'La Constitución Desconocida' Busca Acabar con el 'Abogañol' para Entender la Carta Magna
Juan Jesús Garza Onofre y Javier Martín Reyes hablan sobre ‘La Constitución desconocida’, un libro que explica la Carta Magna de manera sencilla y directa, sin el 'lenguaje' de los abogados
Elisa de Gortari | N+
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Con la consigna de desmitificar la Carta Magna, Juan Jesús Garza Onofre y Javier Martín Reyes han publicado La Constitución desconocida (Taurus). N+ entrevistó a los autores sobre este volumen busca explicar algunas de las contradicciones y confusiones que suscita el texto publicado en 1917.
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La importancia de que más gente conozca la Constitución
Pregunta: En la misma semana en que ustedes publican La Constitución desconocida se aprobó la reforma judicial. ¿Cómo leer su libro en medio de esta coyuntura?
Juan Jesús Garza Onofre: El libro se divide en una parte teórica y una parte práctica. Es un poco lo que lo que hemos este pensado en esta semana y lo cierto es que nunca pensamos escribir el libro bajo estas coyunturas. El libro lo terminamos a finales del año pasado, lo mandamos y salió en septiembre. La parte teórica de la Constitución no queda rebasada. Al contrario, las constituciones y el derecho se despliegan en contextos poco democráticos o en contextos incluso autoritarios. En ese sentido, tarde que temprano, lo que implica la democracia es que las mayorías de hoy sean las minorías del mañana y viceversa y las ideas fundamentales de una constitución de límite al poder de equilibrio de poderes, de pluralismo jurídico tienen que seguir vigentes.
Me parece que son tiempos inéditos, es un tiempo bien raro también, es rarísimo. Nos preguntan qué va a pasar y no tenemos ni idea, porque nunca habíamos visto algo así. En ese sentido, la hipótesis de la que partimos es que si la Constitución se conoce por más personas y no solamente por abogados, abogadas, abogades, esperaríamos que haya una mayor cultura constitucional en el país y una mayor responsabilidad, no solamente de la clase política.
Pregunta: ¿Cuál sería para ustedes el mayor problema de la presente reforma judicial?
Javier Martín Reyes: Hay dos. El primero es que esta es una reforma construida a partir de una mentira. Y es que busca mejorar el acceso a la justicia, que busca que los tribunales den un mejor servicio a la gente, que busca que se resuelvan los casos más rápido. Creo que todas esas son demandas legítimas y vaya que tenemos un sistema que tiene muchísimos problemas. Quien diga que el Poder Judicial y los poderes judiciales no necesitan una reforma, creo que no conoce los muchos pendientes que tenemos.
Pero esta es una reforma que lo que busca es, primero, una purga de proporciones históricas. De aquí a tres años es posible que se vayan todas las personas ministras, magistradas, juzgadoras del ámbito federal y local, que busca controlar y limitar las facultades de los poderes judiciales y que busca establecer un mecanismo para que las mayorías partidistas indirectamente puedan tener jueces y juezas a modo.
Y la otra, yo creo que lo que va a pasar es que, aunque no sabemos con exactitud a dónde va a terminar esta reforma (yo creo que hoy nadie puede decir cómo se va a ver el sistema de justicia en algunos años), lo que va a hacer es que todos los actores, desde los grandes intereses económicos hasta la ciudadanía de a pie, vean menos incentivos en acudir a tribunales, que no van a tener ni personas que tienen el conocimiento técnico ni mucho menos independencia judicial.
El abogañol como un obstáculo para entender la Constitución
Pregunta: ¿Cómo nació la idea de escribir un libro para explicar en estos términos la Constitución?
Javier Martín Reyes: La verdad es que ya llevamos muchos años platicando del proyecto. Tanto Tito como yo somos profesores de derecho constitucional en diversas instituciones. Creo que nos tocó vivir como alumnos, como profesores y como investigadores, algo que es muy recurrente en el gremio y es la falta de buenos libros de derecho.
Si hoy una persona en México que está estudiando derecho dice: “oye, yo quiero tener un libro de derecho constitucional para entender la parte teórica y luego la práctica”, se va a encontrar que el mercado lleno de libros que quizás son muy buenos, pero que están desactualizados y que describen un México que simple y sencillamente ya no existe. O libros que pueden ser muy malos, salvo contadas excepciones. Eso lo platicamos con colegas. Decíamos que muchas veces era difícil encontrar libros escritos en México para dar clases de derecho constitucional en México.
Entonces por una parte creo que en un momento pensamos mucho en las personas alumnas y decíamos: “démosle algo a la persona que quiere entender eso”. También pensábamos en un libro para personas no abogadas. Nosotros tenemos la convicción que el derecho y la Constitución son demasiado importantes como para dejárselos a políticos y abogados. Reconocemos que las personas abogadas tenemos un problema brutal con el lenguaje, somos malos comunicadores. Somos malas divulgadores. Hablamos este lenguaje extrañísimo que es el abogañol.
El abogañol no solo está lleno de términos técnicos, que a veces son indispensables en el derecho, y que es una manera de complicar innecesariamente las cosas y que se ha convertido en una de las maneras más perversas de generar valor artificialmente: “hablamos en complicado para que nadie nos pueda entender y para que nos paguen para hacer traductores”.
Entonces nos dijimos: vamos a escribir un libro pensando en cualquier persona que esté interesada en temas públicos, en la Constitución, en lo que está sucediendo. Una persona que lee los medios y que de repente no necesariamente entiende qué pasa con la separación de poderes, qué pasa con la sobrerrepresentación, qué pasa con los conflictos entre los poderes. La Constitución desconocida fue un intento muy genuino de escribir sobre estos temas en un lenguaje sencillo y directo.
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