¿Cómo era el Ritual de Rayamiento de los Narcosatánicos?

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Los narcosatánicos fueron un grupo criminal que operó en Matamoros, Tamaulipas, y que aterrorizó la frontera norte de México durante la década de los ochenta

¿Cómo era el Ritual de Rayamiento de los Narcosatánicos?

Adolfo de Jesús Constanzo, fue el líder de los narcosatánicos. Foto: AP | Archivo y Cuartoscuro | Archivo

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A lo largo del tiempo, el misticismo y lo sobrenatural han apasionado a miles de personas, llevándolas, en algunos casos, a cometer brutales asesinatos que parecerían sacados de una película de terror, pero durante la década de los ochenta, los narcosatánicos fueron los responsables de uno de los capítulos criminales más oscuros de México.

Y es que, aunque los años han pasado, la terrible historia detrás del grupo criminal sigue dando de qué hablar, por lo que a continuación te contaremos, en palabras de Sara Aldrete, mejor conocida como 'La madrina', cómo era el ritual de iniciación que debían cumplir los integrantes de la banda, llamado 'rayamiento'.

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¿Quiénes fueron los narcosatánicos?

Los narcosatánicos fueron un grupo criminal que operó en Matamoros, Tamaulipas, y que aterrorizó la frontera norte de México durante la década de los ochenta, siendo responsables de por lo menos 13 asesinatos a sangre fría.

Sin embargo, el hecho que terminó por horrorizar al mundo no fueron por sí solas las muertes, sino la motivación que se escondía detrás de ellas y que en realidad develaba un culto basado en muertes, sacrificios ritualistas y una relación muy estrecha con algunos de los narcotraficantes más poderosos de la época.

El culto fue dirigido por Adolfo de Jesús Constanzo, conocido como “El Padrino”, y quien era parte del “Palo Mayombe”, una religión de origen cubana que involucra sacrificios de animales y rituales para alimentar a deidades, llamadas santos, con energía a cambio de favores.

Constanzo no siguió al pie de la letra las enseñanzas del Palo Mayombe, sino que modificó aspectos de la religión para generar un culto alrededor de él mismo y sus intereses.

Así, lo que inició como una religión poco a poco terminó por convertirse en un grupo de asesinos seriales que pasaron de matar animales a secuestrar personas, torturarlas y sacrificarlas en rituales para buscar protección, poder y beneficios económicos.

¿Cómo era el Ritual de Rayamiento de los narcosatánicos?

En la serie documental 'La narcosatánica', Sara Aldrete narró, entre otras cosas, como era el ritual de iniciación que los nuevos integrantes de los narcosatánicos debían cumplir para formar parte del grupo.

Aldrete explicó que, para ser “iniciada en la religión”, pasó por varias etapas antes de llegar al 'rayamiento', pues antes de ello aprendió de Constanzo los rituales y las formas en las que se debían realizar los trabajos espirituales para posteriormente ser parte de una ceremonia de la cual reveló solo algunos detalles.

La mujer mencionó que el 'rayamiento' "es una ceremonia que se prepara por días, conforme a lo que dice el sacerdote. Tuve que tener cierto tiempo aislada, me rompieron toda mi ropa, me taparon los ojos, escuché muchas voces, cantos invitando al muerto a bajar”.

En el culto del Palo Mayombe, el 'rayamiento', cuyo nombre oficial es ceremonia de la Nkimba, es un rito de iniciación mediante el cual se pasa a formar parte de esta religión. 

Para poder realizarlo se debe de tener el visto bueno del Tata, el sacerdote que realizará la ceremonia, los pasos puntuales de la misma son secretos, y por eso es interesante las declaraciones de Aldrete.

Pero, lo que sí se sabe es que el Nguello (iniciado o ahijado) recién convertido, pasa a estar bajo la protección y tutela del Nganga (padrino). 

El Nganga tendrá como principal responsabilidad educar al Nguello en el rito del Palo Mayombe. Además, siguiendo la tradición del rito, los integrantes del culto quedan bajo la protección del espíritu de un difunto, que -según está religión- tanto puede ayudar como atacar a terceros. 

A través de esta y otras prácticas, los integrantes de la banda de los narco-satánicos sabían que habían sido marcados por un espíritu que siempre los acompañaría y los protegería.