuclear de Chernobyl, Rusia, después de la explosión. Foto: AP | Archivo

¿Qué pasó en Chernóbil, Ucrania?

El accidente ocurrió durante una prueba de seguridad programada. La prueba quería comprobar que el agua seguiría circulando, enfriando el reactor, en caso de una baja eléctrica. Sin embargo, por cuestiones de diseño y el mal manejo del turno a cargo de la prueba de seguridad, empezó una reacción en cadena que causaría una enorme explosión de vapor.

La explosión destruyó la tapa del reactor y expuso el núcleo. Con el contacto del aire ambiente, el grafito de control se incendió y las autoridades soviéticas tardaron más de una semana en controlar el fuego. Para entonces, millones de partículas radioactivas se habían esparcido en el ambiente.

Las autoridades soviéticas consideran que el 60% del material radioactivo cayó en el país vecino de Bielorrusia. Sin embargo, también se propagó una enorme cantidad de materiales radioactivos por la Unión Soviética, Europa y el mundo, llegando incluso a los mares de Japón. La magnitud de esta tragedia que mató a miles, que desplazó a millones y que tuvo un rol central en la caída de la Unión Soviética, quedó olvidada con el tiempo.

Más de treinta años después, muy pocos parecían recordar, antes de la serie de HBO, la verdadera magnitud del desastre. La interesante miniserie de 2019 volvió a darnos una perspectiva de la tragedia. Y lo que la serie muestra, más allá del horror radioactivo, es la poca preparación humana frente a un desastre de estas magnitudes.

La reacción nuclear inestable en cadena que causó la explosión de Chernóbil es imposible de parar. El reactor abierto seguirá produciendo cantidades masivas de energía sin que nadie pueda hacer nada al respecto. Para evitar la propagación de material radioactivo, en un complejo esfuerzo coordinado, la Unión Soviética construyó un primer sarcófago que, de manera improvisada, cubrió el reactor. Este contenedor tenía una vida útil de treinta años. 

Consecuencias del accidente de Chernóbil
Alek Zhloba, niño de cinco años, que sufre de leucemia y creció cerca del accidente. Foto: AP | Archivo

Por eso, en 2017, con una enorme inversión internacional de más de 2 mil millones de dólares, se construyó un nuevo sarcófago para cubrir los restos del reactor 4 y del reactor 3 -que siguió produciendo energía hasta el año 2000-.

En principio, este sarcófago fue fabricado, como su antecesor, para evitar la dispersión de materiales radioactivos y para evitar que elementos externos alteren la continua reacción nuclear que destruyó al reactor 4. Se construyó, además, para tener una vida útil de 100 años.

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Comprendiendo el enorme esfuerzo realizado para contener la catástrofe, tal vez ahora, a la luz de este renovado interés por Chernóbil, podemos situar la catástrofe en su verdadera magnitud. Después de la explosión, 30 mil kilómetros cuadrados de terreno quedaron contaminados en Bielorrusia, es decir el 14% del territorio de ese país.

Uno de cada cinco bielorrusos viven, actualmente, en territorios contaminados, y uno de cada siete de ellos está enfermo con una condición relacionada a la contaminación radioactiva.

Cáncer en Bielorrusia, una consecuencia del accidente de Chernóbil

Los casos de cáncer en Bielorrusia aumentaron en un 74% y la mortalidad en un 25% tras la explosión... incontables bebés nacieron muertos, con hígados cargados de radiación. Se considera que hubo cerca de 300 mil desplazados en las ciudades vecinas y muchos trabajadores de la planta y bomberos que intentaron contener el incendio fallecieron de envenenamiento radioactivo severo; una muerte lenta y extremadamente dolorosa que, en 14 días, prácticamente liquidifica los órganos y causa que la piel se caiga después de la proliferación de llagas sangrantes.

Los cadáveres de los envenenados tuvieron que se enterrados bajo un sello de protección de concreto por la enorme cantidad de radiación que seguían emitiendo. Fuera de estos horrores, lo que la serie de HBO muestra es que esta tragedia enorme pudo afectar a muchísimos más países alrededor de Bielorrusia y Ucrania. Porque estuvimos verdaderamente cerca de tener un desastre nuclear global.

Si para muchos Chernóbil sigue siendo un accidente limitado y local, es porque miles de personas se sacrificaron para contenerlo. Y este accidente pudo terminar con el mundo como lo conocemos. Días después de la explosión, se registraron niveles altos de radiación en Polonia, Alemania, Austria, Rumania, Francia, Bélgica, Holanda, Gran Bretaña, Grecia, Israel, Kuwait y Turquía; y hubo presencia de radionucleidos en Japón, India, Estados Unidos y Canadá en las semanas siguientes.

La tragedia que vivieron los pueblos bielorrusos y ucranianos se hubiera podido extender a muchos otros países. Por eso, Chernóbil nos recuerda, constantemente, las fuerzas imperecederas de la naturaleza. Ciertos materiales de la central seguirán siendo radioactivos dentro de los siguientes 24 mil años.

Ante estas evidencias es imposible no sentirse humilde y reflexionar sobre los peligros de jugar con elementos que no terminamos de entender; elementos que vivirán más que la humanidad y que, tal vez, nunca debimos pretender dominar. Desde 1986, cientos de reactores quedaron decomisados y muchos otros nunca se construyeron. Aún así, en Rusia hay 10 reactores RBMK que todavía están en operación y que seguirán funcionando hasta el 2034.

¿Qué pasó en Chernóbil?