‘Cielo y Tierra’, de Día Bodega y de Noche Bar Donde se Ejercía la Prostitución en CDMX

Ciudadanos chinos operan lugares exclusivos que durante el día tienen fachadas de bodega o locales, pero de noche son bares y casinos clandestinos donde se consume drogas y se ejerce la prostitución

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Nuevo Barrio Chino: ‘Cielo y Tierra’, de Día Bodega, de Noche Bar Donde Ejercía la Prostitución

'Cielo y Tierra' tenía dos accesos y su ingreso era exclusivo y clandestino. Foto: N+

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Inmuebles donde se comercializan productos chinos, algunos no cuentan con la reglamentación para funcionar como bodegas o centros de comercio.

Uno de ellos fue clausurado en mayo pasado al comprobarse que funcionaba como un bar y casino clandestinos.

Luis Alberto cuenta que acudía de manera frecuente al club nocturno Cielo y Tierra, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

El pasado 10 de mayo fue clausurado durante un operativo donde se corroboró que ahí se vendían drogas, alcohol ilegal y se ejercía la prostitución.

Salas privadas donde había pantallas gigantes, luces neón. Si querías servicio de karaoke, otros 3 mil pesos; alcohol, prácticamente, todas las botellas a cinco veces más su valor. Había una persona encargada que era la única que estaba habilitada para compartir lo que era la droga en unas tablas de bambú, también había precio por los popotes con los que inhalaban los narcóticos. Llegamos a encontrar registros de tres mil y hasta 16 mil pesos. Estaba totalmente irregular, bien habilitado, pero carecía de medidas de seguridad

Un lugar exclusivo para la comunidad asiática

Cielo y Tierra era un lugar exclusivo para la comunidad asiática, pero invitaban a sus socios mexicanos.

Usaban de fachada un local comercial de productos chinos y la entrada a un estacionamiento. Había dos accesos, uno sobre la calle San Jerónimo número 115 y el otro en la calle Izazaga 148.

Un ciudadano chino, ya cliente reconocido, podía hacer la recomendación a alguien más, pero obviamente él asume la responsabilidad del comportamiento que adopte (el invitado)

Durante año y medio, el club nocturno funcionó de manera clandestina. Hasta que los vecinos denunciaron que ahí se llevaban a cabo fiestas privadas que duraban hasta el amanecer.

Era un círculo muy cerrado, la mayoría de los asistentes eran de origen chino y las personas que ingresaban, en este caso las mujeres, eran reclutadas bajo un esquema de solicitarles documentación información personal y también pruebas de VIH y hepatitis como medida de protección para sus clientes y ofertar sus servicios sexuales

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Luis Alberto recuerda que al entrar al edificio de 10 pisos, lo primero que vio fueron salas privadas de al menos 40 metros cuadrados cada una.

Todo se vendía por separado

Durante sus visitas, corroboró que los pisos 7, 8 y 9 sumaban al menos 36 salas. Cada una tenía un costo aproximado de 12 mil pesos con capacidad para 25 personas. Todo se vendía por separado: la música, la bebida, la prostitución de mujeres y la droga.

Eran salas en escuadra con mesas de centro, pantallas en la parte frontal, en los laterales e incluso en la parte de atrás donde se proyectaban la mayor parte videos o música de origen chino

Luis Alberto dice que en el último piso de este edificio había un restaurante y un pequeño casino.

Era una ambientación para que ciudadanos de origen chino se sintieran como en casa con un aire de nostalgia, porque sí también el karaoke era con música de ellos

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Con información de Abraham Reza, Adrián Tinoco, Julián López y Fátima Monterrosa

KAH | ICM