Biografía Reivindica a Gabriela Mistral como un Ícono Lésbico de Latinoamérica

Elizabeth Horan ha lanzado una nueva biografía de Gabriela Mistral, la poeta chilena que ganó el Nobel de Literatura en 1945 y que hoy es reconocida como un símbolo queer

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Elisa de Gortari | N+

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Gabriela Mistral, poeta chilena ganador del Premio Nobel

Biografía revela a Gabriela Mistral como un ícono lésbico. Foto: AFP | Archivo

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Gabriela Mistral ha sido uno de los personajes más maltratados por la historia oficial de la literatura en América Latina. Aunque era lesbiana, se le ha pinta como una mujer conservadora; aunque tuvo una vida llena de aventuras, se le ha impuesto un aura monacal.

Ahora la biografía Mistral. Una vida (Lumen), escrita por Elizabeth Holan, ha empleado los archivos y la correspondencia de la Premio Nobel de Literatura para mostrar su intimidad, sus romances y sus ideas.

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Gabriela Mistral, una mujer hecha de hierro

Elizabeth Horan es académica en la Universidad Estatal de Arizona. Según contó en entrevista, su primer acercamiento a Gabriela Mistral fue a través de una antología llamada Lecturas para mujeres, que en México publica Porrúa: “Yo saqué un libro del estante de la biblioteca que tenía el título Lecturas para mujeres, yo pensaba qué interesante título, ¿tan solo para mujeres?”, dijo a modo de broma.

Cuando llegó a los poemas de Mistral, Elizabeth Horan encontró que la imagen que tenía sobre la poeta chilena era inexacta y que su poesía era mucho más arriesgada de lo que parecía: “Estuve fascinada por esa combinación que parecía conservadora y a la vez muy radical; una mujer hecha de hierro”, dijo.

Portada de Mistral. Una vida, de Elizabeth Horan. Foto: Penguin Random House

En Mistral. Una vida, Elizabeth Horan recupera este asombro y cuenta cómo la poeta chilena se abrió paso por Latinoamérica en un mundo literario y diplomático dominado por hombres. En ese ambiente, Mistral supo dar a conocer su trabajo y ser reconocida por escritores como Amado Nervo y Alfonso Reyes.

Las cartas de amor lésbico de Gabriela Mistral

Un punto crucial en la biografía publicada por la editorial Lumen es el asomo a la vida privada de la poeta. Gabriela Mistral tuvo tres grandes amores: la chilena Laura Rodig, la mexicana Palma Guillén y la estadounidense Doris Dana.

Esta última conservó el archivo personal de la poeta, que incluía manuscritos y correspondencia. El archivo terminó en manos de Doris Atkinson, sobrina de la pareja de Mistral. Ella permitió a Elizabeth Horan conocer este archivo en 2007, antes de que el material fuese entregado al Estado chileno.

Estuve trabajando con los archivos reales, y no las reproducciones en microfilm, sino los archivos que tuvo Doris Atkinson, porque trabajé a la par con ella cuando estuvimos trasladándolos a la embajada chilena. Y Doris Atkinson vino un día con la caja de las cartas que intercambiaron Doris y Mistral, las cartas de amor.

Según la autora, al leer las cartas amorosas de Mistral sospechó que estas podrían ser escondidas:

Comencé a leerlas y me pareció bastante posible que pudiera esconderlas el Estado chileno. Me pareció bastante posible.

La académica se encargó de dar a conocer a los periodistas chilenos sobre estas cartas, que derribaron gran parte de la imagen que aún se tenía sobre Mistral en pleno siglo XXI. Hoy en día, mucho de este material puede leerse en Doris, vida mía (Lumen, 2021).

La vida queer de Gabriela Mistral

Aunque por décadas se le quiso encasillar como un símbolo conservador, Gabriela Mistral rompió múltiples barreras que aún recaían sobre las mujeres a principios del siglo XX. Para Elizabeth Horan, ahora es reconocible cómo la poeta chilena plasmó su entendimiento de las identidades queer en su obra:

Hay un poema de Mistral que comienza ‘Esta que era una niña de cera’. Es una canción infantil, pero hace poco tiempo lo leí y yo pensaba que es un poema sobre el estado trans, porque está tratando de las transiciones de esa niña de cera, que se cambia en una cosa a otra cosa y a otra cosa y que sigue todos sus transformaciones.

Gabriela Mistral en compañía de su hijo, al recibir el Premio Nobel
Gabriela Mistral al recibir el Premio Nobel de Literatura.Foto: AFP | Archivo

Gabriela Mistral no escribía en el vacío sobre su propia sexualidad. La poeta conoció en su momento a varios investigadores pioneros de la sexología moderna y llevó estas ideas a sus poemas. Al respecto, la biógrafa explica:

Ella conoció personalmente a todos los sexólogos famosos de su tiempo. Ella conoció a Gregorio Marañón, que estaba escribiendo de la intersexualidad en el año 1916. Ella conoció a Havelock Ellis, el sexólogo británico, y filtra todas esas ideas.

Y añade:

No era una mujer conservadora y de la Iglesia, como esa figura monolítica que tiene su origen en la época de Pinochet.

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