Filosofía nahua: el pensamiento de los antiguos mexicanos

Somos una cultura joven, pero nuestras madres son muy viejas, y ellas definitivamente serán recordadas. Pero, ¿somos una cultura única?

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Filosofía nahua: el pensamiento de los antiguos mexicanos

Filosofía nahua: el pensamiento de los antiguos mexicanos

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Ética nahua y cultura mexicana

Como mexicanos, existimos desde hace apenas un par de siglos. Para la historia de las civilizaciones, esto no es nada. En mil años nuestra cultura podría no ser sino una vaga mención en la historia de una civilización vecina. Somos una cultura joven, y no tenemos garantizada nuestra trascendencia histórica. Somos una cultura joven, pero nuestras madres son muy viejas, y ellas definitivamente serán recordadas. Pero, ¿somos una cultura única? En el territorio que hoy compone nuestro país siempre ha existido y existirán muchas culturas y formas de pensar y ver el mundo. No existe un México, sino una riqueza cultural inmensa. En la antigüedad existieron (y existen actualmente) nahuas, mayas, otomíes, mixes, zapotecas, mixtecas, totonacas, coras, wixárikas, rarámuris, etcétera... luego vinieron los europeos y con ellos muchas personas de África que enriquecieron nuestra cultura y visión. En la historia de México han arribado personas de distintas zonas de Europa, África, América del Sur, Lejano y Medio Oriente e incluso, Oceanía. https://www.nmas.com.mx/especiales/la-cultura-e-influencia-afrodescendientes-mexico/ Una de las culturas dominantes en el México antiguo era la “nahua” (mexicas o aztecas, tlaxcaltecas, cholultecas, acolhuas y todos los pueblos descendientes de la cultura Tolteca), tanto los mestizos, como los indígenas; pero esa la cultura europea monopolizó violentamente la región y gran parte de la sabiduría nahua está oculta para nosotros. A pesar de todo ello, tenemos diversas fuentes para comprender a esa vieja cultura que nos dio la vida. Quizá las más importantes radica en el conocimiento de aquellos que la han conservado: los nahuas modernos. Sin embargo, las culturas cambian a través del tiempo, y es difícil saber qué pensamientos son herencia antigua o invención original de los mexicanos actuales. Aún así, grandes investigadores mexicanos como Alfredo López Austin han dedicado toda su vida ha desentrañar a partir del estudio de los pueblos indígenas actuales las ideas ancestrales. Su labor ha llenado muchos huecos que teníamos sobre el conocimiento de las ideas mesoamericanas antiguas.

Los Huhuetlahtolli fueron traducidos por Librados Silva y Miguel León Portilla (FCE)

Por otro lado, tenemos los textos antiguos, que básicamente se componen de los documentos que los primeros misioneros recogieron en letras latinas y los de sobrevivientes e hijos que dejaron en idioma náhuatl. Otro gran investigador, Miguel León Portilla (heredero de la obra del gran padre Ángel María Garibay) ha dedicado su vida al estudio de las antiguas fuentes en latín y en náhuatl para reconstruir el pensamiento antiguo. De todos modos, hay muchas cosas perdidas en el tiempo, y quizá nunca las recuperemos; pero también hay bastante sabiduría mexicana antigua en nuestras manos que podemos aprovechar para entender nuestro presente.

¿Existió una filosofía azteca?

Gran parte de la labor de los estudios sobre las antigüedades aztecas en el siglo XX se dedicó a debatir si había una “filosofía azteca” o no. La discusión fue importante porque, para la cultura occidental, “tener filosofía” hace valiosa una cultura, y no tenerla prácticamente significa que todas las personas de una nación son barbáricas. Si le creemos demasiado, el resultado es que las únicas culturas inteligentes son las “occidentales”... pero ¿de verdad la única cultura "inteligente" es la de los europeos? Seguramente no.

