Jennifer Clement Cuenta en Nuevo Libro su Infancia Estadounidense en el México de los Sesenta
Elisa de Gortari | N+
La escritora publicó el volumen de memorias ‘La fiesta prometida’, donde narra su juventud en la Ciudad de México y su llegada a Nueva York, donde conocería al pintor Jean Michel Basquiat
COMPARTE:
La escritora Jennifer Clement ha lanzado el libro de memorias La fiesta prometida (Lumen). Hablamos con la autora sobre este título donde se aborda su infancia en la Ciudad de México y su llegada a Nueva York, donde se integró a la escena cultural local y donde convivió con el pintor Jean Michel Basquiat.
Noticia relacionada: En Esta Novela Gana Tenochtitlan: Álvaro Enrigue
La vida en San Ángel en los años sesenta
Jennifer Clement nació en Connecticut. Llegó a México cuando era una bebé de brazos. Como relata en su autobiografía, sus padres no sentían un apego especial por los Estados Unidos: “el sueño americano fue un sueño que ellos nunca soñaron”.
La familia se instaló en México muchas décadas antes de que nuestro país se volviera un destino codiciado para los expats. Los Clement llegaron a San Ángel, en la misma cuadra donde se ubica el Museo Casa Estudio Diego Rivera.
Clement creció en la célebre colonia al sur de la Ciudad de México sin saber que frente a ella pasaba un momento crucial en la historia del país. Por La fiesta prometida desfilan decenas de personajes importantes de la cultura mexicana de mediados de siglo XX.
No digo que fue totalmente azaroso, pero mis padres decidieron vivir en esa calle [Palmas, en San Ángel] porque a mi papá le fascinaban las palmeras. Vio las palmeras y dijo ‘aquí’, pero ‘aquí’ fue justamente la calle donde estaba la casa estudio de Diego y de Frida Kahlo. En esa época era una casa, vivía la hija de Diego Rivera con sus hijos y la nieta inmediatamente se volvió gran amiga mía o mi primera amiga.
Según contó, viendo Roma de Alfonso Cuarón, Jennifer Clement se dio cuenta que había vivido en un momento especial para la Ciudad de México:
Me di cuenta que aunque yo no viví ese momento muy dorado, sí tengo el polvo del oro encima de mí, sí lo toqué. Entonces dije: ‘Bueno, lo tengo que escribir’.
En México, la familia de Jennifer Clement vivió varios sucesos que marcaron la época, como el asesinato de John F. Kennedy o la matanza del 68. Eso le permitió a la futura escritora tener un entendimiento especial de ambos países.
Mis padres nunca vinieron a México para regresar. Decidieron que se iban a quedar: mi papá murió en México; mi mamá, que tiene 96 años, sigue en México; yo estoy en México.
La libertad en el Nueva York de los años ochenta
En la segunda parte de La fiesta prometida, Jennifer Clement retoma su juventud en Nueva York, tema que ya había tocado con anterioridad en el libro La viuda Basquiat. Sobre los años ochenta en aquella ciudad la autora explicó:
Yo viví ese momento de gran libertad, era una explosión de de jóvenes llegando a Nueva York de todas partes, había una aceptación muy grande. Y de repente llegó el SIDA y se acabó ese momento, se fue.
En ese tiempo Jennifer Clement conoció a través de una amiga al pintor Jean Michel Basquiat. Muy lejos aún del estatus de leyenda que tiene hoy, en aquel entonces Basquiat era ante todo el muy talentoso pero irresponsable novio que hacía sufrir a su amiga:
Cuando Suzanne y él se peleaban, tirábamos sus dibujos a la basura. Imagínate si los hubiéramos guardado lo que valdrían ahorita.
Un tema importante sobre Jean Michel Basquiat que se aborda en La fiesta prometida es su condición latina. A decir de la autora, se ha soslayado el hecho de que el pintor vivió en Puerto Rico y su arte abrevaba de esa cultura:
Él era mitad puertorriqueño, entonces también fue un hombre latino y mi relación con él era en español: él vivió tres años en Puerto Rico y yo venía de México. En su obra hay muchas palabras en español y y muchas cosas sobre Puerto Rico; y eso los Estados Unidos no se ha tocado casi nada.
Historias recomendadas: