Techos de Cristal, Pisos Pegajosos y Otros Conceptos para las Mujeres Trabajadoras

Miles de mujeres en México y en el mundo luchamos a diario porque nuestro desarrollo profesional y/o laboral nos permita alcanzar niveles de vida justos, equitativos y dignos; sin embargo, el sistema capitalista, machista y patriarcal -que privilegia al varón-  hace que sea sumamente complicado convertir esta utopía en realidad.

Por ello, antes de hablar del enmancipación o del empoderamiento femenino, es importante señalar que hay una serie de problemas y obstáculos graves que suelen presentarse a diario en el entorno profesional de las mujeres y que terminan por afectar nuestra vida pública y privada, así como nuestra salud.

Si bien la brecha de género en materia salarial es una de los problemas más comunes en los entornos de trabajo, desafortunadamente no es el único factor que deberíamos considerar para cuestionar nuestra calidad de vida en el ámbito laboral.

Dado que la violencia en contra de las mujeres se presenta en forma física, psicológica, emocional y hasta simbólica en nuestros centros de trabajo, conocer términos como "techos de cristal", "abismos profesionales" y "pisos pegajosos" nos ayudará a abrir los ojos y a detectar si nosotras, o alguna de nuestras conocidas, vive una situación similar.

Si aún no los conoces, pero sientes que te encuentras en una situación de riesgo, te invitamos a seguir leyendo este artículo para poder identificarlos y erradicarlos de tu entorno profesional.

¿Qué es la brecha de género y por qué es el principio de muchos males?

La brecha de género es la principal línea divisoria que remarca una serie de diferencias sociales entre los hombres y mujeres. Y si bien incide en muchos ámbitos en la vida de estos dos grupos, en el terreno laboral suele añadirse el término "salarial". Así, la brecha de género salarial evidencia el hecho de que los hombres ganan más dinero que nosotras, pese a desarrollar las mismas actividades laborales, o, en todo caso, muy similares.

Si crees que este fenómeno no sucede en tu entorno laboral, o si tienes dudas sobre si tu centro de trabajo o actividad profesional está delimitado por la brecha de género salarial, déjanos contarte que, tan solo en 2022, el porcentaje de esta diferencia en sueldos alcanzó un 14%, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Esto quiere decir que en México, por cada 100 pesos que, en promedio, gana un hombre por su trabajo al mes, una mujer recibe 86 pesos.

Techos de cristal y abismos profesionales; ¿una la falsa sensación de libertad?

Los techos de cristal, de acuerdo con el Campus de Género del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) pertenecen a un término que surgió en la psicología para hacer referencia "a las barreras invisibles, difíciles de traspasar" y "que representan los límites a los que se enfrentan las mujeres en su carrera profesional, no por una carencia de preparación y capacidades, sino por la misma estructura institucional".

Es decir, a todas aquellas "restricciones y obstáculos" que nos impiden "acceder y/o permanecer en puestos de responsabilidad o de dirección", o por otra parte, seguir creciendo en nuestro desarrollo profesional "en etapas como el embarazo o la crianza de las hijas e hijos".

Respecto a los abismos profesionales, nos encontramos ante un concepto que se ha manejado desde hace algunos años para hacer referencia a todas esas situaciones profesionales que están destinadas al fracaso, pero que, por alguna razón, son asignadas a las mujeres, en espera de que, o bien ellas sean quienes las resuelvan —por lo general de alguna forma heroica— o se hundan junto a estas, con el consecuente daño a su salud mental, física y emocional.

Dentro de los ejemplos más comunes en los que se puede aplicar este término, encontramos los casos de mediocridad y violencia laboral, en los cuales los hombres suelen realizar sus funciones sin tanta dedicación como nosotras, pero recibiendo grandes compensaciones como mejores prestaciones, mayor salario o buena reputación. 

En ocasiones, esta condición provoca despidos, conflictos profesionales, problemáticas legales o hasta crisis nerviosas que terminan por detonar trastornos de ansiedad, estrés o síndromes como el del impostor.

Pisos pegajosos y la 'excelencia' profesional

Por último, los pisos pegajosos o sticky floors son los puestos o vacantes profesionales en los que las mujeres nos quedamos estancadas, sin importar cuánto esfuerzo pongamos en salir de allí, ya que a la empresa o al centro de trabajo al que pertenecemos le resulta mucho más fácil mantenernos en un mismo puesto nivel que mejorar nuestras condiciones laborales. 

Según Inmujeres, esto también se atribuye a aspectos sicológicos, ya que cuando una mujer se da cuenta que está en un piso pegajoso, suele enfrentar una serie de "dilemas psicoemocionales" para desarrollarse sanamente en ese mismo lugar o en alguna otra empresa, centro de trabajo o hasta profesión.

"La presión familiar, social y de pareja les hacen creer que su lugar 'natural' es el espacio privado de cuidado y crianza, por lo cual, llegan a sentirse inseguras sobre el despliegue de sus capacidades y, ante las dificultades para conciliar la vida laboral, profesional y familiar, optan por dejar su crecimiento laboral y profesional", o quedarse estancadas en zonas de falso confort que terminan con su vida y libertad. 

No estás sola: ¿Cómo hacerle frente a la violencia laboral?

Si como mujer has padecido cualquiera de estos casos de violencia o has sido víctima de acosos sexuales a cambio de beneficios profesionales, no dudes en levantar la voz porque no estás sola. Para ello, te recomendamos crear una red de apoyo dentro de tu trabajo con el resto de tus compañeras para que tu denuncia pueda tener un peso mayor.

Después de elaborada, puedes presentar tu denuncia en las siguientes instituciones: 

• Secretaría de Trabajo y Previsión Social
• Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación, CONAPRED
• Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo, PROFEDET

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Con información de N+