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Códice Borbónico. Foto Flickr de
Xuan Che" /> Por otro lado, para las culturas no europeas, el término “filosofía” podría resultar muy estrecho como para describir su sabiduría. Si bien esta madre nuestra no tuvo un alfabeto consolidado a través de miles y miles de publicaciones, eso no quiere decir que no haya sido sabia e inteligente. La discusión carecería de importancia si no fuera porque la cultura occidental domina el mundo, y la cultura americana indígena permanece cuestionada y atacada. Más allá de si debemos nombrar a ese pensamiento como “filosofía” o no, es interesante ver: ¿cómo era la manera de pensar de los nahuas antiguos? 

La felicidad de uno vs. la dignidad de todos

Aristóteles escribió que uno de los principales objetivos de la filosofía era saber vivir bien. Según las fuentes antiguas que tenemos, los pensadores nahuas también se obsesionaron con esa meta. Nuestra cultura occidental, en boca de la antigua filosofía griega, nos sugiere que una persona que sabe vivir, una persona virtuosa, elige el camino correcto porque “conoce” lo que es bueno. Pero nuestra los antiguos nahuas no estarían de acuerdo. Para ella, “el mundo es resbaloso” y nos hace caer aunque seamos sabios. Los aztecas sabían que nadie es perfecto, todos siempre tenemos mucho que aprender. Gran parte de su pensamiento se expresa en los llamados huehuetlatolli, que son una suerte de discursos para el buen comportamiento. Imagina las recomendaciones que te han hecho tus padres y abuelos, pero cien veces más elegantes y poéticas. Estos discursos solían enunciarse en momentos solemnes, y frecuentemente estaban dirigidos a los hijos jóvenes. Sin embargo, los aztecas consideraban que la sabiduría era un camino de toda la vida, y el “buen vivir” tenía que ser recordado frecuentemente. No importaba la edad o el cargo. Por eso, incluso, los sabios nahuas pronunciaban huehuetlatolli dirigidos al emperador al momento de su ascensión al poder.

Este género de discursos moral contrasta con la cultura europea, donde la virtud frecuentemente se considera como la capacidad individual de razonar. Una persona virtuosa podrá usar su inteligencia para entender lo bueno y lo malo.Los aztecas, por otro lado, creían que la ética siempre es una reflexión colectiva y un constante recordatorio acerca del bien y del mal. Si el mundo es resbaloso, nuestra comunidad nos sostendrá para no caer.
Codex_Magliabechiano_
Códice Magliabecchiano (Wikimedia Commons)
Otro ejemplo de las particularidades de ambas formas del “bien” está en el objetivo que persigue. Para Occidente, el buen vivir suele conducirnos a la “felicidad”, cualquier cosa que eso sea. Algunos filósofos de la moral, como David Hume (1711-1776) o John Stuart Mill (1806-1873), consideraban que nuestra brújula del bien y el mal tendría que hacerse esta pregunta: ¿mis acciones o mis reglas de comportamiento aumentan o disminuyen la felicidad en el mundo? Claro que no sólo consideran la felicidad de uno, sino la de todos. Por su parte, los pensadores nahuas tenían una forma más oscura de ver la vida. Según ellos, la vida es también dolor y sufrimiento, y esto no puede evitarse. La ética tiene que estar más allá de eso, tiene que acostumbrarse también a la tristeza porque también en el dolor podemos ser buenos o malos. Para nuestra esta cultura indígena, la felicidad no puede ser el objeto de la ética, sino el mantenimiento de valores como la justicia o la verdad para todos. La dignidad de la comunidad es mucho más importante que la felicidad de uno.

De frente al futuro

No sabemos si México será recordado en mil años. Nuestras culturas son demasiado complejas incluso como para que las entendamos nosotros mismos. Tomemos como ejemplo estas diferencias éticas, con las que a veces podemos identificarnos y a veces nos. Podríamos decir que cada uno de nosotros es una versión de esas culturas, y no sabremos nunca qué tanto estamos de un lado o del otro. Nuestra herencia es un peso muy grande que cargar, puede que a nosotros nos olviden, pero "nuestras madres" culturales siempre serán parte de la humanidad y el pensamiento humano.